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Cursar el último año de preparatoria en otro país no siempre es una buena idea, y eso ambos chicos lo sabían.

- Kanemoto Yoshinori! Baja ahora mismo! Vamos a llegar tarde al primer día! - gritó Park Jihoon, de pie en la puerta principal, mirando el reloj de su mano.

Recientemente, Jihoon y su primo se habían mudado a Seúl para cursar el último año de preparatoria, a ambos les pareció una buena idea al principio, y seguían pensando así hasta que Jihoon se dio cuenta de que su primo era casi una roca al dormir.

- Faltan cinco minutos, Yoshi! - volvió a gritar, notandose molesto. - Los alumnos nos mirarán raro por llegar tarde! Somos los nuevos!

- Ya estoy aquí, no hace falta gritar. - dice un chico de pelo gris despeinado, bajando por las escaleras con rapidez, acomodando su corbata gris del uniforme.

Jihoon se cruzó de brazos al verlo, mirándolo mal.

Yoshi llegó a su lado, frunciendo el ceño. - Son las seis de la mañana, ya estás enojado?

- Te dije que pusieras alarma si te ibas a quedar despierto hasta tarde. - dice, empezando a caminar hacia su auto, y Yoshi siguiendolo por detrás.

- Lo hice, sólo que no la escuché. - dice con una mueca tierna, pues su rostro aún estaba somnoliento.

Jihoon abre el auto y entra, quitando el seguro para que su primo también entrara. - A la próxima te voy a dejar. - amenaza, encendiendo el auto.

Yoshi cierra la puerta y se pone el cinturón, mirando ofendido a Jihoon. - No puedes hacerme eso, soy tu primo y me amas.

- Puedo dejarte aquí y hacerte caminar a la escuela. - empieza a conducir, sin despegar la vista de la calle.

- Eres malo. - se cruza de brazos. - No volveré a cocinarte.

- De todos modos siempre quemas todo.

- Mis cereales con leche siempre me quedan magníficos. - recalca. - Es gourmet.

Jihoon sólo niega, divertido.

Yoshi mira hacia la calle, específicamente a la cera, en donde un chico bajito caminaba rápidamente, casi corriendo. - Ese chico también llegará tarde. - dice.

Jihoon mira por un segundo al chico, notando un cabello morado. - Creo que es nuestro vecino. - menciona sin prestarle mucha atención.

- Y por qué no te detienes? - dice mirándolo. - Yo no te eduqué así, Park Jihoon, detente y lleva a ese chico a la escuela.

- Vamos a llegar más tarde. - se queja, sin detenerse.

- Él también.

- Ya pasamos una calle. - dice. - No volveremos, tal vez otro día.

Yoshi entrecierra los ojos, negando.

- Sé que me juzgas con la mirada. - habla Jihoon sin mirarlo. - No lo hagas.

- Pudiste llevar a ese chico.

- Si le llevamos un pastel en la tarde dejarás de molestarme?

Yoshi sonríe. - Bien, pero tú lo pagarás.

...

- Podríamos convertirnos en vagabundos y vivir sin estrés. - dice el alto japonés, recostado en su mesa. - Sólo piensalo, viviríamos muy felices de esa manera, Woo.

El moreno, a su lado, asiente convencido. - Me gusta la idea, si salimos ahora del salón, nadie nos mirará.

- Yo los estoy mirando. - dice una voz detrás de ellos, haciendo que ambos amigos den un pequeño brinco en sus lugares, y que Haruto soltara un grito que casi deja sordos a ambos chicos. - Algún día me dejarás sordo, Watanabe.

Parallel Generation ● TreasureDonde viven las historias. Descúbrelo ahora