Anoche después de que se llevaron a Kara me costó muchísimo lograr conciliar el sueño, me había quedado alterada sin esperar lo que le pasó a mi compañera, había tenido un claro ataque de ansiedad fuerte.
Me apuré para ir a desayunar para ver si encontraba a la rubia sentada en el mismo lugar de siempre, para cerciorarme que se encontraba bien, pero no había rastro de ella por ningún lado, miré en el patio, en los baños, en los salones, y nada de nada. Ya comenzaba a preocuparme, miento, estaba completamente preocupada. Eran sentimientos nuevos, no sabía lo que era interesarme por alguien más que por mi madre, nunca he tenido amigos, y mis relaciones fueron impuestas, esta era la primera vez que alguien me preocupaba por voluntad propia.
Mi tiempo de búsqueda terminó por la cita con mi simpático psicólogo.
-Buenos días Lena, ¿cómo te encuentras?
-Bien... bueno, no... - tomé aire, y coloqué mis manos por debajo de mis muslos apretando la silla en la que me encontraba- estoy algo preocupada-
-¿Preocupada? ¿Por qué?- el psicólogo, que por cierto se llama Phil, se acercó a la mesa poniendo sus manos cruzadas encima.
-Usted se acuerda que me dijo que socializara ¿no?- el asintió a modo de respuesta esperando que continuara. –Bueno mi compañera de habitación, con la cual no tengo la relación del año, anoche tuvo un ataque de ansiedad o algo así, y desde ese momento que no se nada de ella, usted por casualidad ¿sabe algo?- solté todo rápidamente.
-Lena, es bueno que te preocupes por alguien, es un pequeño avance al menos- sonrió relajándose en su silla, yo lo miraba expectante esperando alguna noticia. –Y para que te quedes tranquila, Kara se encuentra bien, la están asistiendo para que pueda mejorar, pero está bien-
-¿Realmente? Porque anoche se encontraba mal, muy mal, tenía la mirada como en otro universo-
-De verdad Lena, cuando mis colegas y yo lo creamos correcto ella volverá con ustedes- confiaba en él, así que asentí y solté un suspiro sin saber que lo estaba conteniendo.
-Gracias-
-¿Qué te hace sentir estar preocupada por tu compañera?- lo miré desconcertada.
-¿Qué me hace sentir?- respondí con otra pregunta buscando tiempo para buscar alguna respuesta.
-Si bueno, veamos es importante que te preocupes por la gente, es un motivo de vida que alguien nos interese-
-Lo entiendo, ahora cree que porque me preocupe el estado de salud de una persona yo tengo más ganas de vivir que ayer ¿no?- contesté sarcástica.
El carcajeó y mi ceja derecha se levantó involuntariamente sin entender la situación.
-Dios, no, yo no quise darte a entender eso, a lo que iba es que estar preocupado no es malo, la preocupación es un antecesor a la ocupación, y ocuparte o ayudar en este caso a una compañera puede ser muy bueno en tu estado-
-¿En mi estado?- yo no tenía ningún estado.
-Lena, debes dejarte ayudar, es la única manera para que podamos progresar, y para que eso pase tienes que aceptar que algo pasa en tu interior-
-¡En mi interior no pasa nada carajo!, lo que pasa está bien en el exterior- me enfurecí.
-¿Y qué es lo que pasa en el exterior?-
-Lo que sucede es que mi prometido es un golpeador hijo de puta, avalado por mi padre, que es otro maldito hijo de puta- grité
-Y alguna vez te preocupaste por eso, o mejor dicho te ¿ocupaste de eso?-
ESTÁS LEYENDO
Impulso - Supercorp
RandomLena, no tenía planeado terminar en un psiquiátrico, pero su vida comienza a tomar sentido cuando conoce a su compañera de cuarto, Kara Danvers.