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Íbamos camino a la empresa, los nervios recorrían mis venas junto con mi sangre, Kara iba manejando y no paraba de mover los dedos sobre el volante, ninguna de las dos se encontraba bien, la noche no había sido mejor, estuvimos las cuatro juntas hasta las tres de la mañana diagramando todo lo que deberíamos hacer, pero siempre podían pasar un millón de cosas que escaparan a nuestro conocimiento. 

Se suponía que hoy debía ser un día feliz, que me la iba a pasar haciendo el amor con Kara por todo el departamento para festejar mi alta, pero no, siempre algo debía pasar para arruinarlo todo. Solo esperaba que esta vez si sea el final de esta pesadilla que he tenido que vivir por 28 años, ya era momento de tener un vida plena. Era ahora o nunca, y por fin estaba rodeada de gente que era capaz de arriesgar hasta su propia vida para ayudarme a terminar con la violencia que me rodeaba.

Esta vez si llegamos juntas a la empresa, estacionamos el auto y subimos al ascensor las dos, Sam y Alex ya se encontraban estacionadas en el lugar de visitas, al vernos nos hicieron unas señas de luces para indicarnos que todo iba bien. El plan comenzaba, en este momento la cámara se prendería y comenzarían a grabar lo que sea que sucede de ahora en adelante.

-¿Estás bien?- Kara no podía con su preocupación, era todo lo que había preguntado desde anoche, podía sentir en carne propia el miedo de que me pasara algo, y ya no sabía como hacer para hacerla sentir aunque sea un poco más tranquila.

-Si amor, estoy bien, y estoy preparada para aguantar lo que sea con tal de terminar con esto-

-Lena, escúchame bien, no pongas tu vida en riesgo por la grabación, si sientes que todo se está descontrolando demasiado corre, si no es en esta ocasión encontraremos otra manera de hacerlo caer, pero tu seguridad está primero, no olvides que tus costillas apenas se han recuperado- me acerqué a ella en el ascensor, acomodé su pelo lentamente con la yema de mis dedos, y pegué mi frente a la suya.

-No haré nada que atente contra mi vida, pero intentaré todo para desenmascararlo, estoy decidida a terminar con esto, pero necesito que estés todo lo tranquila que puedas- ella acortó la poca distancia que nos separaba y me regaló un suave beso.

-Estaremos bien- el ascensor llegó al área de los laboratorios, y tuvimos que separarnos, sus ojos brillaban tanto cuando tenía miedo, que deseaba hacerle sentir mejor, pero no podía.

Seguí mi camino hacia la que era mi oficina habitual, primero debía pasar por ahí para guardar todas las cosas que tenía escondidas, y esperar el momento en el que a Lionel se le ocurra aparecer. Cuando bajé del ascensor, me sorprendí gratamente con lo veían mis ojos. Un cartel enorme con colores llamativos "Bienvenida de nuevo Lena, ya no más Señora Spheer". No tenía ni que preguntar quién había sido, ni bien me vio, Grace corrió a mi encuentro y me abrazó con una necesidad que me hizo emocionar.

-Lena- volvió a apretarme su cuerpo. -Te extrañé, nada es lo mismo sin ti, me pusieron de secretaria del inútil de procesos- no pude más que reír, Grace me regaló un poco de tranquilidad y coherencia.

-Yo también te he extrañado, y por cierto me encanta el cartel, sobre todo la última parte, aunque extrañaré que te metas conmigo todos los días-

-Oh, no te preocupes ya encontraré otra cosa para molestarte- lo que ella no sabía era que muy probablemente sea la última vez que entre a la empresa.

-Ya hablaremos bien de todo, ahora tengo que buscar unas cosas urgentes y después nos ponemos al día- la abrase suavemente una ultima vez y mientras ella tomaba asiento en su escritorio ingresé a mi oficina, no podía perder más tiempo, tenía que sacar estas cosas ahora mismo, todo lo demás estaba en segundo lugar a partir de ahora, no sabía con qué tiempo contaba, pero estaba segura de que no sería demasiado.

Busqué en mi lugar secreto, cuando comencé a guardar pruebas de los delitos, me las ingenié para crear un falso fondo en el cajón del escritorio, era imposible verlo, y solo se abría con mi huella digital, ser la jefa de desarrollo no era en vano. Abrí el compartimiento, busque los papeles físicos y el disco portátil que tenía escondido, lo guardé en mi cartera. Ahora debía bajar a los estacionamientos y darle esto a las chicas, lo primero era esto, después seguiríamos adelante, pero con las pruebas aseguradas.

Cuando me estaba parando para irme, la puerta se abrió de par en par, y Lilian Luthor ingresó como si la oficina fuera de ella, mi ceja derecha se disparó.

-¿Qué quieres?- yo seguí mi camino hacía la puerta, debía salir ahora mismo. -Tengo que irme unos minutos-

-No te iras a ningún lado sin que hablemos Lena- por primera vez agarró mi brazo con fuerza y me tiró de regreso. Me zafé y la mire consternada, Lilian podía ser de todo, pero nunca había sido violenta conmigo, su cara se veía desencajada y furiosa.

-¿Qué haces?- la encaré.

-¿Qué hago yo? ¿Qué haces tú con tu vida Lena? Tu padre me dijo que te estabas acostando con una de las empleadas, con una mujer Lena, ¿qué hice mal?, ¿porqué me haces esto?- no tenía tiempo para esto, no ahora mismo.

-Lilian, lo que haga con mi vida es problema únicamente mío, ya te deje en claro el otro día de que estabas a tu suerte, y yo a la mía, así que por favor no me molestes- me sentía otra persona, sentía que había dejado atrás a la niña frágil y débil que hacía todo por proteger a esta señora, y desde ese día empecé a ver la realidad de las cosas, mi madre era un víctima de la violencia, pero yo también era una víctima de ella, porque si bien nunca me levantó la mano, se encargó de manipularme todo estos años para que me mantuviera cerca de ella, me estaba dando cuenta, que al igual que mi padre, yo solo era otro objeto de los tantos de sus pertenencias, y debía seguir cada una de las normas y cosas que se les antojaran, lamentablemente entendía ahora la devoción de ella por Lionel, era prácticamente igual, solo que sin golpearme, mientras que él vivía por hacer dinero, ella lo hacía por las apariencias, por eso nunca defendió mi divorcio, nunca le importó realmente mi integridad, solo le importaba lo que la gente se enteraba. Y esto se había acabado, no había más lugar para la niña frágil, tenía muchos motivos por los cuales pelear, y no me iba a dejar vencer, había tres personas que me querían y confiaban en mí, y estaba Kara, la persona más generosa, y la única que había amado de por medio, no era momento de parar, era momento de acelerar y que todo lo demás se vaya al diablo. Junté toda esa fuerza que se me había arrebatado por años y la esquivé, fui directo a la puerta, detrás mío escuchaba sus gritos exigiendo de que vuelva, no pensaba mirar atrás debía resguardar las cosas, después vendría lo peor, pero con la tranquilidad de que las cosas estaban seguras.

Me apresure al ascensor, y bajé al estacionamiento todo lo rápido que marchaba la máquina. Ni bien bajé vi a Alex esperándome con los brazos extendidos.

-¿Estás bien?- ellas habían sido testigo de todo.

-Si, tranquilas, no esperaba a mi madre también, pero no hay marcha atrás Alex, seguiremos según lo planeado-

-Te quiero Luthor- me abrazó y me sorprendió. -No le digas a nadie que te lo dije-

-También te quiero Alex-

-Ve, seguiremos cuidándote la espalda- ella volvió hacía el auto, y Sam me saludó desde el interior.

Sin perder tiempo volví a subir, ahora venía la parte más difícil. 

Impulso - SupercorpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora