CAPÍTULO 45

4K 439 34
                                    






Nayoung caminaba fuera de la pista. Había personas fuera también, no estaba tan solo como ella esperaba que iba a estar. Miró por todos lados mientras caminaba por las señales de Jay.

Durante unos segundos se perdió. Su sentido de ubicación no era el mejor, hasta que vio una nube de humo.

Era Jay.

El mismo Jay que le había prometido que nunca volvería a hacer lo que estaba haciendo. No entendía porqué lo hacía, pensaba que eso se había quedado en el pasado.

Se acercó caminando a él. Jay nunca se dio cuenta de eso, estaba muy ocupado con su mirada en la nada como para darse cuenta que alguien lo estaba mirando.

—Jay. —Nayoung lo llamó provocando que saliera humo de su boca al mismo tiempo en el que había saltado—. ¿Qué haces?

— ¿Qué parece que hago?

—Jay, ya habíamos hablado de esto. Pensé que lo habías dejado. Fumar no te hace bien, lo sabes ¿verdad? —Nayoung estaba preocupada por el extraño comportamiento de Jay—. Sé perfectamente que somos ex-pareja, pero necesito que me digas que te pasa.

— ¿Qué pasa? Pasa que ya no se que hacer. Lo necesitaba. Nayoung te juro que intenté no hacerle caso a esta estúpida necesidad. Pero la culpa crecía dentro de mí y necesitaba calmarme. —Dijo para volver a inhalar del cigarrillo. Expulsó el humo y Nayoung tosió, ella de verdad odiaba el olor del cigarrillo—. Lo lamento.

— ¿Tus padres lo saben? —Nayoung preguntó.

—No, están bastante ocupados. Además, no es la gran cosa. Todos escondemos algo Nayoung, incluso tú. Estoy bien, y mientras lo esté, no tengo por qué decirle nada a nadie.

—No estás bien Jay. Si lo estuvieras no estaría recurriendo a los cigarrillos de nuevo. —Nayoung tenía los ojos abiertos buscando el contacto visual que Jay evitaba—. ¿Y la rehabilitación? Habíamos hablado de eso hace meses.

—Hablas como si consumiera drogas. Exageras.

—No estoy exagerando Jongseong, te estoy diciendo, esa cosa puede matarte. —Señaló el cigarrillo en los dedos de Jay—. Dime por qué me rompiste.

— ¿Qué?

—Como lo escuchaste. —Nayoung habló. Ella necesitaba saber las razones, sin sentimientos detrás. Jay la miró confundido. Había cambiado el tema demasiado rápido, y sin una razón aparente.

—Ya te lo dije, te lo dije esa tarde. Hay alguien mejor para ti. —Jay dijo y Nayoung bufó—. Se perfectamente lo estúpido que fue, pero es la verdad. Hay alguien mejor para ti ¿no es así? Park Sunghoon, ustedes dos son como uña y mugre.

—Sunghoon y yo solo somos amigos. Quiero tomarme un descanso de las relaciones, Jay. —Respondió.

—A esto me refiero, era inútil y algún día iba a pasar, tu lo sabes. Se que no fue la mejor manera y lo lamento, pero siempre fue lo mejor. —Dijo Jay cambiando su semblante a uno más serio todavía.

Los dos se quedaron unos segundos en completo silencio.

—Jay, te lo suplico. Deja de fumar, haz otra cosa, come hielo, una paleta. No sabes el daño que te estás provocando al fumar. —Nayoung estaba desesperada. Más que Jay haya roto una promesa, se estaba hablando de la vida de alguien—. Solo para. No lo hagas por mí, ni por nadie, hazlo para ti. ¿Cuántas cajetillas te fumas al día?

Nayoung cambiaba de tema muy rápido. Eso siempre confundía a Jay.

Jay levantó sus hombros. —Media, a veces una, quizás dos. Todo depende.

— ¿Depende de que, Jay?

—Solo depende —dijo para volver a hacer silencio—. Depende de que tan solo me sienta, de que tan ansioso esté, de cuánto me importen las cosas.

—Jay...

—Ya lo sé. Lo se todo y que está mal. Perdóname, te juro que intenté, en serio lo intenté. —La mirada de Nayoung no cambiaba—. Lo dejaré ¿si? O por lo menos lo intentaré, pero no prometo nada.

Ella asintió. Nayoung estaba tiempo perfecto para regresar donde Sunghoon.

— ¿Y tú ya paraste?

— ¿Parar qué cosa? —Nayoung levantó la mirada.

—Dejar de hacerte daño intentando sanar a los demás. —Jay sonrió leve y se acercó más a ella.

—Yo no me lastimo...

—No lo digo físicamente. Hablo mentalmente, siempre cargas con los problemas de los demás. Pones a los otros encima tuyo. —Jay habló de nuevo—. El mundo no es perfecto, todos tienen sus problemas y las soluciones no siempre son la primera puerta que te encuentras. Si tu no cuidas de ti misma primero, no podrás ayudar a nadie. Créeme que te haces más daño de lo que crees cuando pones todos tus problemas debajo de la alfombra. Una vez el bulto sea grande te vas a caer.

Ah...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝟭𝟬𝟬 | SUNGHOON ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora