Existía una manera de saber que tan compatible eres con las personas. Nayoung creía ser perfectamente compatible con su pareja. Sunghoon estaba convencido de que no era compatible con nadie.
Lindo es el destino que une a las personas menos esperada...
Claro que a Sunghoon no le gustaba la maravillosa idea de Nayoung. Pensaba en las miles de excusas para darle a su entrenador si llegaba tarde a la práctica, pero obviamente aquel señor no se lo perdonaría y lo obligaría a hacer el doble. La única manera en la que tenía permitido faltar era si había una excusa médica presente. Porque según aquel señor, siempre había tiempo para todo, y no debería haber algo más importante que la disciplina.
— ¿Tienes auto? —La voz de la chica lo sacó de sus pensamientos. Sunghoon asintió—. Bien, vamos.
Sunghoon regresó al presente cuando sintió su brazo ser halado y una mirada se chocó contra la suya. Los ojos de Nayoung estan incitando a que se apuraran porque estaba de algún modo desesperada.
Esta vez estaban solos. No había un Jake, ni un Sunoo caminando junto a ellos. Nayoung solo caminaba mientras revisaba su télefono, Sunghoon solo caminaba, sin importarle si la chica se perdía o no. De todas formas el estacionamiento de la escuela no era un lugar desconocido para nadie.
— ¿Este? —Nayoung por fin había levantado la mirada de su pantalla y él asintió. Sunghoon se acercó a ella y le abrió la puerta. Si algo le había enseñado su madre era siempre ayudar a los otros, abriendo una puerta, corriendo una silla—. Bastante educado Park Sunghoon.
Ese comentario lo hizo sonreír. Luego el subió y cerró su puerta. Encendió su auto y comenzó a conducir, o por lo menos eso iba a hacer hasta que recordó que no sabía a dónde exactamente irían.
— ¿A dónde vamos? —Sunghoon preguntó y volteó su cabeza para encontrarse con Nayoung.
— ¿Te suena el Belieft center? —Nayoung preguntó, la perdida mirada del chico le dió a entender que no. Sunghoon pudo ver la mano de la chica tomar su teléfono y pedirle que lo desbloqueara—. Emmm, desbloquealo.
Sunghoon lo tomó y después de haberlo desbloqueado y cerrar las aplicaciones que posiblemente Nayoung podría ver se lo pasó. Ella lo tuvo durante unos segundos y después de un corto periodo de tiempo, una voz robótica salió del parlante y comenzó a guiarlo. Mientras conducía, Sunghoon también iba cambiando de estación de radio, no había una canción que le hubiera encantado dejar.
—Espera. —Sunghoon sintió una mano sobre la suya que detuvo la radio. Él quitó la suya rápidamente y la colocó en el volante de nuevo—. Deja esta canción.
— ¿Love Like Oxygen? —Sunghoon preguntó. Ella respondió que sí.
El viaje siguió silencioso. El silencio más incómodo que podían sentir ellos dos. Mientras Sunghoon tenía su mirada en la carretera y pensaba en qué podría decirle a su entrenador si no llegaba a la pista a las 6 de la tarde. Nayoung por su lado tenía la mirada fija en su teléfono, su dedo iba de arriba a abajo mientras deslizaba la pantalla, y también se podían ver sus dedos moviendo mientras le escribía a sus amigos.
—Bae Nayoung. —Sunghoon la llamó—. Ya llegamos.
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