Me quedé dormida y Kara no había regresado, sinceramente me sentía un poco mal por haberla dejado parada en la terraza, pero no podía seguir tolerando la forma en la que decidía tratarme, necesitaba una explicación, palabras, oraciones, razonamientos, no solo arrebatos y besos robados, por mucho que los disfrutara, no podía seguir así.
Por supuesto que al levantarme ella no estaba, pero esta vez había algo diferente sobre su cama, un papel doblado con mi nombre en él.
Con apuro me abalancé sobre él y lo abrí desesperada.
"Lena, sé que necesitamos hablar, en realidad yo debo hablar, por eso te espero esta noche en la terraza, deseo que no sea demasiado tarde para escucharme.
Con cariño
Kara"
Leí y volví a leer la nota que ella me había dejado, parece que al fin se iba a dignar hablar conmigo, las sensaciones que recorrieron mi cuerpo se contradecían, por un lado estaba ansiosa por escucharla, pero a la vez tenía miedo de lo que sea que me quiera decir sea para peor. Pero de una u otra forma debía ponerle un punto a lo que teníamos, sea lo que sea que era esto.
Por supuesto que me pasé el día hecha una bola nerviosa que no podía quedarse quieta, me moví por todos los rincones, incluso hasta fui a nadar por primera vez. Ya no sabía que inventar para que el tiempo pase más rápido. No me cruce a Kara por ningún lado, era como si se la había tragado la tierra.
Pase por las terapias que me tocaban sin concentrarme, la terapeuta incluso llegó a señalar que tal vez debería hablar con el psiquiatra para subir la dosis de ansiolíticos, me defendí diciendo que era cosa del día, que no solía ser así.
Al fin llegó la noche, y consumida por los nervios me puse en camino a la terraza, ¿podía considerar esto como una cita?, bueno eso lo iba a decidir una vez se termine, no quiero ilusionarme.
Subí las estrechas escaleras con el corazón en la garganta, las manos me sudaban, y sentía convulsionado el cuerpo.
Basta Lena, no seas ridícula por favor.
Cuando crucé la puerta de la terraza, encontré a Kara sentada de chinito sobre uno de los edredones de la habitación, a su alrededor se podía ver una botella de algo, y los panes saborizados que nos solían dar para desayunar. Me regaló una sonrisa, y no pude más que espejarla.
-Viniste- se levantó, y me señaló las cosas que la rodeaban. -Quería hacer algo diferente, y con ayuda de Alex y de Sam conseguí estas cosas, no fue fácil, por lo que me contaron Sam tuvo que entretener a los de limpieza mientras Alex robaba el jugo de manzana y los panes, se que no es mucho, pero considerando las opciones que tenemos- estaba nerviosa, no paraba de mover sus manos de un lugar a otro, su sonrisa vacilaba por momentos, y creo que hasta incrustó sus lentes en su nariz de tanto empujarlos. Sonreí.
-Esto es perfecto, pero no lo entiendo- no podía olvidarme el motivo que me trajo hasta ella esta noche, descubrir que es lo que estaba pasando, saber porque me besaba y me empujaba por partes iguales, me debía una explicación.
-Lo sé, y te prometo que te voy a contar lo que me está pasando, pero por favor, toma asiento conmigo, relajémonos un poco- me di cuenta de que ella estaba más nerviosa que yo, y que necesitaba algo de tranquilidad para poder hablarme, así que tome asiento con ella a mi lado, y en silencio sirvió el jugo, y me dio uno de los panes. No sentía nada de hambre, es más podía decir que mi estómago estaba completamente cerrado. -¿Cómo has estado?- me reí
-No se si contestarte la verdad- ella se ahogó con el jugo, solté una carcajada mientras le golpeaba suavemente la espalda.
-Perdón- Kara estaba roja como un tomate, logré relajarme. -Dime la verdad, por favor- me lo pidió dulcemente.
-Muy confundida Kara, he intentado no enojarme, no ofenderme, no sentirme insuficiente, y siendo completamente sincera, sino hubiera estado con la ayuda de Phil, lo más probable es que estaría hecha un lío mucho peor- ella se había puesto seria al escucharme.
-Lena, de verdad que lo siento tanto, lo último que buscaba era hacerte sentir todas esas cosas horribles, no te lo mereces- tuve que interrumpirla.
-No quiero que me digas lo que crees que merezco o no, solo quiero entender, porque me has besados tres veces, pero ni bien lo haces, cambias, te arrepientes, me alejas, no lo entiendo- ya me estaba frustrando otra vez.
-Después de que nos besamos por primera vez esa noche que nos escapamos- me explicaba todo como si yo hubiera podido olvidar esa noche. -Cuando me di cuenta de lo que estaba pasando me sentí terriblemente culpable, porque en mi mente lo que estaba sintiendo era una traición a Imra, era engañarla- quise interrumpirla nuevamente -No, no, espera, déjame hablar porque si no después me arrepiento y seguiremos en lo mismo- asentí sin hablar, ella tomó mi mano y entrelazó nuestros dedos dejando pequeñas caricias con su dedo pulgar. -Cuando nos separamos, y te miré a los ojos se me vino a la mente el accidente, la discusión y la culpabilidad arrasó con mi cordura, esa noche en el aislamiento tuve un ataque de ansiedad, terminé medicada, y con asistencia casi constante-
-Dios, Kara, yo lo siento mucho, no quiero que esto te haga peor- me apretó la mano, y me acercó a ella, nuestros cuerpos quedaron recostados contra la pared, ella me paso su brazo por encima de los hombros y me recostó sobre su pecho.
-No Lena, no tienes la culpa de nada de esto, esa semana aislada me ayudó mucho a empezar a poner un poco de orden en las cosas, o en mi mente, los doctores me ayudan muchísimo a pelear con mis fantasmas- puse una de mis manos sobre su muslo derecho. -Todavía me cuesta mucho dejar de sentirme culpable por el accidente, todavía es difícil para mi aceptar la realidad, y eso es lo que provoca estos cambios de humor-
-¿Cómo puedo ayudarte?- me alejé unos centímetros del abrazo para poder verla a la cara.
-Ya me ayudas muchísimo Lena, la segunda vez que nos besamos, cuando tuve ese ataque de llanto, no era por Imra, era por la situación en sí, era porque siento cosas por ti, pero una parte de mi se hunde en la culpabilidad, pero cuando te tengo cerca las voces se callan y me empujan hacer lo que realmente quiero, por eso te bese esa noche, por eso te pedí que duermas conmigo, y al otro día cuando desperté y te vi en mis brazos otra vez la culpa, y la misma historia- pequeñas lágrimas caían por su rostro, y mi corazón se ensanchaba y golpeaba en mi pecho con fuerza, estaba perdida por ella. -Me fui de ahí y me quedé sola pensando, después cuando empezó la terapia de grupo y dije lo que dije fue una forma de sentirme menos culpable, de creer que así la culpa se iba a ir, pero fue todo lo contrario, me sentí mucho peor, sentí que no solo le mentía a Imra, que te mentía a ti, sino que también me estaba mintiendo a mi misma-
-Kara, yo no quiero hacerte sentir mal, ni culpable, pero de verdad que no puedo seguir así contigo besándome, y después empujándome lejos, me destruye, mi autoestima es la más baja que vas a encontrar, y esto me hunde- tuve que ser sincera con ella, no podía ser de otra forma.
-Lo sé, y por eso quise decirte todo esto, porque quiero que entiendas que de verdad siento cosas por ti, que cada vez que estoy cerca de ti todos mis fantasmas desaparecen, y lo único que puedo ver es tu cara, tus ojos, tus labios, y quiero de verdad que esto funcione, se que las dos somos un desastre, que estamos encerradas en un psiquiátrico, pero te quiero en mi vida, y quiero que me quieras en la tuya-
Cuando terminó de hablar no pude hacer más que mirarla, sentí mis ojos humedecerse, lo que esta mujer me hacía sentir no sabia como calificarlo, pero obvio que la quería en mi vida, no sabía como lograría eso, pero la quería.
Hice lo único que pude en ese momento, con un nudo en la garganta, con el corazón acelerado, con el estómago estrujado, me acerqué a su rostro y la besé, pero esta vez fue un beso diferente, se sintió mucho más real que los otros, ella acarició mi cuello, yo me aferré a su nuca, terminé sentada sobre sus piernas mientras la seguía besando, quería memorizar sus labios, quería guardarme la sensación de su lengua luchando con la mía, quería todo de ella.
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Impulso - Supercorp
عشوائيLena, no tenía planeado terminar en un psiquiátrico, pero su vida comienza a tomar sentido cuando conoce a su compañera de cuarto, Kara Danvers.