Existía una manera de saber que tan compatible eres con las personas. Nayoung creía ser perfectamente compatible con su pareja. Sunghoon estaba convencido de que no era compatible con nadie.
Lindo es el destino que une a las personas menos esperada...
—Porque te quiero mucho quiero que consigas a alguien mejor que yo ¿si? Alguien con quien puedas ser mucho más feliz. —Sunghoon escuchó mientras salía de la enfermería y volvía a su salón de clases por sus cosas para ir a su casa.
Su cabeza había estado doliendo durante las últimas 3 horas y lo estaba molestando bastante así que decidió ir por algo para calmar el dolor. Lo raro, estos dolores se habían vuelto un poco más frecuentes y Sunghoon se preguntaba la razón.
— ¡Eres un maldito egoísta! —Una voz familiar llegó a sus oídos. El interés creció en él. No quería ser chismoso, pero la sinceridad ante todo, cualquiera escucharía una pelea de pareja por diversión.
Se escondió detrás de un pilar y miró de donde provenía la voz.
Bae Nayoung.
—Lo lamento. —Escuchó en un murmullo y vió la figura de Park Jongseong caminar fuera del lugar. Su mirada se dirigió a la chica que lloraba en el patio, el viento soplaba, pero no era muy fuerte.
Sunghoon quiso hacer algo, pero quería que pareciera más una casualidad y no la escena del príncipe azul llegando a rescatar a su princesa en aprietos. Solo que Nayoung y él no eran nada. Se sentía mal, Sunghoon odiaba ver a cualquier persona llorar, no soportaba el hecho de ver a alguien sufriendo y que él no pudiera hacer nada más que solo dar apoyo.
Así que después de unos minutos se acercó a Nayoung y se agachó junto a ella. Cogió su chaqueta y la puso en su espalda. La chica dio un pequeño salto y lo miró. Sus mejillas estaban rojas y llenas de lágrimas.
—Alejate. —Le dijo con un tono de voz muy suave. Sunghoon simuló no escuchar, cosa que molestó a Nayoung—. Park Sunghoon te dije que te vayas, no tienes nada que hacer aquí.
—No quiero. No te voy a dejar sola. —Sunghoon le respondió. Nayoung respiró hondo.
—Te lo estoy diciendo a las buenas, no me hagas decírtelo a las malas. —¿De verdad quería ella estar sola? Fue lo que Nayoung se preguntó. Una parte de ella quería a alguien a su lado, no quería que fuera como Jay lo acababa de hacer—. Solo... vete.
— ¿Qué pasa si no me quiero ir? —Sunghoon preguntó con el mismo tono suave. Nayoung no respondió, estaba demasiado ocupada llorando.
Sunghoon no sabía cómo ayudar a calmar a una persona. Nunca quiso parecer indiferente, pero simplemente no sabía cómo expresarse. Quería decirle que se calmara, pero eso era de pésima ayuda. O quizás decirle que se tranquilizara, pero eso tampoco ayudaría en nada. ¿Y si le decía que respirara? No, su respiración estaba estable.
Dios que inutil soy. Se dijo a sí mismo. Luego de unos segundos pensando en que hacer, solo vino una cosa que sería perfecta, problema, Sunghoon no sabía como hacer eso. Así que abrió sus brazos y torpemente abrazó a Nayoung. Sunghoon sintió petrificarse, tragó duro y se aseguró de mostrar apoyo mediante un abrazo. Luego sintió el cuerpo de la chica acurrucarse en él. Sunghoon sonrió y con su mano suavemente acarició el cabello de Nayoung.
—Te prometo que todo estará bien después de esto. —Sunghoon le susurro.
Después de todo, quizás a Sunghoon si le gustaba Nayoung.
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