Capítulo 56 (Una sorpresa)

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Saga no sabía como reaccionar ante el castaño, estaba más que claro que tenían que arreglar aquél tema sobre el video y que gracias a Kanon ahora superaba las vistas porqué se había corrido el rumor que ahora formaría parte de las filas del mundo del contenido para adultos.

- Aioros, no esperaba verte por aquí - Le respondió tratando de mirar para otra dirección.

- Simplemente quise venir a dar una vuelta por aquí, estaba muy aburrido en el hotel ¿Y tú? - Le cuestionó mientras tomaba asiento a lado de él.

- Vine con mi gemelo pero ya me dejó solo, tengo pensado regresar al hotel ó a la cabaña de mi padre y de mi tío.

Aioros levantó su mano para poder ser atendido por el barman, aunque el otro de cabellos rubios trataba de quitarse de encima al encimoso gemelo de Saga.

Después de que el castaño pidiera su bebida, nuevamente se sentó para seguir escuchando a Saga.

- Ambos podemos hacernos compañía, sirve que hablamos de una vez ese tema del video. No me incomoda en lo absoluto, sin embargo lo que me preocupa es lo que piense tu... Yo aquella ocasión me dejé llevar, quizá hasta me odias, por eso abogué por ti, me siento en deuda porqué no debimos terminar así.

Saga se sentía muy mal por todo lo que había pasado, ni tiempo tuvo para reclamarle a su gemelo por subirlo, ni interrogar a Surt del porqué se había enterado de ese video.
De antemano Camus y él habían quedado en buenos términos pero sentía que algo le faltaba por hacer.

- Jamás pensé sobre ese video, seré sincero por primera vez en mi vida, siento que algo me falta hacer... Ya hablé con Camus también pero algo me falta - Después de decir esto le dio otro trago a su vaso tequilero.

- Hablaste con Camus... Pero con Milo no. Quieras o no también trataste de hacerle la vida imposible a su asistente.

- Creo que no tengo cara para verlo de frente...

Aioros notaba que Saga había cambiado, algo pero ya lo había hecho. Quizá necesitaba un pequeño empujón para que se volviera más humilde y aprendiera a aceptar sus errores.

- Si quieres yo puedo decirle a Milo que necesitas platicar con él, si no te atreves al dar el primer paso... Estarás perdido. Con Camus ya lo hiciste, ya es ganancia.

En eso tenía razón, era una situación incómoda para él, tratar de remediar sus errores era mucho más difícil de lo que pensó.










Una larga y pesada noche para Kardia y Degel, después de intentar contener a los seguidores del conductor más destacado, fue una total travesía retirarlos de la mejor manera del hotel.

Ahora ambos descansaban en una de las habitaciones del hotel, esta ocasión ni les importó si se trataba de una suite, lo único que querían en esos momentos era solo poder dormir.





Algunas horas después:

Despertar a lado de su amado francés era todo un sueño hecho realidad.
Sus largos cabellos esmeralda descansaban sobre el pecho de Milo, su cabeza estaba recargada en su brazo, ambos como dos enamorados.

El primero que comenzó a despertar fue Camus quien al darse cuenta en la posición que se encontraba se ruborizó al instante.
Claro que Milo era su amor secreto, incluso fue él quien lo descubrió pero ni siquiera han formalizado esa relación para parecer dos enamorados.

Estaba decidido a levantarse de la cama para dejarlo dormir pero el celular del heleno que se encontraba en el mueble de la derecha de la cama comenzó a timbrar.

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