12.

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Al fin se hicieron las diez y treinta del sábado, como la vez anterior puntual, Alex golpeó nuestra puerta, la ropa elegida para la ocasión era exactamente la misma que antes, estábamos encerradas, no había elecciones.

-Cojonudos uniformes para salir tenemos- Alex susurró entre risas.

El escape se dió perfectamente, el auto arrancó sin dar resistencia y felices salimos en busca de aventuras.

-Esta vez no iremos a cualquier antro de mala muerte, conozco un lugar de ambiente que es genial- el entusiasmo de Alex era contagioso.

-¿Qué es un bar de ambiente?- Sam se giró del asiento de copiloto para preguntarme, Alex soltó una carcajada a la cual se unió Kara sin reparos.

-Creo que se refiere a que es un bar gay- le contesté a Sam, no tenía ninguna experiencia en esto, pero si sabía lo básico de las costumbres entre los jóvenes, mis lugares de salida eran restaurantes acompañada siempre de Jack o mis padres, no se me permitía salir sola.

-Genial- contestó Sam irónicamente. -Mis oportunidades de conquistar un Hawaiano sensual se acaban de morir- otra nueva ola de risas salieron, pero esta vez de las tres.

-Pero puedes conquistar a una Hawaiana- esta vez fue Kara quien la pinchó entre risas.

-Naaa, nunca he mirado a una mujer con otros ojos-

-¿Y tú Lena, has mirado alguna vez a una mujer con otros ojos?- obviamente era Alex la que me ponía en el peor lugar, no sabía que decirle, hasta hace un tiempo atrás podría haberme calificado directamente de asexual, porque Jack nunca había despertado nada en mi, y mirar a alguien más hubiera sido un camino directo a la violencia. Pero las sensaciones que despierta en mi Kara, se alejan bastante de lo asexual.

-Puede que sí- mi rostro levantó temperatura automáticamente

-¡Cuenta mujer!- Alex gritó exasperada sacando los ojos del camino.

-Los ojos en la ruta- Kara me salvó de contestar, y recordé el accidente de su ex novia. La miré para ver si su semblante cambiaba, pero me sonrió dándome tranquilidad.

Gracias a la distracción de Kara, Alex no volvió a preguntar y siguió su camino, no tardamos muchos más minutos en llegar a destino. Por fuera se veía una bandera del arcoíris flameando junto al cartel de entrada. "She".

Ingresamos y nuevamente ocupamos lugar en la barra, Alex volvió a conseguirnos cervezas.

-¡Después los tequilas!- Sam estaba desatada, al final el bar de ambiente le había gustado.

Yo miré a mi alrededor, podía ver distintas parejas de mujeres hablando, otras bailando muy pegadas, y más en la obscuridad algunas ya habían pasado todos los límites, porque no se podía ver donde tenían sus manos. Las escenas recorrían mi mente, y no tardé en imaginarme a Kara contra la pared apretada con mi cuerpo. ¡Dios!.

-Luthor, ¿te gusta lo que ves?-

-Cállate Alex- respondí sin despegar mi vista de la pista de baile.

Podía sentir la mirada de Kara, no quería girarme y verla porque es seguro que me delataría y no quiero incomodarla. Ya estos días había usado toda la fuerza de voluntad posible para mantener una distancia física entre nosotras.

Las conversaciones y las risas siguieron su curso, el alcohol fluía cada vez más entre nosotras, los chupitos de tequila habían hecho un efecto asombroso en nuestra desinhibición.

Alex conquistó a una pequeña morena con hoyuelos en el rostro, no fue nada sutil cuando la arrinconó contra la barra a centímetros nuestro y perdió su lengua en el interior de la boca de su nueva compañía. Sam había aceptado bailar con una rubia bronceada de ojos verdes, lo último que nos dijo fue que tal vez si probaba con una hawaiana, al fin y al cabo seguro que después nadie le creería.

Quedamos solas.

-¿La estás pasando bien?- sentí el susurro de Kara sobre mi oído y me fue inevitable no estremecerme.

-Muy bien- esta vez fui yo quien le susurro en su oreja, pero no se si era por el alcohol o ya las ganas irremediables que le tenía, pero al contrario de ella, me demoré mucho más de lo debido con mi rostro pegado a su cuello y mis labios a milímetros de su piel.

Sentí su rostro girar hacia mí, podía sentir su aliento chocar contra mis labios, la piel me ardía, y las ganas de besarla me estaban consumido. Mis ojos viajaron a los suyos, y luego los volví a bajar a sus labios entreabiertos.

-Ya no puedo con esto- susurró y lo próximo que sentí fueron sus labios rozar los míos suavemente, inmediatamente le dí la bienvenida y me acerqué aún más a ella, sentí las manos de Kara aferrarse a mi cintura y yo pasé las mías sobre su nuca acariciándola lentamente. El beso era dulce, con sabor a tequila, su lengua rozó mi labio inferior, y no pude hacer más que darle paso para que haga conmigo lo que quiera. Nunca había sentido lo que estaba sintiendo en ese momento. No era solo excitación y deseo, era un escalofrío completo y un estrangulamiento en el estómago de anticipación. Ella nunca se alejó de mí, sus manos recorrieron mi espalda, y su cuerpo se pegó a un más, choque contra la barra, tuvimos que separarnos lentamente.

Ella se alejó unos centímetros y nuestros ojos se encontraron, quería leerle el alma con la mirada, pero me fue imposible, su rostro estaba demasiado serio para mi gusto, su mirada se había aguado, y el miedo atravesó mi cuerpo.

-Chicas, tenemos que irnos ya mismo, estamos fuera de horario, hay que apurarse- Alex arrastraba a Sam con ella, tuvimos que salir disparadas del lugar. Necesitaba hablar con Kara de lo que había pasado, pero no podía hacerlo con Alex y Sam a nuestro lado.

Para mi sorpresa Kara se sentó en el asiento de copiloto y un vacío enorme comenzó a subir por mi cuerpo, que diablo estaba pasando. Ella había sido quien me había besado, yo no me aproveche de la situación, al menos eso lo tenía bien en claro. Miraba su perfil que se mantenía serio y sus ojos no salían del camino. Esta vez la vuelta se dió en silencio, cada una de las cuatro estaba sumida en sus pensamientos. Y la tensión en el aire se palpaba fácilmente.

Dejamos el auto donde siempre, y corrimos sin mirar atrás, realmente se nos había hecho tarde. Cuando estábamos ingresando al establecimiento de las habitaciones, Kelly Olsen salió de la oscuridad.

-¡¿Donde diablos se habían metido?!- nos gritó enfurecida.

Ninguna de las cuatro se animó a contestar nada. Kelly se acercó y obviamente notó el estado y el alcohol que fluía de nuestro cuerpo.

-¡¿Estuvieron tomando?!- volvió a gritar. -Yo no puedo creer esto, hace más de una hora que hay enfermeros buscándolas por el lugar, y ustedes se han escapado, esto no puede ser- la mirada de enojo y de decepción en su rostro era tal, que ninguna se defendió.

-Las cuatro van directo a aislamiento por una semana, no verán a nadie más que a los profesionales, esto nunca había pasado y no puede volver a repetirse-

No pude hablar con Kara, nos buscaron y nos alejaron a todas. Si antes sentía un vacío en mi interior, ahora estaba sumida en la miseria.  

Impulso - SupercorpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora