XXXIX: Cataplín, Cataplán... El cortejo empezará

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Al poco tiempo, llegaron otros tritones unos musculosos más altos que Venezuela, uno con barba y otro que era más joven un pequeño niño pelirrojo, Venezuela solo les dio la bienvenida, dándole un beso en la mejilla a los dos.

—Hola es un placer...—dijo el señor de barba con una voz gruesa e imponente, mirando atento al latino que solo le sonríe de manera tranquila pero con un semblante medio serio.

—El mío igualmente señor Noruega... ¿Y éste pequeño es?...

—Mi hijo.... Oslo...

El niño era más alto que Esequibo, tenía los ojos azules y el cabello café, Noruega era un hombre robusto con una barba con ojos azules y de cabellera pelirroja.

—Es un gusto señor Venezuela...

—Igualmente príncipe

Los dos eran personas apuestas, en eso llegó Esequibo con un pequeño sonrojo escondiéndose de los dos extraños.

A Esequibo le había llamado la atención las personas que estaban hablando con su padre. Solo se limitó a mostrarse y sonreírles de manera dulce.

—Hola es un placer, soy el príncipe Esequibo—dijo poniéndose firme cual soldado, Venezuela solo ríe levemente para luego solo indicarle a los niños que fueran a jugar mientras Venezuela se quedaba a hablar con el señor Noruega que le miraba con interés.

El guayanés observa a los presentes con su típico semblante frío y formal, durante toda la fiesta miraba furtivamente a Venezuela, preguntándose si éste se sentiría cómodo en presencia de aquellos tritones tan fornidos que lucían amenazantes. Lo que más le molestaba era cómo Noruega miraba a Venezuela, recorriendo su cuerpo, como si tuviera algún tipo de hechizo para ver debajo de la ropa de éste.

"¿Y si lo tiene?"

Carraspea para llamar la atención de los presentes, notando que por fin Noruega parece prestarle atención a él en vez de mirar la aleta estrellada del venezolano.

Venezuela estaba con Noruega conversando, obviamente podía sentir las miradas furtivas de Guyana y del Noruego, claramente este le molestaba que se le quedaran viendo tanto, pero solo suspira y continua la conversación con naturalidad, hasta que escuchó que carraspeo el contrario, solo alzó la ceja mirándolo, se veía más serio y enojado que de costumbre, no entendía el por qué, tal vez sea solo imaginación suya.

—As you know, the King of England many years ago, cuando nuestro reino estaba bajo el dominio de Napoleón, le demandó al pirata Siria que le trajera a su hijo USA, ya que éste se había escapado con un amante. Cuando el barco de Siria encalló, toda la tripulación a bordo murió, excepto USA... Nadie sabe qué tuvo que pasar, pero lo cierto es que hoy, en el lecho de muerte del rey Inglaterra, se ha vuelto a presentar su hijo USA para heredar el trono, parece que también apoyará a los tritones.

Cuando escuchó aquella noticia el venezolano se sorprendió, le agradó el escuchar aquello, aunque por dentro sentía un revoltijo de emociones.

—¿Es en serio?... Wow... Pensé que Siria lo había matado... Es sorprendente, significa que podremos verle a la cara y poder formar una alianza con éste—dijo sonriéndole a Guyana emocionado con un brillo en los ojos, le emocionaba bastante la idea de poder conocer a alguien que haya sido familia de Inglaterra, aunque por dentro le aterraba tener que volver a su pasado, con esos recuerdos tormentosos.

Ahora que Venezuela le ponía total atención a Guyana, tomándolo de las manos mirándolo fijamente con una sonrisa dulce, eso le molestaba al noruego, así que tomando a Venezuela del hombro con suavidad, le rodeó con el brazo.

Mar de sangre para el Rey (GuyiVene)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora