Existía una manera de saber que tan compatible eres con las personas. Nayoung creía ser perfectamente compatible con su pareja. Sunghoon estaba convencido de que no era compatible con nadie.
Lindo es el destino que une a las personas menos esperada...
— ¿Sunghoon? —Su madre tocó la puerta para encontrar a su hijo acostado en su cama y su teléfono en manos—. Tu hermana te está esperando para comer.
Un suspiro se escuchó por la habitación.
—Ma, realmente no tengo hambre... —dijo recordando la palabra 'dieta' de su entrenador—. Yo como después.
La mirada de su madre mostró preocupación. Su mirada se suavizó y se acercó a su hijo para sentarse en su cama y acariciarle el cabello.
—Hoonie, eso dijiste ayer y encontré tu comida en la basura. —La mano de su madre bajó a acariciar su mejilla—. ¿Todo está bien? Sabes que puedes decirme lo que necesites. Baja a comer por favor.
—Mamá, mi entrenador habló sobre la dieta de nuevo y la competencia que está cerca. —Sunghoon mordió su labio.
—Una dieta no es saltarse las comidas. —Su madre habló una vez más y tomó la mano de su hijo—. Ven, que se te enfría la comida.
Sunghoon asintió y con la mano de su madre se ayudó a parar. Amaba a su madre, ella siempre estuvo con él, a pesar de tener peleas una que otra vez, siempre volvían a estar unidos. Su madre siempre le dijo que cuando se trataba de pedir ayuda le hablara como si ella fuera una amiga, que ella no lo castigaría por ese tipo de cosas. Una vez bajaron las escaleras, la hermana de Sunghoon corrió a abrazarlo.
—No te vi al llegar —dijo mientras abrazaba a su hermano con todavía más fuerza. A los segundos se separó y miró a su hermano como un puchero—. ¿Por qué no me saludaste cuando llegaste?
Sunghoon le acarició su cabello y le sonrió. Luego se acercó a la mesa y todos se sentaron. Los ojos de Sunghoon se abrieron al ver el montón de comida sobre el plato.
Él tenía que seguir las palabras de su entrenador.
Su madre lo miró y esperó hasta que su hijo mayor tomara el primer bocado de comida. Su hermanita por el otro lado ya había comenzado. A pesar de querer seguir a su entrenador, Sunghoon tenía hambre.
— ¿Cómo estuvieron las clases hoy? —La mujer le preguntó a sus dos hijos. La menor le dijo que habían tenido un examen pero que le había ido bastante bien—. ¿Y tú Sunghoon? ¿La práctica?
—No fue el mejor día... —dejó las palabras en el aire mientras jugaba con sus palillos—. Supongo que estaba cansado y quizás por eso todo me salió mal en el entrenamiento. Y en la escuela ni se diga.
— ¿Pasó algo en específico?
—De hecho al profesor se le ocurrió juntarnos en parejas para tener hacer un trabajo. —Sunghoon dijo con una sonrisa amarga en su rostro—. Me tocó con nadie más y nadie menos que Bae Nayoung.
— ¿La hija de Bae Hyunsook? —Sunghoon asintió—. Su madre y yo solíamos ser amigas. ¿Por qué la cara larga? ¿Acaso no son amigos?
—No. —Pronunció el chico—. Es más, casi ni hablo con ella.
—Pero siempre hay una oportunidad para conocer gente nueva Hoonie. —Su madre dijo.
Sunghoon asintió sabiendo que su madre tenía razón, sin embargo eso no aplicaba para Bae Nayoung. Una vez comió un poco más de la mitad de su plato se levantó, tanto su madre como su hermana lo miraron.
—Tengo que llamar a Bae Nayoung para terminar unas cosas en el proyecto. —Dijo y al ver la aprobación de su madre tomó su vaso—. Con permiso.
Camino hasta la cocina y dejó sus platos en el fregadero. Luego volvió a tomar su teléfono para revisar la hora. No era tan tarde así que esperaba que Nayoung le contestara.
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