CAPÍTULO 7

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¿Le habían dañado el orgullo a Sunghoon? Si.

Pero además de ser su primera vez bajo el ojo de la vergüenza, habían tocado un tema quizás algo sensible para él.

Nunca lo ofendió lo de los huevos, eso era lo de menos, hasta era un chiste en común entre los adolescentes el problema vino él la palabra perfecto.

Sunghoon nunca fue a la enfermería. Solo se sentó en las canchas de baloncesto, mientras recibía los pocos y suaves rayos del sol y mientras una leve brisa chocaba contra su rostro.

Park Sunghoon perfecto...

El no era perfecto.

Park Sunghoon estaba lejos de ser perfecto.

Él nunca sería perfecto.

Pero quería serlo... quería serlo por su madre, por su padre y su hermana, quienes se habían esforzado tanto por él, quienes siempre lo ayudaban, él quería regresarles la misma ayuda siendo alguien importante para que estuvieran orgullosos de él.

A veces se le olvidaba el hecho de que él era un humano.

Muchas veces le decían lo hermoso que se veía en el hielo, lo fácil que hacía parecer todo una vez se ponía los patines. Mucha gente lo veía como el trofeo de su familia, escuchaba como decían que él era el orgullo de ellos ¿pero por qué no se sentía así? Varias fueron las veces en las que se quedaba admirando a otros patinadores queriendo ser como ellos, y luego se miraba a él mismo y no sentía nada, no sentía que mejoraba, no sentía enorgullecer a nadie.

Se sentía solo. Pero nunca se lo dijo a nadie, si él tenía que ser perfecto, no podía decirle a nadie que se sentía mal, no podía decir que tenía problemas.

No tenía a nadie más que a Heeseung, su mejor amigo que siempre lo ayudo, que siempre lo acompañó. Pero incluso a veces sentía que él no quería estar a su lado, que solo sentía lástima o estaba ahí por obligación.

Sunghoon revisó su teléfono. Ya habían pasado quince minutos desde que Heeseung lo dejó solo en la cancha, después de gritarle una y otra vez que volviera. Con pasos lentos se acercó a su aula de clases.

—Sunghoon... —la profesora se percató de su presencia—. Heeseung me contó que no te sentías del todo bien ¿te encuentras mejor?

El asintió y después de la linda y amable sonrisa de su profesora de historia se sentó en su puesto.

Sunghoon sentía todas las miradas sobre él. Quería desaparecer.

 Quería desaparecer

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