XLVII: Hemos llegado a su fin...

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Surinam sólo observaba en silencio, viendo fríamente a su tío y a su padre Guyana, no podía mentir, estaba complacido con el dolor y sufrimiento de estos, pero a él no le interesaba el poder ni el reino, sólo estaba allí para advertirle a Venezuela que un paso en falso y Esequibo pagaría las consecuencias.

—¡Surinam!, ¡¿En serio no puedes ver más allá de tu propio egoísmo?!—gritó el guayanés desesperado, queriendo ir hacia su hijo—¡Violaste a tu primo y crees que en nombre del sufrimiento no deberías ser castigado, debes detenerte! Venezuela está dispuesto a abrirte los brazos otra vez, pe...

—Ahórrate el discurso—gruñó con enojo el surinamés, haciéndole una seña a Guayana Francesa.

Guayana Francesa golpeó la aleta de Esequibo, dejándole gritar.

Pero lo interesante fue que en vez de sólo un grito, se escucharon dos, uno perteneciente a Guayana Francesa. Cuando miraron hacia arriba, humanos con trajes especiales que les permitían respirar bajo el agua comenzaron a atacar a Guayana Francesa con arpones y otras armas. Surinam no podía hacer mucho, después de todo sus poderes se le habían sido arrebatados.

Esos hombres eran los llamados "buzos" y venían por orden del príncipe USA. ¿Pero quién le había avisado? Pues él era el invitado con el que Oslo iba a encontrarse, esperó en la orilla durante mucho rato hasta que Bolivia, quien se había percatado de la situación, le había informado y pedido su ayuda.

El venezolano al notar a los humanos se sorprendió bastante, pero al ver que el guayanés no había terminado le preocupó bastante, más al ver que éste planaba atacar también a los buzos aún estando lleno de sangre.

—Jajaja... No... Cela ne s'arrête toujours pas là.... Si yo muero... ¡¡¡Me llevaré al menos a UNO!!!

Con sus tentáculos empezó a atacar a los buzos apretándolos hasta casi romper los trajes especiales, Venezuela al percatarse, sacó sus espadas y comenzó a cortarle los tentáculos rápidamente, miró a los buzos heridos y solo asiente levemente, agradeciéndoles de que les diera algo de tiempo, para luego atacar directamente a Guayana Francesa.

—Esto Termina... ¡¡AHORA!!

La batalla empezó, Venezuela estaba transformado en su forma de defensa, con colmillos y sus estrellas marcando su cola y sus ojos.

Parecía un destello cuando nadaba rapdio y golpeaba a Guayana Francesa, quien era más grande, tenía los colmillos negros cubiertos de sangre, con garras largas, sus ojos negros tenían las pupilas rojas, parecía una bola negra al nadar y atacar.

Esta era la batalla del ying y el yang, el bien y el mal, el ángel y el demonio, pero la pregunta era la siguiente... ¿Quién ganaría esta terrible batalla a muerte?

Esequibo miraba todo aterrado, solo gritaba tratando de soltarse.

—PAPÁ, GUAYANA FRANCESA, ¡¡¡PAREN DE PELEAR POR FAVOR!!!

Pero estos lo ignoraban, hasta que Guayana Francesa miró a Guyana y a Esequibo con una sonrisa sádica, para luego mirar a Venezuela. Guayana Francesa se encontraba en el suelo sangrando y sonriente.

—Veamos si eres tan poderoso como para salvar a todos....

Confundió al venezolano, pero éste al ver que varios de sus tentáculos tenían lanzas con veneno y varias fueron dirigidas a Esequibo y a Guyana, solo pegó un grito.

—¡¡NO!!

Venezuela rápidamente hizo una burbuja sobre ellos protegiéndolos, pero al distraerse, Guayana Francesa aprovechó para encajarle una lanza en su cola y un arpón en el hombro, empezando a desangrarse, pero no iba a doblegarse.

Mar de sangre para el Rey (GuyiVene)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora