Existía una manera de saber que tan compatible eres con las personas. Nayoung creía ser perfectamente compatible con su pareja. Sunghoon estaba convencido de que no era compatible con nadie.
Lindo es el destino que une a las personas menos esperada...
— ¿Cómo te fue? —Sunoo le preguntó a Nayoung. La chica hizo un puchero—. No te fue bien ¿cierto?
—Si antes me caía mal, ahora me cae peor. —Nayoung dijo—. Es tan insoportable e irritante. Quiero que este proyecto se acabe ya, no lo aguanto.
Sunghoon, miraba al huevo, tenía ganas de romperlo. No lo quería, le parecía ridículo tener un huevo en sus manos mientras sus amigos no lo tenían. Entonces una dulce risa se escuchó sobre las voces de todos en el salón. Volteó a ver de quién trataba aquella voz, Bae Nayoung. La joven se veía tan tranquila a los ojos de Sunghoon que solo quiso quitarle esa pequeña felicidad, la quería ver molesta.
Pues se veía bonita...
— ¡Bae! —La llamó mientras se acercaba a ella. Las chicas del salón se susurraban entre ellas.
Estúpidas.
Nayoung pensó cuando las escuchó.
Idiota.
Pensó al ver a Sunghoon acercarse.
—Aquí tienes tu huevo. —Sunghoon dijo y se lo entregó—. Encárgate tú de él.
Sunghoon se dió media vuelta y caminó victorioso sabiendo que había ganado. Pero Nayoung no estaba conforme con eso, y menos con escuchar las no discretas conversaciones de sus compañeras de salón.
— ¿Por qué me lo das a mi Park? —Nayoung dijo y Sunghoon paró su caminata y se volteó—. ¿O acaso tienes miedo de tener los huevos suficientes para hacerte responsable?
Sunghoon la miró incrédulo. Sunoo rió seguido por otras personas dentro de la clase que también lo hicieron. Sunghoon no tuvo respuesta, el solo se quedó parado en su lugar sintiéndose completamente avergonzado. Nadie nunca le había dicho algo así, se había acostumbrado a que todo el mundo le tuviera miedo.
— ¿Qué pasa? —Nayoung le preguntó desafiante—. ¿Dañe tu orgullo niño bonito? ¿Ya no eres el Park Sunghoon perfecto?
Vergüenza. Recuerdos. Sentimientos. Todo eso hizo que el vaso se derramara, y Sunghoon se fue.
— ¡Sunghoon! —Nayoung escuchó la voz de Heeseung llamar al chico que había salido molesto del salón.
Ella se sintió mal.
—Woah, eso estuvo bien Na. —Sunoo dijo impresionado de su amiga, quien solo miraba al piso mientras comenzaba a arrepentirse de lo que había hecho—. Ya nunca se va a meter contigo.
El problema es que él nunca se metió conmigo... Nayoung pensó, pero le sonrió a Sunoo.
La próxima clase empezaría pronto, y no había rastros de Sunghoon por ninguna parte. Cuando escuchó los pasos de alguien acercarse al salón, y al ver que no era ningún profesor sino Heeseung, pensó que Sunghoon vendría detrás de él. No lo era, venía solo.
A diferencia de lo que ella esperaba, Heeseung nunca la miró mal como si hubiera hecho algo malo. El solo entró y se sentó en su lugar. A los minutos llegó la profesora de historia. La mujer se dio cuenta de la silla vacía.
— ¿Park Sunghoon? —Preguntó—. ¿Alguien sabe de él?
Heeseung levantó su mano.
—Salió hace unos momentos a la enfermería. —Dijo mirando a Nayoung de reojo—. Le estaba doliendo la cabeza.
—Para la próxima Heeseung, dile que le informe a un docente ¿de acuerdo? —Heeseung asintió.
Nayoung todavía sentía culpa.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
