Al fin llegó el día de mi alta. Si todo estaba bien hoy a la tarde me dejarían ir, el problema ahora era que no tenía a dónde, no pensaba volver a la casa que compartía con Jack, y pensar en ir a descansar a la empresa no estaba bajo mis planes. Lo único que se me ocurría era irme a un hotel, o en última medida a lo de mis padres, para luego de las dos semanas que me esperaban de reposo, comprarme algo para mí.
Los últimos dos días no pasaron sin sobresaltos, la visita de Martha mi ex suegra me dejó un poco descolocada, me suplico que llamara a su hijo para averiguar a donde estaba, pero por mucho que quisiera ayudar a la pobre mujer, no lo llamé, no podía siquiera imaginar en volver a escuchar su voz. Aparte Kara no me dejo siquiera negarme, prácticamente trato de loca a la mujer por siquiera sugerir una cosa así.
Las cosas entre nosotras están mejor que nunca, considerando que estoy internada, que compartimos como cama una pequeña e incómoda camilla, y que cada vez que nos besamos aparece por arte de magia un enfermero o un doctor. Ella ha cumplido con su palabra, no me ha dejado sola nunca, ni bien termina con sus tareas diarias corre a verme y duerme conmigo, me consigue el desayuno y me besa. De verdad que no aspiro más en la vida que en seguir compartiendo cada día con ella a mi lado. Todavía no hemos hablado de cómo continuaremos, pero está más que claro que no vamos a separarnos.
Kara se había marchado a trabajar hace dos horas, con la promesa de salir antes, para estar en el momento que venga el médico a darme el alta. Eran cerca de las 11 de la mañana cuando la puerta se abrió, y una cabeza castaña con ojos marrones brillantes acompañada de una niña pequeña de cuatro años entraron a la habitación.
-¿Esa es Ruby?- ambas sonreían de oreja a oreja.
-No, esta me la robe en la esquina- se ve que se juntaba bastante con Alex -Ven hija vamos a saludar a Lena que necesita de muchos cariños- Sam y su hija se acomodaron sobre la camilla y me llenaron de besos. Todavía me impresionaba ver el cambio en esta mujer, de pasar a ser en mi mente una persona que mentía sin motivos, ahora era una madre cariñosa, una profesional intachable y podía con todo, sola. Sam se había alejado de toda su familia, cuando entendió que no le hacían ningún bien, puso distancia y se dedicó de lleno a su propia vida. Estaba orgullosa de ella y su crecimiento.
-No puede ser más linda Sam-
-Lo sé, salió a la mamá-
-Sin dudas- Ruby se acomodó en los pies de la camilla, mientras Sam se sentó en la silla.
-Va a caer dormida en cualquier segundo, anoche se la pasó mirando películas de disney y se durmió a cualquier hora- y fue real, la pequeña no alcanzo a acomodarse que quedó rendida.
-Estoy orgullosa de ti, Sam-
-Gracias, y ahora estoy aquí para que te puedas sentir orgullosa de ti misma- la miré interrogante.
-¿Qué quieres decir?-
-Bueno amiga, es hora de encaminar tu vida, el factor más peligroso ya lo tenemos fuera de camino, la policía ya lo va a encontrar, pero debes hacer algo con tus padres- no podía pensar en eso.
-No.. no creo que sea el momento Sam-
-¿Cuándo lo será Lena? ¿cuándo pasen cinco años más? ¿cuándo tu padre se descontrole y te termine matando? ¿Dime?- sus palabras se colaron en el fondo de mi ser, yo sabía que ella tenía razón, pero acababa de pasar por lo de Jack, no sabía si estaba preparada para otra lucha más.
-No.. no lo sé, pero ahora no resistiría una pelea más-
-Esta bien, no voy a insistir, porque es demasiado pronto, pero estoy aquí Lena, soy abogada podemos hacer de todo para que tu padre termine preso, o al menos para conseguir una orden de alejamiento-
-Lo se... y serás la elegida para ayudarme, te lo prometo- ella agarró mi mano y me sonrió.
-Además de que tienes que hacerlo por ti misma en primer lugar, también tienes que hacerlo por Kara, está loca por ti, no habla de otra cosa, desde que te volvió a ver que su vida se descontroló y en una buena manera, nunca la había visto tan enamorada, y eso que estuvo a punto de casarse hace un par de años- ¿que?
-¿Cómo? ¿casi se casó?- ahora necesitaba saber más.
-Oh.. metí la pata... bueno has como que no dije nada-
-No Sam, ahora me cuentas, no puedes decir algo como eso y no hablar- Sam se paró de la silla levantó a Ruby de la cama. -No Sam no te vayas sin decirme nada más, me voy a volver loca-
-Tengo que irme, pero eso que quieres saber pregúntaselo, Kara no puede negarse a nada de lo que le pidas, y de verdad piensa lo que hablamos antes, tienes que tener la vida que te mereces, rodeada de amor Lena- Sam dejó un beso en mi frente y así como llegó desapareció con su pequeña niña en brazos.
Ahora necesitaba saber el pasado de Kara, unos celos irracionales estaban entrando a mi cuerpo, alguien había sido tan importante para ella como para querer casarse, que habría pasado para que no ocurra. Sabía que tenía un pasado, y que era obvio que debía haber tenido relaciones importantes, era Kara, la persona más increíble del mundo, pero las inseguridades escalaban a costas insospechables por mi cuerpo.
Al rato después la puerta volvió a abrirse, esta vez era el médico quien entraba, Kara todavía no había llegado.
-Buenas tardes Lena, ¿cómo estamos?- el chequeó en su carpeta las últimas analíticas de mi organismo, y sonrió mirándome.
-Ansiosa-
-Bueno, tengo buenas noticias- la puerta se abrió abruptamente, Kara entro despatarrada y agitada a la habitación, su cara esta roja del esfuerzo.
-Perdón... creí que no llegaba, el tránsito está infernal, ¿de que me perdí?- los médicos y enfermeros ya la conocían de sobra, y obviamente la adoraban.
-De nada Kara, recién entraba, ¿quieres sentarte?-
-Si gracias, llegué corriendo- los tres reímos, mientras ella tomó asiento a mi lado.
-Bueno, le estaba diciendo a Lena que tengo buenas noticias, tal vez no es lo que ustedes esperaban, pero son buenas igual- las dos lo miramos interrogantes. -Ok.. ok.. basta de misterio, tendrás el alta mañana-
-¿Mañana?- hablamos a la vez.
-Si, ya sé que esperabas irte hoy, pero quiero que estés 24 horas más sin ningún esfuerzo, por más que me prometan que no van hacer nada que comprometa tu recuperación, la única forma de superar las fracturas de costillas es el reposo absoluto, y un día más haría la diferencia, así que no quiero escuchar quejas, y para que te quedes tranquila, ya dejo firmada el alta para mañana, ni bien sean las nueve de la mañana serás libre de irte Lena-
-Ok... esperaba irme ahora... pero está bien- un día más, un día menos.
El doctor se fue de la habitación saludándonos a ambas. Kara ni bien quedamos solas se acomodó a mi lado en la camilla. No sin antes saludarme apropiadamente con un pequeño pero disfrutable beso en los labios.
-¿Estás decepcionada?- me preguntó.
-Si... pero bueno, tampoco es tanto-
-Mañana llega pronto, aparte ya me fui del trabajo, y Sam se encargará de Krypto, así que no pienso irme de aquí hasta mañana que te vayas conmigo-
-Eso... tienes que ayudarme a buscar un hotel para estas dos semanas, porque no voy a volver a la casa donde vivía y no tengo ganas de ir a casa de mis padres, así que pensaba en un hotel, o algún departamento de esos que se alquilan por día, por estas dos semanas y después comprarme algo permanente cuando ya pueda valerme por mi misma- ella se sentó en la cama como un resorte y me miró descolocada.
-¿Hotel?... pero.. ¿no piensas venir conmigo?-
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Impulso - Supercorp
RandomLena, no tenía planeado terminar en un psiquiátrico, pero su vida comienza a tomar sentido cuando conoce a su compañera de cuarto, Kara Danvers.