Existía una manera de saber que tan compatible eres con las personas. Nayoung creía ser perfectamente compatible con su pareja. Sunghoon estaba convencido de que no era compatible con nadie.
Lindo es el destino que une a las personas menos esperada...
El fin de semana normalmente no siempre es interesante. O por lo menos no fue interesante para Nayoung, quien durmió prácticamente todo el día y toda la tarde.
Lastimosamente el domingo pasó volando y ese trabajo de inglés que Nayoung pensaba hacer no fue hecho. Fue la primera en llegar al salón y aprovechó sus momentos de soledad para terminar lo que no había empezado. Su mente viajó a las clases de inglés y lo que se supone que había repasado, sorprendentemente pescó las ideas bastante fácil y terminó en no mucho tiempo.
Sunoo todavía no había llegado de su viaje familiar, pero Jay sí, lo que significaba que podría pasar el tiempo con las personas que ella más quería. Jay fue el mismo caballero de siempre cuando la vio, le dio un abrazo y se quedaron hablando un rato.
El día exactamente no fue el más largo, o por lo menos no fue un paso tan lento como Nayoung imaginaba que sería. Ella no podía esperar a ver qué iba a hacer con Jay. La ponía nerviosa tener que probar la banda, pero ya llevaban un tiempo considerable juntos ¿que podría salir mal?
Muchas cosas de hecho, pero ese no era el punto. Nayoung intentaba tener los pensamientos más positivos posibles. El timbre sonó indicando que la última hora había dado por terminada. Jay estaba esperando a Nayoung en la puerta del salón. Ella organizó las cosas y salió dejando a algunos de sus compañeros a sus espaldas, no era como si le importara de todas formas.
— ¿A qué se debe esta sorpresa? —Nayoung preguntó cuando Jay le entregó un pequeño ramo de rosas. Rosas rojas de pétalos brillantes, las flores favoritas de su abuela.
— ¿Qué? —Jay preguntó con una linda sonrisa en su rostro—. ¿Acaso no le puedo dar regalos a mi novia?
—Te pasas de ridículo Jongseong. —Nayoung rió y Jay se acercó más a ella para darle cosquillas. Debilidad número uno de Bae Nayoung—. ¿Qué haces?
La duda seguía dentro de Nayoung. ¿Dónde iban? ¿Y por qué en la escuela? Ella solo siguió a Jay, no planeaba otra cosa. Fue una linda sorpresa encontrar en uno de los patios un mantel tendido con comida y una canasta.
— ¿Y esto? —La sonrisa que Nayoung tenía en su cara no se la quitaba nadie. Irradiaba tanta alegría y tanta paz. Quizás era por eso que a Sunghoon le gustaba verla sonreír.
—Es una sorpresa para ti. Papá sale hoy tarde de la escuela, así que aproveché el tiempo. —Jay dijo. Su padre era director de la escuela. Un poco predecible sabiendo el puesto que tenía entre todos—. ¿Te gusta?
Nayoung asintió.
—Claro que me gusta.
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Pensando en el episodio 4 de EN O'CLOCK donde Riki quería su pulpo, lo acaricio y todo para comérselo al final...
