XIII: Había una vez... Un cuerpo en el agua

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En lo profundo del mar, jugando con dos caracolas para desquiciar a los cangrejos que vivían adentro, se encontraba un tritón de la misma altura que Venezuela. Su cabello negro rojizo le hacía resaltar de entre toda la familia tricolor, Bolivia tendía a ser de apariencia amable y tierna, pero lo cierto era que ocultaba su lado dominante, sólo cuando sus víctimas ya yacían muy confiadas cerca de ello.

Venezuela ya estaba lejos del reino, por fin lejos, siguió nadando hasta el fondo y vio a Bolivia, éste rápidamente nadó hasta él con lágrimas en los ojos.

—¡¡¡Bolivia!!! ¡¡¡Bolivia!!!

Él tenía varios conflictos con éste, los más leves, entre molestarse mutuamente hasta llegar a agredirse, en cualquier otra circunstancia, Venezuela no le pediría ayuda alguna a él, pero en esos momentos, estaba demasiado desesperado.

—¡¡¡Bolivia!!!

Lo abrazó fuerte, llorando y temblando, su cola estaba algo lastimada, se notaban leves grietas y unas marcas en su cuerpo.

La primera vez que el Boliviano escuchó el llamado sólo frunció el ceño. Estaba tan acostumbrado a las peleas con Venezuela que sólo cuando recordó que éste estaba desaparecido, levantó la vista.

Cuando sintió que lo abrazaba, se preguntó si estaba en un sueño. Sin embargo al reparar en la cola herida de su hermanito, sólo se alarmó.

—Mi Vene, ¡¿Qué le han hecho?!—dijo alarmado, soltó las caracolas y acarició su cabeza—¡¿Y mi colombiano bello?!

Bolivia se llevaba bien con Colombia, siempre tenía apodos amorosos para la mayoría de las personas que convivían con él. Claro que en algunas ocasiones llegó a poner celoso a Venezuela, pero se lo cierto era que Bolivia nunca sintió atracción por Colombia.

Pero la pregunta sólo logró hacer que el menor llorara destrozado, con mucho miedo aún temblando, solo se apegó a éste.

—C-Colombia... F-falleció... Lo atacó un tiburón... Y... Y yo....

Solo siguió llorando destrozado en el hombro del contrario, su corazón estaba roto, no podía creer cómo su amado Colombia había fallecido y mucho menos el cómo perdió a Siria.

—M-me quitaron mi virginidad... Me usaron... Me duele todo

Seguía saliendo un poco de semen y sangre de su entrada.

El boliviano lo miró con preocupación, Venezuela se veía mal, completamente mal. Francia se volvería loco cuando viera lo que le había pasado.

—Está bien mi Vene, déjame que te ayudaré—dijo agarrando al pequeño entre brazos, se llevó al chico nadando a paso rápido.

Acariciaba su cabello mientras suspiraba. En verdad él quería tener la certeza de que Colombia seguiría con vida, pero Venezuela no parecía mentir.

—¿Sabes? Ecu se va a casar con Perú—dijo suavemente—Y yo me casaré también con ellos dos.

En algunas ocasiones, cuando un miembro de la familia no tenía hermanos o éste ya estaba comprometido, se permitían los matrimonios de tres

El menor se sorprendió por la noticia y solo sonríe con cariño, abrazándolo un poco.

—Felicidades hermanito... Espero que sean muy felices usted tres, me alegro por ustedes...—dijo con una sonrisa algo débil pero dulce.

Ya habían llegado a su hogar, solo suspiró aliviado de haber llegado al fin a su casa. Francia estaba concentrado en su lectura, tenía los ojos rojos de tanto llorar. Pero debía ser fuerte, por su pareja, su pareja necesitaba apoyo y no podía permitirse caer.

Mar de sangre para el Rey (GuyiVene)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora