35. Sing to me, I am not doing well. ⚠️

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. . .


Y entonces, el pobre muchacho gritó.

Gritó tan fuerte que los mismos cuervos salieron volando.

Pero todos se apegaron al plan, Jacky forzó a su amigo a mantener su brazo inmóvil mientras que Mike lo sujetaba y le servía de soporte...

Carl estaba sufriendo.

Colette le pusó la inyección al borde del llanto, y Edgar regresaba a la zona luego de ver el montón de cadáveres fuera de los utilidors.

Ella sacó la aguja, pero el joven no dejaba de patalear del dolor.

Pasó un rato mientras trataban de calmar a Carl... Hasta que finalmente se rindió ante la fuerte dosis que le habían inyectado.

-Anestesia... Definitivamente la tiene.

Anestesia, esa mierda tenía una gran cantidad de anestesia. Se tomó mucho tiempo en hacer efecto pero finalmente lo había hecho.

Edgar lo notó cuando Jacky no se quejó al momento de que Carl la tomara del brazo y apretara con fuerza mientras el color se iba.

Habían perdido tiempo valioso, pero al menos el chico estaba más calmado.

-¿Todavía duele?

Le preguntó Mike, Carl negó con la cabeza...

-Aunque no duela se siente una sensación horrible...

Jacky rió un poco.

-Es ese puto hormigueo raro ¿no? No quiero ni imaginar cómo se siente esa mierda en el ojo...

-Hey, Carl, ¿te parece bien si te vendo rápido? Estamos en medio de un parque radioactivo, tal vez sea mejor cubrir la herida antes de que empeore...

Él asintió, para que rápidamente Colette se acercara y comenzara a vendarlo con cuidado. Mientras ella hacia eso, Jacky y el señor Mike se levantaron para ir camino afuera...

-Es jodidamente horrible...

Miles de muertos... E incluso podían decir fácilmente que algunos eran recientes.

Gente que murió balaceada... Podían tener un mes o dos muertos... Como si checaran constantemente la zona asegurándose que nadie estuviese vivo.

Definitivamente no tenían una salida fácil, eso era más que obvio.

Apenas descubrieran que habían despertado los perseguirian hasta erradicarlos a todos como ratas de laboratorio.

No sabían que era peor... La realidad, o la mentira.

-Creo que no podremos llegar muy lejos...

La mujer mencionó mientras negaba con la cabeza decepcionada.

-Y llegaremos mucho menos lejos si nos rendimos ahora.

Su compañero respondió, sin la más mínima pizca de querer rendirse. El chico del flequillo acomodó su bufanda -ahora sin vida-, y se acercó a los otros dos.

Rooms, Anxiety and Silence [OLD]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora