NO PODÍA SER REAL

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[...]

Pasaron dos años, Wheein había vuelto a su puesto de trabajo y nadie la miraba mal porque sabían que cualquier hubiera hecho lo que hizo.

Trabajaba más que nunca, desde que despertaba su mente giraba en torno a temas laborales y en vez de terminar su horario de las 8:00pm salía a la media noche con sueño para tan solo llegar y dormir.

Heyne y Ailee trabajaban con ella para su fortuna y a pesar de que le decían que la ayudarían en su trabajo siempre las rechazaba porque si tenía un tiempo libre sufría pensando en Hyejin, quien seguía en su cabeza.

Habían días como esos, al no tener trabajo o reuniones se sentía vacía y en su oficina lloraba mirando las fotos que aún conservaba de la modelo como si fuera lo más preciado que tenía en el mundo.

Un día de agosto la morena volvió a su antiguo departamento, luego de un gran respiro ingresó y vio cada rincón de la entrada, dio una pequeña sonrisa. Lo primero que hizo fue acercarse a su sofá, en el cual había dejado la carta, quería saber si la había llegado a leer la empresaria.

Vio la carta abierta y al lado una rosa totalmente marchitada y pudriéndose por el tiempo que estaba ahí, la tomó de todas maneras entre sus manos de manera delicada y vio como una pequeña nota cayó de esta, la recogió y leyó:

Creo que me toca a mi sufrir ¿no? Espero que encuentres la felicidad.

Att. Wheein.

Unas lágrimas cayeron, en tan sólo segundos su vida volvió a ser la misma de antes, su sufrimiento volvió a estar presente en su vida, todo era de nuevo negro, su corazón se achicaba nuevamente.

Tomó sus llaves y salió del departamento, de manera inmediata comenzó a conducir a la casa de la empresaria para saber de ella, quería verla como a de lugar.

Al llegar tocó el timbre, eran las 11:00pm, pero no le importaba, necesitaba verla. En eso aparece Ailee, quien se sorprende al verla.

- Hyejin! Tiempo sin verte.
- Hola Ailee ¿puedo ir a ver a Wheein?
- Aún no llega.
- ¿Dónde la encuentro?
- Está en la empresa, sale en una hora.
- Gracias por la información.
- Ve con cuidado!

Condujo rápidamente hasta la empresa, la cual no tenía muchas luces encendidas, sólo unas poquísimas, como para iluminar un pequeño camino, pero la entrada estaba totalmente cerrada.

A los segundos vio como las luces comenzaban a apagarse una por una, estaba saliendo.

La pequeña justamente estaba saliendo de la oficina luego de haber estado en su computadora haciendo investigaciones sobre cualquier cosa que se le ocurriese, debía mantener la mente despejada.

Salía cabizbaja, su verdadera cara no la mostraba frente a sus trabajadores, su vida era su vida y nadie tenía que saber su sufrimiento.

Abrió la puerta automática para poder salir de la empresa y ahí escuchó una voz que pensó jamás volver a escuchar:

- Wheein...

Era Hyejin, reconocía esa voz a la distancia. Alzó la mirada y ahí la vio, estaba a unos metros de ella, había llegado de su viaje, había vuelto.

Sus lágrimas comenzaron a caer, no le era creíble a pesar de que la veía, quizás se había quedado dormida en su escritorio y estaba soñando con el regreso de la modelo o quizás su mente comenzaba a plasmarla para que su corazón sufra de nuevo.

En eso unos brazos la rodean fuertemente, suelta su maletín y devuelve el abrazo mientras las lágrimas seguían cayendo como si no tuvieran fin.

Luego de unos minutos la menor se alejó sin soltar el abrazo para saber si era verdad que la tenía frente a ella, y ahí estaba la modelo regalandole una sonrisa y secando suavemente sus lágrimas:

- Volviste...
- Mi tarjeta me decía que dejara de comer en exceso.
- Te extrañé mucho.
- Yo pensé que ya no figuraba mi existencia en tu vida.
- Yo...
- Tranquila, sólo trataba de relajarte ¿Quién olvida a la estrella de la moda Ahn Hyejin?
- Tienes mucho ego.- sonrió.
- Perfecto. También soy muy directa o eso es lo que al menos trataré de ser ahora.

Acercó su rostro al de la menor dejando una corta distancia y vio como Wheein se puso un tanto nerviosa, había cambiado, no era la chica que buscaba besarla de manera pícara y con deseo, estaba siendo precavida con sus acciones.

- ¿Puedo besarte Wheein?
- Hyejin... yo...
- ¿No puedo?
- Yo ya no quiero jugar más, mucho menos contigo.- se alejó un poco.

La menor pensaba que la morena habia cambiado debido a su accionar, no era la misma persona tranquila y amorosa que había conocido.

La modelo se acercó nuevamente a ella y le sonrió de manera amorosa:

- ¿Eres bipolar?
- ¿Eh? ¿Por qué la pregunta?
- Porque estas rara, te desconozco así.
- Ahhh... ya entendí. Lo siento si te hice entender eso. Lo que pasa es que quería saber cómo reaccionabas. Te ves muy linda.
- ¿Eh?
- Sigo siendo la idiota que está enamorada de ti Wheein.- le sonrió tiernamente.
- No eres una idiota Hyejin...
- Sigo estando perdidamente enamorada de ti Wheein. Quizás vine con un pensamiento amical pero vi que asechaste mi casa y me dejaste una nota con una rosa que para mi mala suerte no tuve oportunidad de apreciar.
- Yo...
- Wheein... Me muero por abrazarte y besarte de nuevo, te quiero conmigo de una manera en la cual no te he tenido. Te quiero conmigo todos los días.
- Yo también...
- ¿Quieres ser mi novia?
- Sí.
- Entonces salgamos de aquí porque alguien debe descansar.
- ¿Tú?
- Tú.

Tomó su mano y recogió el maletín de la empresaria para luego ir a su auto y llevarla a su departamento.

Al llegar entraron directamente y como en su maleta tenía unas galletas y un café en grano preparó el café y puso las galletas en un plato mientras la menor la miraba detenidamente con cariño.

- Ven, vamos a cenar.

Fue a la mesa junto a ella y se sentó a su lado, Hyejin había acomodado la mesa tal y como la última vez que desayunaron juntas. Tomó su mano y comieron tranquilas con sonrisa y cruces de miradas.

- Yo lo lavo.
- Yo lo voy a hacer, tranquila.- le dio un beso en la cien.

Wheein fue detrás de ella y la abrazó por la espalda:

- Eso es bonito.
- Me gusta.
- A mi también.

Al terminar la llevó a su habitación, se vistieron con ropa más cómoda y se recostaron juntas:

- Debes de estar cansada por el trabajo.
- He estado trabajando de más, es por eso.
- Pues necesito que dejes de trabajar de más porque te quiero conmigo.
- ¿Vas a trabajar para mi?
- ¿Quieres explotar a tu novia?
- Me encanta ver a mi novia en las sesiones de fotografía.
- Iré a trabajar entonces siempre y cuando mi novio este ahí para verme.
- Estaré presente en todas tus sesiones así tenga una reunión importante.
- Me siento halagada.
- ¿Puedo besarte?
- Puedes hacer todo lo que quieras conmigo.- dijo picaramente.
- No me provoques Hyejin...
- Mejor te beso porque hasta el momento no lo hago.

Cogió su rostro y la besó suavemente disfrutando sus labios, estaba necesitada de sus besos, el mensaje que transmitían a través de sus labios, todo era fantástico.

- Te amo Wheein.
- Te amo Hyejin.

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