Existía una manera de saber que tan compatible eres con las personas. Nayoung creía ser perfectamente compatible con su pareja. Sunghoon estaba convencido de que no era compatible con nadie.
Lindo es el destino que une a las personas menos esperada...
— ¿Puedes creerlo? —Nayoung le preguntó a Sunoo mostrándole la conversación—. ¡Me llamó una zorra!
—No, ahí se está disculpando contigo... —Sunoo bromeó pero la mirada de su amiga hizo que las comisuras de sus labios bajaran de nuevo—. Nayoung, Sunghoon lo dijo como broma. Se que es una broma de pésimo gusto, pero por lo menos no lo dejes en visto. Hiciste que él mismísimo Park Sunghoon se disculpara contigo ¿no crees que él se pueda sentir mal?
—Todos ustedes los hombres tienen demasiado mal gusto para las bromas —Nayoung dijo—, es por eso que no tienes novia.
— ¿Qué tiene que ver mi humor con que no tenga novia? —Sunoo preguntó inocente—. Además ¿quién dijo que quiero novia? Soltero soy feliz, no ando como garrapata a alguien.
Un grito llamó la atención de Nayoung y Sunoo, una voz demasiado familiar. Una sonrisa se formó en la boca de la chica. Jay, el novio de Nayoung había llegado.
—Hablando de novios. —Sunoo dijo cuando Jay abrazó a su novia por la espalda—. Solo no sean muy melosos, me va a dar diabetes.
Todos rieron. No era que a Sunoo le molestara Jay, al contrario, eran muy buenos amigos. Era solo que cuando la pareja estaba junta le recalcaban lo soltero que estaba. Sunoo no era el mejor al momento de conseguir novia, se ponía nervioso si tenía una cita y era bastante sobreprotector con su información privada. Esa es una de las razones por las que quería la manilla, si encontraba a alguien con una gran compatibilidad sería mucho más fácil poder acercarse a alguien.
Porque el Sunoo que estaba al lado de Nayoung era muy diferente al Sunoo sin ella.
Quizás sea por eso que se sentía feliz de haber recibido a una compañera para su trabajo, sabía que era una nueva oportunidad para conocer a alguien nuevo, y, si tenía suerte, poder llegar a saber un poco más de solo la fachada de una simple estudiante que solo tiene un trabajo para pasar una materia. Tendría una oportunidad, una que le daría felicidad.
—Luego nos vemos. —Jay depositó un beso en la cabeza de su novia cuando la campana se escuchó. Lamentablemente, Jay había quedado en otra clase que Sunoo y Nayoung, y ella no quería preocuparlo por la situación de Sunghoon y esas cosas.
Los dos amigos entraron al salón que poco a poco se llenaba de gente. Nayoung puso sus libros sobre la mesa y esperó a que un maestro llegara y comenzara a dar la clase. Sunoo hizo lo mismo, solo que él tomó su teléfono y así espero a un maestro.
Grata su sorpresa haber visto una sombra.
—Bae... —la voz de Sunghoon hizo que Nayoung levantara su cabeza. Lo único que Sunghoon pudo ver fue un frío y serio rostro, se sintió culpable una vez más—. Mira, no era mi intención.
— ¿Tienes el huevo? —La chica respondió quitándole importancia a lo anteriormente preguntado por el chico. Sunghoon puso una cara de confusión—. ¿Acaso te haces el sordo? Te pregunté si tenías el huevo.
La boca de Sunghoon se abrió, pero él no dijo nada. De inmediato la cerró y le mostró el huevo a Nayoung. La chica bajó su mirada de nuevo. El ya se estaba arrepintiendo de lo que iba a decir.
—Prometo recompensarlo. —Dijo mirando a Nayoung—. Solo dime que tengo que hacer. Lo que sea.
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