—Hace tanto que no hacías eso—hablo Jaime sin dejar de revisar sus documentos—. Han pasado décadas desde la última vez que te escondías para vigilarme.
La ventana se abrió, Alan se metió por ella a la oficina que Jaime tenía en su casa.
—No te vigilaba en aquellos tiempos— Alan le mostró su sonrisa torcida—. Te cuidaba.
—Pero ahora si lo haces—Jaime al fin alzó la vista—. ¿También quieres revisar mi computadora y mis papeles?
—¿Por qué no nos contaste?—le recrimino Alan—. Los demás piensan que estás avergonzado, pero yo creo que es algo más, ¿Qué está pasando?
Jaime suspiro mirando nuevamente sus papeles, mentalmente armó un tablero de ajedrez, vio a su contrincante con un manto en la cara, no sabia quien era pero podía ver sus movimientos sutiles, movimientos que empezaban a cuadrar de a pocos. Jaime sabía que debía sacrificar algunos de sus peones para poder ver el panorama completo. Todos los planes tienen errores, y su contrincante había cometido uno al utilizar a su primo. Pudo ver claramente un intento de deshabilitar la confianza en las personas mas cercanas al rey.
Los jóvenes que habían intentado matar al futuro alfa francés y el ataque en la manada de padrastro de Theo estaban conectados, lo intuía, ahora debía esperar con paciencia el siguiente movimiento de su contrincante. Era muy peligroso dejar a Theo en esa manada, probablemente él era el objetivo, pero ¿Por qué?. Sabía que el hijo de Matt era inteligente y fuerte, sabría cuidarse solo, lo habían entrenado para cosas peores. Podía dejarlo solo por un tiempo, aún lo necesitaba ahí.
Debía aparentar que aún no sabía nada, si le decía algo a Oliver y a los demás, se pondrían en alerta. No estarían de acuerdo con él en no hacer nada por el momento y harían de la isla un búnker lista para protegerse.
—No estoy avergonzado—Jaime le entregó a Alan un mapa—. Estoy enojado.
Alan bufo, Jaime parecía tan sereno y relajado que a veces dudaba que sintiera algo.
—¿Qué es esto?
—Es un mapa exacto de la casa de mi primo en francia, aquí tengo fotos del lugar, las coordenadas y todo lo que podrías necesitar—dijo entregando un folder con todo lo mencionado.
—¿Quieres que lo visite?—dijo burlón.
—Quiero que lo mates.
Alan se quedó pasmado.
—Una vez me contaste que podías hacer aparecer a tus espectros de fuego en cualquier lugar del mundo, solo con imaginarte el lugar—Jaime siguió ordenando sus documentos—. Quiero que mates él y a su esposa, no tiene hijos, así que la manada pasará directamente a su hermano menor, haré que Oliver mande un comunicado al alfa de la principal manada francesa, indicando el delito que cometieron, esto es básicamente para decirle a todas las manadas que pasa cuando intentan derrocar a Oliver.
—Es tu primo...
—No podemos permitirnos que los de hace 16 años vuelva a pasar Alan—se levantó acomodándose el traje y rodeando el escritorio—. Esas dos muertes no son nada a comparación de la masacre que habría si hubiera un derrocamiento.
Alan frunció el entrecejo sin dejar de mirar a Jaime.
—No creo que Oliver piense que esas dos vidas no valgan nada.
Jaime guardó unos archivadores en un estante cercano y miró a Alan.
—Por eso iré a decirle a Oliver que te enojaste tanto cuanto te conté que pasaba, pero no pude evitar que hicieras eso—Alan abrió la boca pero Jaime habló más rápido—. Sabes que esto es lo correcto y que si no actuamos rápido, lo pagaremos después.