CAPÍTULO 16

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— ¿A dónde vamos? —Sunghoon preguntó en la entrada del centro comercial.

Era gigante, estaba medio lleno. Normalmente nunca estaría vacío, en cambio, estaría normalmente repleto de gente que caminaba de lado a lado. Era en este momento en el cual Sunghoon quería irse a su casa, él veía a Nayoung bastante feliz en el lugar, aunque ella no quisiera mostrarlo.

—Preguntas demasiado Park Sunghoon. Cálmate que nadie te va a matar. —Nayoung ya se estaba irritando con las tantas preguntas que salían de la boca de su compañero—. Solo sigue caminando un poco más.

Sunghoon iba a quejarse. Pero prefirió no hacerlo y de esa manera se ahorraba otra discusión con su compañera. Sacó su teléfono del bolsillo y comenzó a revisarlo mientras caminaban, obviamente teniendo cuidado de no chocar con nadie. Sunghoon podía escuchar las voces de todos a su alrededor, los murmullos de la gente y las conversaciones que no tenían sentido. Había gente que lo reconocía y le devolvía aquellos saludos con tímidas sonrisas mientras que esperaba que esa embarazosa situación terminará.

—Listo niño perfecto. —Nayoung dijo y Sunghoon levantó su mirada para ver el nombre de la tienda—. Llegamos.

— ¿Una tienda de crochet? —Sunghoon levantó una ceja—. ¿Caminamos tanto para venir a una tienda de crochet?

— ¿Te vas a quejar o vas entrar? —Nayoung respondió molesta. Sunghoon levantó las manos como un ladrón rindiéndose ante la policía, solo que esta vez, Sunghoon no se rendía, solo quería ahorrarse una pelea. Ambos entraron y se separaron. La mirada de Nayoung acompañaba sus manos mientras tocaba las lindas creaciones de lana. En cambio la de Sunghoon solo miraba de arriba a abajo mientras tenía sus brazos cruzados—. Mi abuela juró enseñarme...

Sunghoon no pudo escuchar lo que Nayoung había dicho. Iba a preguntarle, no quería parecer grosero una vez más. Sin embargo prefirió quedarse callado, se suponía que ellos dos no se llevaban bien, y Sunghoon no tenía planeado romper el hielo tan rápido, no podía ¿cierto?

—Buenas tardes. —Una trabajadora se acercó a ellos con una amplia sonrisa—. ¿Se les ofrece algo?

—Sí. —Nayoung respondió de la misma manera—. ¿De por casualidad tienes mantas pequeñas, sillitas, cosas así? Como si fuera para muñecas, solo que no es tanto para eso.

—Claro —la mujer dijo y caminó. Nayoung la siguió y Sunghoon también—. ¿Son pareja?

—No. —Dijeron al mismo tiempo y la mujer les sonrió. Después de unos minutos ella se acercó con las cosas que Nayoung había pedido. Sunghoon vio los ojos de la chica iluminarse al ver las pequeñas cosas, le causó ternura.

— ¿Eso es todo? —La mujer preguntó y Nayoung asintió. Luego se acercó a la caja y sacó su billetera y unos cuantos billetes. Sunghoon se percató de esto.

— ¿Cuánto es?—Él las interrumpió, vio como Nayoung lo fulminó con la mirada. La mujer de la tienda sonreía mientras los veía. Pero claro que Bae Nayoung no dejaría que esto pasara, así que simplemente le dió los billetes necesarios a la trabajadora antes de que Sunghoon pudiera hacerlo—. ¿Qué haces? Se supone que es un trabajo en grupo, no voy a dejar que pagues todo.

—Muy tarde Park. —Nayoung dijo tomando la bolsa y agradeció a la vendedora antes de salir de la tienda—. Pero puedes comprar helados ¿no suena un buen plan?

Una vez más, la emoción de su compañera le parecía adorable a Sunghoon. Los dos caminaron a la pequeña heladería. Quizás ya no se despreciaban tanto como en un inicio.

—Buenas tardes ¿que van a pedir? —Un trabajador amablemente les preguntó. Sunghoon mordió su labio, él no pensaba pedir nada. Ese día tenía práctica, y las palabras de su entrenador estaban tatuadas en su mente.

—Me das un helado de vainilla por favor. ¿Y tú Park? ¿Qué vas a pedir? —Sunghoon negó con su cabeza y le acercó el dinero al trabajador—. ¿Cómo no vas a pedir helado cuando te dan la oportunidad?

La escuchó murmurar. No pasó más de un minuto para que le entregaran el cono de helado y Nayoung lo disfrutaba como una niña pequeña. Ese dulce sabor de la vainilla le recordaba los momentos junto a su abuelita cuando ella era pequeña.

Quizás ese jueves no había sido el peor día.

Quizás ese jueves no había sido el peor día

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