—no te creo.
Liam casi escupe su soda cuando lo enfrento, se limpio con una servilleta y se llevó la mano detrás de la cabeza para empezar a jugar con su cabello mientras mordía su mejilla internamente.
Llevábamos 2 días con 7 horas de novios y ya sabia cuales eran sus expresiones cuando mentía o se ponía nervioso.
—¿no crees que Estefan y Joon se parecen a pinky y cerebro?
Suspire, me quería cambiar de tema.
—no te creo que esos moretones en tu cara sean porque te caíste de manera casual—cruce mis brazos—¿no es muy raro que la cara de Bael también tenga la cara llena de moretones?
—mi linda novia es muy lista—me acaricia el cabello—¿te he dicho lo tierna que te ves cuando estas molesta?, ¡pareces un cachorrito!
—Liam...
El bufo aun sonriente.
—ayer tuvimos una pijamada los dos—sujeto mis manos y se quedó mirándolas—bueno antes de eso nos agarramos a golpes por algunos desacuerdos, pero conversamos toda la noche y arreglamos nuestros problemas.
—no quiero meterme en sus asuntos personales—dije llevando mi mano a su ojo izquierdo, lo tenia un poco hinchado y de color violeta—pero lo que los llevo pelear ¿es algo grabe?
—no tanto... bueno, visto del punto de vista de otra persona, se diría que soy un idiota y que yo empecé todo.
Puso su soda en el suelo y mi fruta picada por no sé dónde, me sujeto de mis caderas y me atrajo hacia él, haciendo que nuestros rostros estén muchas más cercas.
Estábamos en un invernadero escondido en la escuela, al parecer unos de los miembros del escuadrón de su padre, había diseñado este lugar, para que se escondieran en caso de algún ataque. Liam quería que almorzáramos solos, así que me había traído aquí por eso, nos sentamos en un tronco cortado por la mitad que alguien había puesto ahí como decoración.
—no ... no, no eres un idiota—dije entrecortadamente cuando Liam enterró su rostro en mi cuello y empezó a olfatearlo.
—hueles tan bien—empezo a dejar besos—tan bien...
—Liam...
—¿no te gusta? —pregunto separándose.
—si me gusta—sentí como mi rostro se sonrojaba demasiado—solo que no me siento cómoda aquí, cualquiera de tus primos podría venir.
Me beso rápidamente tomándome desprevenida, mis manos se aferraron a la camisa de su uniforme, el era tan delicado al besarme, tan suave, tan dulce.
Pero se me quede paralizada nuevamente cuando sus manos empezaron a tocarme las piernas. Eso me hacía sentir tan extraña y a la vez tan bien.
—¿me propase de nuevo?
Yo sonreí ocultándome en su pecho.
—solo es nuevo para mí—lo abrace —todo es tan nuevo...
—¿quieres ir más lento?, puedo ir mas lento si así lo quieres.
—no —lo mire negándome—me gusta, solo me pongo nerviosa.
—si en algún momento hago algo que no te gusta ¿debes decírmelo bien?, no quiero hacer nada que tú no quieras.
—eres muy lindo. —el meso la frente y poso su cabeza sobre la mía.
—solo pensar en que te pueda hacer daño de algún modo, me hace sentir miserable—su abrazo se hizo más fuerte—¿Qué me estás haciendo Leia?
