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El traslado se realizó al otro día, esa noche me despedí de mi madre, Lionel no volvió a aparecer. Me subieron a un auto negro, imagino que de la empresa familiar, no hablé, solo me recosté en la ventanilla mirando todo y nada a la vez. Las voces en mi cabeza estaban silenciadas. El viaje duró alrededor de una hora, ingresamos en un camino de tierra angosto, los árboles rodeaban todo el paisaje, de lejos escuchaba una vieja canción de Likink Park, el auto tomo un giro a la derecha y apareció ante nosotros un complejo, a la entrada había un letrero que daba la bienvenida a "You First", bien, estaba claro que había llegado a mi futuro.

Estacionamos y nos dio la bienvenida una señora de 40 años aproximadamente, de tez oscura, sus ojos eran saltones y expresivos. El chofer bajó una maleta en la que supongo están mis pertenecías, no me habían permitido ni hacer eso.

-Bienvenida, debes ser Lena- me tendió su mano y la tomé firme. –Soy la Doctora Olsen, puedes llamarme Kelly-

-Ok-

Escuche como se marchaba el auto en el que había venido, inspeccione el lugar, era un complejo bastante grande, a simple vista contaba con cinco establecimientos, todos pintados de blanco, el césped estaba prolijamente cortado, había una cancha de vóley y una piscina en el fondo.

-Debemos entrar- la voz de la Doctora me sacó de mi inspección –Luego haremos un recorrido, ya verás todo-

-Ok-

-¿Cómo te sientes?-

-Bien- entramos al establecimiento principal, Kelly Olsen se acercó a hablar con lo que imagino era la recepcionista y le pidió una carpeta.

-Lena, estarás acá de manera voluntaria, vamos a trabajar juntas para que te recuperes y puedas retomar tu vida normal, el tiempo va a depender exclusivamente de cómo vaya el tratamiento- me tendió una hoja donde estaban mis datos personales y el motivo de mi internación.

-Tienes que firmar este papel- me tendió una lapicera.

Firmé sin leer, ni mirar demasiado, en este momento lo único que quiero es dormir. Comenzamos a caminar por el lugar, me fue mostrando la cocina, el comedor, contaba con un lugar de esparcimiento, me contó que había noches de cine, ese era el establecimiento principal y donde se pasaba más tiempo.

-Ahora vamos a ir a tu habitación, tus cosas ya se encuentran ahí- volvimos al exterior y caminamos por un sendero que lleva al recinto donde imagino estaban las habitaciones. –Compartirás el lugar con una compañera-

-¿Cómo?-

-Si acá, todos duermen de a dos- frené y obligue a que ella también frenara sus pasos.

-No quiero, nunca compartí habitación con nadie, y no quiero comenzar ahora- me cruce de brazos y mi ceño se frunció sin planearlo.

-Lo siento Lena, pero así son las reglas- me dio la espalda nuevamente y comenzó a alejarse.

Resignada la seguí y me adentré en la instalación. El lugar era grande, pero solo había un pasillo que daban a distintas puertas enumeradas. En la puerta número 17 paró sus pasos, y golpeo suavemente. No pasaron dos segundos que la puerta se abrió.

-Adelante- una rubia de ojos celestes nos dio la bienvenida, no sonrió.

-Kara, ella es Lena y será tu compañera a partir de hoy- sus ojos encontraron los míos, nos analizamos lentamente, ninguna habló. Ella dio un asentimiento a La doctora Olsen y se acostó en la que es su cama.

-Lena, esa cama de ahí será tuya, tu maleta está dentro del placard, tienes hasta las doce para acomodarte, después las veo a las dos para comer- dio media vuelta y se marchó.

Impulso - SupercorpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora