La mañana me encontró acostada en la cama de Kara, pero sin vestigios de ella por ningún lado, no me sorprendía. Las situaciones que habían pasado horas atrás se repetían incansablemente en mi cabeza, nos habíamos besado nuevamente, ella me había besado nuevamente, pero aun no hablaba conmigo, aun no entendía qué era lo que sucedía en su interior, por otro lado yo tenía cada vez más claro que estaba sintiendo cosas cada vez más fuerte por ella. Me sentía una adolescente de 15 años que acaba de dar su primer beso, las sensaciones se repetían una y otra vez, llenándome y vaciándome por igual. Mi inexperiencia romántica me hacía completamente torpe, me costaba acercarme, entender las señales. Y siendo sincera Kara tampoco ayudaba.
Mi mente no podía pensar en el afuera, no quería saber nada de Lionel, Jack e incluso de mi madre, ya tenía demasiado en mi plato en este momento para tener que lidiar con la pesadilla de mi vida fuera de aquí. Imagino que cuando se planteó mi ingreso nadie tenía pensado que podía pasarme algo así, pero así estaban las cosas y debía aprender a jugar con las nuevas reglas de juego, y esta vez quería ganar. Ya demasiado he venido perdiendo por 23 años. Al menos esta partida quería intentar ganarla.
Esta tarde tenemos terapia de grupo, como de costumbre las mismas seis estabamos en el puto circulo de confianza esperando lo que sea que se le ocurra hoy a Kelly Olsen, y no es que la odie, sino que las terapias de grupo no me gustaban, me parecían vacías.
-Buenas tardes chicas, démosles la bienvenida nuevamente a Lena, Kara y Samantha- la terapia anterior nos la habíamos perdido gracias al aislamiento. Mi mirada buscaba a Kara, siempre la buscaba, por más que quisiera ignorarla, siempre terminaba mirando hacia donde ella estaba. Y nuevamente su cabeza estaba gacha y perdida. Todo esto comenzaba a frustrarme y cabrearme a partes iguales. -Alguna tiene algo que quiera compartir con el grupo hoy-
Por supuesto que nadie habló.
-Bueno como no están en la labor de ser comunicativas, vamos hacer lo siguiente, una a una va a decir una sola palabra que represente cómo se sienten hoy- Kelly nos miró esperando una aceptación, y por más que no quisiéramos no había muchas opciones, así que asentí resignada a entrar en una nueva función del circo.
-Nia tu palabra-
-Aceptación- Kelly asintió mientras anotaba
-¿Sam?-
-Alegría- mi ceja derecha se disparó sin controlarla.
Los turnos siguieron pasando hasta que le tocó a Kara.
-¿Kara?-
Se removió inquieta.
-Angustia- no pude controlarme y la miré, en serio angustia, ¿en serio?. Obvio que nunca me miró, ni siquiera levantó los ojos del suelo, mi corazón volvió a estrujarse, y un nudo se formaba en mi garganta.
Tenía tantas ganas de gritar.
-¿Lena?-
¡¿Y ahora qué mierda iba a decir?!
-Frustración- y lo dije con toda la intención, me tenía frustrada, enojada, triste, pero sobretodo frustrada, porque ella no hablaba conmigo, y nuevamente esa sensación de ser insuficiente volvió a mi mente, mi vida entera había sido insuficiente, era insuficiente para Lionel, era insuficiente para Jack y ahora parece que también soy insuficiente para ella.
La sesión siguió su curso, ahora todas debíamos explicar el porqué de la elección de esa palabra.
Cuando llegó el turno de Kara, mi cuerpo ya estaba temblando, no sabía qué esperar, pero tenía en claro que nada bueno iba a salir.
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Impulso - Supercorp
RandomLena, no tenía planeado terminar en un psiquiátrico, pero su vida comienza a tomar sentido cuando conoce a su compañera de cuarto, Kara Danvers.