—¿Qué haces aquí?
Gabriela estaba mirando el agua de la pileta con malestar, no sabía si estaba furiosa o triste.
—¿Estás bien?
Jose estaba a una distancia prudente, pero necesitaba abrazarla.
—Supongo que si —Gabriela levantó su vista del agua y lo encaró—. Ya te habías ido cuando fui a buscarte al despacho de mi tío Oliver.
—Liam me sacó de ahí —Jose la miró anhelante—. He estado esperando por verte, estás muy hermosa hoy.
—¿Qué te dijo mi tío Oliver? —preguntó Gabriela temerosa, aunque ya sospechaba que le diría.
—Quiere que tomemos distancia hasta que él y Jaime planeen cómo decírselo a Alan —José cerró los ojos un momento—. Odio que todos se estén inmiscuyendo en lo nuestro como si tuvieran derecho sobre nosotros, si tu lo deseas, iré ahora mismo con Alan y lo enfrentare.
—No es tiempo —Gabriela lo miró con dolor—. Quiero..., quiero ser mayor cuando eso suceda, quiero estar transformada.
—Faltan como 6 meses para que llegue la gran Luna y te transformes —exclamó Jose—. Puede suceder muchas cosas —Jose se acercó más a ella—. Quiero estar contigo, no creo poder resistir más tiempo alejado de ti y tampoco quiero, muero por estar a tu lado.
Gabriela corrió a sus brazos, ella también quería estar con él.
—Si mi papá te hiciera algo no me lo perdonaría —Gabriela acomodo su cabeza en su pecho—. Y lo hará Jose, la ultima vez me encadenaron en mi cuarto, necesito ya tener 18 años y que él ya no pueda ser nada para separarnos.
—Perdóname por lo que pasó ayer —Jose olfateó su cabello, su olor lo embriagaba—. Fui un canalla contigo, no te merezco.
—No estabas controlándote —le justificó—. Y yo tampoco ayudé, yo estaba de acuerdo Jose. La verdad no le veo nada de malo y no me arrepiento de nada, yo ya soy una mujer y te di mi consentimiento, eres mi mate y te amo; no me importa que digan los demás, para mi estar contigo siempre estará bien.
—Tú siempre serás mi hermosa bebe —Jose acaricio su cabello—. La hermosa niña que no quería irse de mis brazos.
Gabriela empezó a temblar.
—¿Que pasa? —se asustó Jose.
—Yo... yo —Gabriela no podía verlo a la cara—. Yo tomé la pastilla del día siguiente.
Jose no dijo nada pero Gabriela sintió como se ponía rígido.
—No lo hubiera hecho en otras circunstancias —Gabriela empezó a sentir un nudo en la garganta—. Pero ahora no... no es... no creo que sea apropiado que yo quede embarazada ahora.
—Soy un soberano idiota —Jose la sujeto mas fuerte—. Soy un infeliz, ¿Cómo no se me ocurrió protegerme?
—Es una responsabilidad de los dos —intentó calmarlo—. No te culpes más.
—Lo siento tanto Gaby —Jose cobijo el rostro de Gabriela entres sus manos—. Siento tanto no poder ser lo que mereces, no poder darte algo normal.
Gabriela lo beso para poder acallar las inseguridades de Jose, los dos se enfrascaron en un angustioso beso, un beso que expresaba el miedo que tenían del futuro.
—¡Que hermoso jardín!
Jessy corrió hacia ellos simulando ver la pileta.
Los dos se separaron, Gabriela estuvo a punto de gritarle los insultos más crueles a Jessy pero ella habló primero.
