Capítulo 59 (Solos)

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Una semana para ellos dos, ambos lo merecían, un merecido descanso en la cabaña de su amigo.
El clima era muy favorable, no había indicios de lluvia, Un perfecto día caluroso era en ese momento, ideal para Kardia quien no dudó en querer entrar al lago que se encontraba justamente frente a la cabaña de los gemelos.

Con pasos firmes comenzó a caminar hasta ese lugar mientras se quitaba su camisa lentamente dejándola caer en el suelo.
Se retiró el pantalón que llevaba puesto aventándolo a un lado de la camisa quedando completamente en ropa interior que dejaba todo a la imaginación por ser de tela apretada y muy sugiriente marcando sus atributos masculinos.

Su larga cabellera alborotada cubría la mayor parte de su bronceada espalda, se llevó una mano a la cabeza mientras se perdía su mirada en aquel bello paisaje que la naturaleza le brindaba.

Con pasos lentos se acercó al agua, buscó el lugar más cómodo para sentarse en la orilla y poco a poco metió sus pies.
El suave movimiento del agua era muy relajante, poco a poco se fue acostando sobre aquel pasto verdoso, con sus pies dentro del agua lo calmaba en demasía cerrando sus ojos poco a poco.

Degel había demorado un poco en alcanzar a su pareja, sin embargo cuando salió de la  cabaña se ocultó detrás de un frondoso árbol observando con detenimiento cada acción que Kardia hacía.
Justo en el momento que terminaba de despojarse de sus prendas se mordió el labio ante la exquisitez que veía.
Esperó un poco que su pareja cayera en los brazos de Morfeo para poder lograr su cometido.

Unos minutos pasaron, se acercó con sigilo hasta donde se encontraba dormido su pareja.
Con una sonrisa dibujada en su rostro sonrojado ante lo que veía, sacó de su bolsillo una cuerda que se había encontrado en la cabaña. Con suma delicadeza ató las manos de Kardia para evitar forcejear con él.

Después de lograr su cometido, Degel se fue retirando sus prendas para poder meterse al agua.
A diferencia de Kardia, él había optado por quedar completamente desnudo, su ropa interior se lo quitó rápidamente y se sumergió poco a poco para quedar muy de cerca de su pareja.

— Kardia — Lo llamó en un tono muy sensual esperando que despertara.

El mencionado al escuchar la voz de su pareja rápidamente se despertó con preocupación pero no entendía porqué estaba atado de las manos — ¡Pero qué!

De manera repentina dirigió su mirada al lago donde se encontraba en una pose sensual el galo, se quedó sin palabras ante lo que veía.
El agua cubría parte de su cintura. Sus manos viajaban en todo  su pecho hasta la altura del abdomen.

Su cabello largo y sedoso completamente mojado adherido a su piel, todo un deleite lo que observaba.

— ¡Degel súeltame! — Gritó con desesperación.

— No — Contestó el contrario acercándose de manera peligrosa hasta su pareja — Tengo algo pendiente contigo — Le susurró mientras lo tomaba de sus manos atadas y lo guiaba hasta quedar un poco más alejados de la orilla.

— ¿Qué? — Cuestionó incrédulo ante lo que su amado copito le pedía — ¡No... Ni creas que  dejaré que me profanes!

— ¡Oh vamos Kardia! Tampoco lo había hecho y me gustó, ahora te toca a ti ver la otra cara de la moneda.

Después de decirle esto se acercó, rodeo su cuello de su pareja con sus brazos sintiendo el roce su piel mojada con la del contrario.
Lentamente depositó besos en todo el cuello de Kardia quien seguía forcejeando para tratar de soltarse y querer tomar el control pero le era imposible.

— No hace falta que intentes liberarte porqué no podrás — Le susurró cerca del oído y después mordió su lóbulo arrancando un gemido por parte del contrario.

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