XXVII: Colorín Colorado... Ante todo a darse su puesto

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Venezuela solo sirvió la comida a todos los comandantes, para luego ponerse de manera firme mirándoles, se aguanta la risa por recordar lo que hizo el contrario estando borracho. Solo tosió un poco para luego acomodarse su corbata y los guantes, mirando fijamente a los comandantes.

—Caballeros, déjenme presentarme ante algunos de los que no me conocen, Soy la mano derecha del Rey y uno de sus soldados más fuertes y ya que los convoqué a todos aquí, creo que debemos aclarar un par de cosas...—dijo con las manos en la espalda.

Uno se quiso hacer el muy hombre y se burló del menor porque le reconoció porque trabajaba en el burdel, empezó a llamarle puta de cuarta barata que no sabía nada de pelea.

El latino se limpiaba el culo con lo que le decía, ya no era tan sentimental por solo insultos, pero al ver que éste se le quiso acercar de más para manosearle, Vene reaccionó de golpe y le hizo una llave, tirándolo al piso para luego pisarle, miró al resto con una sonrisa medio forzada.

—Muy bien... Apuesto que no esperaban eso... Miren si yo los traje aquí, con permiso de Su majestad claro, fue porque tenemos que acabar con esta maldita guerra que se tiene con los tritones y las sirenas, pero para eso necesitarán de mi ayuda... No me tomen a la ligera solo porque soy un esclavo y un bailarín exótico perras

Miró a todos con desprecio, para luego darles la espalda, caminó a la puerta para luego voltearse y suspirar medio agotado del griterío del tipo que tiró al piso.

—Y Dos... Lo que hizo el rey, no es el tema de conversación así que dejen sus pendejadas y sus mariqueras para otro maldito momento...

Comentó en un tono de molestia rechinando sus dientes, salió de la habitación para luego ir a su alcoba, que era en la azotea con una ventana con vista al mar, solo miró en silencio lo que antes era su hogar.

Empezó a recordar lo que hizo su amo cuando estaba ebrio, solo sonríe levemente.

♠╪♠→Flashback←♠╪♠

Siria se puso a bailar todo ebrio dando vueltas, poniéndose a cantar de manera desentonada, se puso a coquetear con algunos de los comandantes y sirvientas.

Señor... Ya es muy tarde...

Dijo el menor un poco molesto, quedó con verse con Guyana esa noche y no planeaba llegar tarde por el ebrio de mierda de su amo. Se puso a un lado y le quitó la botella, le miró como regaño, Siria cuando lo miró a los ojos, le acarició la mejilla y se puso a llorar.

Empezó a disculparse con éste por todo lo que le hizo pasar, abrazándolo fuerte y a pegándolo a su cuerpo, Vene se sonrojó levemente, pero solo aprovechó y lo dejó en su cama.

—Déjese de tonterías señor... Por Dios, usted está ebrio...

Luego el rey empezó a desvestirse frente a Vene quien solo desviaba la mirada. Lo acorraló en la pared sobresaltando al latino, Siria se acercó a éste y empezó a besarle la boca apasionadamente, Vene se congeló sorprendido, pero luego el contrario se separó con un hilo de saliva uniendo ambos labios.

Y le dijo algo que le provocó un sonrojo enorme y que lo incomodó por completo.

—"Te amo, y me gustaría que reinaras conmigo".

Esas fueron las últimas palabras del rey Siria antes de caer de golpe dormido en la cama.

Venezuela solo suspiró calmado de que este se quedara dormido por fin, para luego irse por la ventana volando como un turpial.

Mar de sangre para el Rey (GuyiVene)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora