Ya iban cinco días conviviendo con Kara, hoy era sábado, noche de chicas dijo ella al despertar. Los días habían sido como irreales para mí, no solo que el dolor en mi cuerpo a su lado era mínimo y apenas lo sentía, sino que era tanto el amor que estaba recibiendo de su parte que me parecía que estaba viviendo un sueño y no la vida real.
Por supuesto que no todo había sido color de rosas, el segundo día, apareció mi madre mientras Kara trabajaba, la conversación fue lo mismo de siempre, solo que esta vez se había puesto aún más intensa con todo.
-No entiendo porque no vienes a vivir con nosotros, ¿que haces en la casa de una desconocida Lena? ¿crees que realmente alguien puede cuidarte mejor que yo?-
-Sinceramente mamá después de todos estos años realmente no se como te da la cara para decirme algo así-
-¿Qué hicimos mal contigo Lena?, has tenido todo lo que se te ha antojado desde siempre-
-Madre juro que me das miedo, realmente no vez la realidad de las cosas, o prefieres hacer que no existen, no lo sé-
-¿Qué cosas hija? Dime que tanto te molesta de tus padres- odiaba cuando quería ponerse en el papel de víctima, cada día la reconocía menos, y mis ganas de protegerla mermaban a cada palabra que salía de su boca.
-Mamá, no hay un puto recuerdo feliz al lado de mi padre, siempre han sido golpes y amenazas desde que tengo uso de razón, creo que a los 8 años empezó a pegarme porque me había olvidado un cuaderno en la escuela, y de ahí no paro nunca, y tú, si tú nunca hiciste nada para pararlo, o si lo hacias pero terminabas más golpeada todavía, y hoy no entiendo que de verdad quieras seguir viviendo esa vida de mierda, que prefieras recibir golpes y mas golpes a perder un status social de mierda que no te da nada, más que unas amigas falsas con las cuales te juntas a tomar en té, en un club de porquería lleno de gente elitista- si me había descargado con todo lo que podía, Kara era mi fuerza, mi energía, era lo que me daba el impulso para conquistar mi felicidad sin mirar atrás de una vez por todas.
-Son las circunstancias que nos tocó vivir hija, y si puede que tu padre se exceda un poco, pero solo quiere que no nos falte nada, y podamos tener una buena vida, y lo ha hecho muy bien hasta ahora, o acaso te ha faltado algo-
-Amor mamá, me ha faltado cariño, libertad, poder decidir lo que quiero y lo que no, terminé internada hace unas semanas por culpa de Jack, a quien nunca quise, pero con el cual tuve que casarme porque así lo quería Lionel, y tú no has hecho nada para que yo tenga esa libertad que tanto he querido desde siempre-
-Mira Lena, no te entiendo, y no lo haré nunca, solo estoy aquí hoy, porque no quiero que venga tu padre a buscarte, porque ahí si va a ser peor, hagamos las cosas por las buenas y ven a vivir con nosotros, te contratare a una enfermera para que te cuide- estoy muy tentada a echarla a patadas en este momento.
-¡No me iré a ninguna parte! estoy más que bien cuidada aquí, y no pienso irme a vivir otra tortura nunca más en mi vida, y quiero dejarte en claro que ya nunca más, pero nunca más te voy a poner a ti por encima de mí, así que mamá desde hoy estás a tu suerte- listo lo dije.
-Ni que antes hubieras hecho mucho por mi hija-
-Vete Lilian, vete por favor, y hasta que no te des cuenta de que estás viviendo una vida de mierda, donde todo es violencia tanto física cómo psíquica, no vuelvas a buscarme-
Fue la conversación más sincera que he tenido con mi madre en toda la vida, ella se fue y no he tenido noticias, ni llamadas, ni mensajes, y por mi era perfecto. Dolía, por supuesto que dolía sacarla de mi vida, no era una decisión al azar o fácil de tomar, pero no podía seguir anteponiéndola a ella, cuando no ha hecho más que buscar convencerme para arrastrarme a la misma vida de siempre desde que tengo uso de razón, seguro que dolería cada día, pero no podía hacer otra cosa, no debía seguir sacrificándome por ella, cuando claramente ella no lo quería ni lo veía.
No se cuanto tiempo pasará todo en esta calma, pero aprovecharé al máximo el tiempo de paz.
Escuchaba que Kara preparaba el desayuno, hoy no tenía que trabajar así que estará conmigo todo el día, la escucho cantar y mi corazón ya se agita de felicidad. Me levanté lentamente, y me asomé por la puerta para verla, ella seguía de pijama, un pantaloncito azul corto y una remera del mismo color con el símbolo de supergirl. Se veía relajada y feliz.
-Hola amor- me acerqué a ella para abrazarla.
-La mujer más hermosa se dignó despertar- me beso en la frente, y se alejó para no quemar las tostadas.
Preparé con cuidado la mesa, Kara no me dejaba hacer casi nada, si la hubiera dejado me ataba a la cama las dos semanas para que no me mueva y haga reposo estricto, por suerte siempre termino levantada haciendo algo. Nos sentamos una frente a la otra para desayunar.
-¿No has sabido nada más de tu madre?- sabía que a ella le preocupaba la relación con mi mamá.
-No, y de verdad que prefiero que así sea, es imposible que esa mujer cambie, o quiera ver la clase de persona que es Lionel, le gusta vivir engañada en su burbuja clasista-
-Lo que a ti te haga bien, por mi está bien, solo que si en algún momento necesitas hablar con ella o algo, dímelo y te acompaño- era puro corazón.
-Bueno, hablemos de esta noche, hay algo que tenga que saber- hoy al fin conocería a Andrea, me he torturado la mente pensando en la ex de Kara, no sabía qué esperar realmente.
-Mmmm no... sólo que toman mucho alcohol, ya sabes en eso Sam y Alex no cambiaron con los años, los chupitos de tequila siguen a la orden del día, ya son tradición- me recordó esa noche que nos emborrachamos escapadas del psiquiátrico, la noche que nos besamos por primera vez.
-No me sorprende para nada, y de Andrea hay algo que deba saber para no meter la pata-
-No, tu solo tienes que ser tu misma, no te preocupes, y Andrea cuando la conozcas te va a parecer hiper seria y hasta cortante, pero una vez que la conoces te das cuenta que es como un gran oso de peluche- me dio una punzada de celos, odiaba a su ex, y no la conocía.
-¿Un gran oso de peluche eh?- levanté mi ceja derecha, Kara casi escupió el café y se comenzó a reír ruidosamente.
-Dios amor, no seas celosa, para mi solo existes tú, nadie es como tú-
-Será una noche difícil- murmuré para mi misma, aunque sé que ella escuchó, no me dijo nada más.
Pasamos la tarde tiradas en el sillón maratoneando una serie nueva que subieron a netflix, esta sensación de tener tanta paz, de disfrutar cosas normales como una serie en su brazos, me llenaba de alegría y felicidad, realmente no quería que nada cambiara, que esta pueda ser nuestra vida para siempre. Pero era obvio que había muchísimas cosas que nos quedaban por enfrentar, y de solo pensarlo ya entraba en pánico.
Entrada la noche, Kara se ocupó de organizar la mesa, puso copas, seleccionó un vino, dejo pequeños bocados de comida diversos sobre la mesa, no me dejó hacer nada, así que me quedé tirada en el sillón hasta que sonó el timbre, mi corazón se aceleró con la anticipación de ponerle un rostro a "el gran oso de peluche" agg la odio.
Entraron Sam y Alex riéndose como si nada, y justo detrás de ellas vi a Andrea, y Dios mío de verdad que no podía ser tan linda, sus ojos claros podrían acelerarte los latidos si te miraba fijamente, y ni qué decir de su cuerpo y su altura. De verdad que la odio con toda el alma.
_______________________________________________
¡Holi!... a la historia le queda poco... pero necesito hacerles una pregunta, tengo otra historia en mente una vez que esta termine, lo que quiero saber es que prefieren, si las publicaciones a diario (o casi) o prefieren capítulos mucho más largos pero semanales... No se, ustedes díganme...
Gracias en serio por leer, por los comentarios y los votos!!!...
Besosss
ESTÁS LEYENDO
Impulso - Supercorp
RandomLena, no tenía planeado terminar en un psiquiátrico, pero su vida comienza a tomar sentido cuando conoce a su compañera de cuarto, Kara Danvers.