—¿Pero qué dices hijo? —Alex no dejaba de balancearse de un lado a otro, intentando seguir el ritmo de la música—. Si tu tío Oliver y yo nos acoplamos muy bien al lugar, parecemos alumnos.
Oliver se meneaba alzando los brazos ridículamente, todos se habían dado cuenta que era el Rey.
—Papá —exclamó Estefan a punto de perder la paciencia—. Por favor, nosotros lo estamos manejando bien, ¿No se supone que dejarían esto a nuestro cuidado?
—Solo hemos venido a divertir un rato —Oliver les sonrió y vio cómo su hijo y su novia se acercaban—. ¡Liam no te he visto desde ayer hijo!
Liam nunca se había sentido tan abochornado en su vida como en ese momento, Oliver lo abrazaba y le daba besos en el cabello en frente de toda su escuela.
—¿Estas tomado Pa? —Liam se separó de su padre como pudo percibiendo el olor característico del trago favorito de su papá, el vodka.
—Solo tomamos un poquito —Alex intentaba bailar con su hijo, pero Estefan estaba duro como una piedra—. Estábamos tomando unos tragos y nos pareció buena idea venir a mover el esqueleto un poco.
—¡Pero si es la pequeña Leia! —Oliver pasó a abrazar a la novia de su hijo—. ¡Estás preciosa!
Leia estaba sonrojada.
—Rey Oliver, que honor...
—¡Deja las formalidades niña! —rio Oliver ampliamente, tomándola de las manos—. ¡Vamos a bailar!
—¡Papa!
Liam se fue detrás de su padre, que llevaba a rastras a Leia a la pista de baile.
—¡Que buena idea Oliver! —exclamó Alex—. Venga Joon, vamos a bailar, deja al cascarrabias de mi hijo y sígueme.
Joon siguió a Alex sacándole la lengua a Estefan.
—¿Qué paso? —preguntó Bastian alcanzando a Estefan junto a Jessie.
—Que han venido porque están borrachos y les pareció buena idea venir a bailar —gruño Estefan viendo como su padre bailaba con Joon.
—¿El rey está bailando con Leia y Liam? —pregunto Jessy intentando verlos desde su posición—. ¿Se lleva bien con ella?
—Si, mi tío se la llevó a rastras y Liam no tuvo opción que seguirlo —respondió Estefan y después la miró entrecerrando los ojos—. ¿Y a ti qué te importa?
—Solo preguntaba —sonrió Jessy.
—¿Sabes si van a venir los demás del escuadrón del Rey? —hablo Bastian.
—Espero que no —dijo Estefan—. Parece que mi papa y mi tío han venido por entrometidos, ¿solucionaron lo del bendito video?
—Si, cuando termine todo esto, mandaré a rastrear el número.
—Solo un imbécil lo mandaría desde su propio celular —Estefan miró hacia la pista de baile, mirando en cada rincón del lugar—. Apuesto lo que quieras, que el bastardo o la perra que ha mandado el video está aquí, esperando que lo proyecten.
—¿Tienes idea de quien quisiera hacer algo así? —preguntó Bastian mirando igual que él.
—No, pero cuando lo sepa —Estefan sonrió de manera macabra—. Desearía nunca haberlo hecho.
Jessy trago saliva, lo último que le faltaba era tener al otro semidemonio detrás de ella.