Miraba el techo con enojo. Se sentía adolorido físicamente, y destruido psicológicamente, había pasado como una semana y media desde la muerte de Bonnie, pero para él parecía haber sido ayer que la vio en el suelo como si estuviera dormida.
Desde ese día soñaba con ella, más que sueños, eran recuerdos para él, recuerdos de ellos teniendo su primera cita, de su primer beso, su primera vez viéndola en una competencia de ballet, la primera vez que iban a una fiesta juntos, su primera noche juntos. Pero los sueños siempre terminaban igual, ella despidiéndose y él gritándole que no se vaya, para después despertar agitado y lloroso.
Pero esa vez había tenido otro sueño, pero más que sueño, fue una terrible pesadilla. Los protagonistas de esta fueron Gabriela, él y Estefan. Los tres se encontraban en un lugar horrible, al principio Bael pensó que se encontraban en una especie de infierno, pero cuando puso mejor atención, se dio cuenta que era el reino después de una destrucción total. Los edificios estaban en ruinas y botando humo, todo el lugar parecía haber sido víctima de un incendio terrible, los tres caminaban viendo los cuerpos desmembrados y magullados de varias personas en el suelo.
Aparecieron varios monstruos asquerosos con la piel de escamas negras, cuernos, colmillos y algunos tenías cachos en la cabeza, otros caminaban en cuatro patas, pero todos tenían los ojos completamente blancos. Uno de ellos, el más grande y corpulento, señaló a Gabriela y los demás monstruos empezaron a avanzar a gran velocidad hacia ellos, soltando sonidos extraños.
Los tres empezaron a correr a gran velocidad, pero los monstruos eran más rápidos que ellos, así que Bael hizo una gran pared de fuego y Estefan les lanzaba con su telequinesis objetos de todo tipo como ataque.
Bael le gritó a Gabriela que siguiera corriendo, pero ella lloraba descontrolada y no quería dejarlos. Un monstruo voló por encima de la pared de fuego, lanzándose directamente sobre Gabriela. Los dos lograron sujetarla de cada brazo mientras intentaban que el monstruo con alas la suelten.
Se despertó agitado, dándose cuenta que nada de eso era real, que estaba en una habitación de hospital y que Gabriela estaba en otra camilla a su lado aun inconsciente.
Maldijo internamente e intentado controlarse, miró nuevamente a su hermana recordando él motivo por cual estaban ahí y bufo incrédulo.
Su novia había muerto y él sufría mucho, pero, aunque estaba muy cansado y sentía que su vida no valía nada, jamás se le pasó por la cabeza atentar con su vida.
¿Con qué derecho ella lo hacía arrastrándolo a él?
Se levantó indignado sujetando una almohada y acercándose a ella.
Se subió encima de ella con cuidado, posiciono la almohada en su cabeza y con fuerza la empujó sobre su cara para ahogarla. Sintió como ella despertó y empezó a agitarse intentado quitarse la almohada de encima.
Logro golpearlo con su pie en la espalda de él desequilibrando, quito la almohada de ella y esta empezó a respirar.
—¡¿Qué mierda te pasa imbécil?! —gritó ella furiosa.
—¡¿No querías morir?! —el también estaba furioso—¡Pues muere maldita loca!
Bael empezó a golpearla con la almohada con fuerza y ella intentaba golpearlo con los brazos, logró sujetar uno de ellos y acercó su boca para morderlo con esmero. Bael grito soltando la almohada y sujetándola del cabello para que dejara de morder.
Los dos cayeron de la camilla sujetando la melena del otro e intentando jalar lo más fuerte que podían. Los dos cayeron de la camilla rodando y sin dejar de golpearse.
Pero en un punto Gabriela dejó de golpearlo y se puso a llorar. Bael también paro y la atrajo para poder abrazarla, sin evitar llorar junto a ella.
—Lo siento...—intento decir entre llanto—no fue mi intención hacerte daño a ti también...
—Eres una estúpida—Bael la abrazó más fuerte—. ¿Como pudiste hacer algo así?,¿Pensabas dejarme solo?
—Lo extraño mucho—Ella empezó llorar más alto sujetando fuerte la camiseta de hospital de Bael—. Yo lo amo mucho, ¿Por qué lo amo de esta manera si no es mi mate?
—Porque siempre has sido muy intensa—Bael acariciaba su cabello—. Tus sentimientos y actitudes son muy extremas, además, que no sean nuestros mates, no significa que no podamos amar a las personas, yo ame con todo mi corazón a Bonnie, aun la amo y posiblemente nunca la olvide...
—Fui una idiota con ella—Gabriela intentaba calmarse—. Nunca me pude disculpar por todo lo que le hice.
—Claro que lo hiciste—le replicó Bael—. El día que ingresaste a la casa de ese imbécil para salvarla tu sola, creo que eso es mejor que palabras vacías.
—Estaba tan enojada con ella, que jamás me acerque a preguntarle porque hacia eso—Gabriela suspiro—. Si hubiera sido una mejor amiga, talvez me hubiera dado cuenta lo que sucedía antes y ella no estuviera muerta
—No creo que lamentándose arreglemos nada—el beso su frente—. No es justo la forma en la que se ha ido, pero se que ella no hubiera querido que yo deje mi vida de lado porque ella no está aquí conmigo y creo que Theo jamás te perdonaría si hubieras tenido éxito con lo que intentaste hacer.
—Ustedes me dan asco.
Bael y Gabriela miraron hacia arriba, vieron la cara de fastidio de Estefan.
—¿Ese no es nuestro trillizo perdido? —hablo Gabriela.
—Ja, ja—Estefan les lanzó otra almohada—. A la próxima corta de forma vertical por favor, señorita suicida.
—Ven para acá maldito ogro—lo llamó Bael—estamos teniendo una reunión demoníaca en el suelo.
Estefan se acostó a lado de Gabriela golpeándola en la frente y mirándola molesto.
—¿Cómo se te ocurrió tarada?
—Lo siento—Gabriela hizo un puchero—prometo no hacer nada tan estúpido en el futuro.
—¿Cómo está nuestra familia? —pregunto Bael.
—Sus padres acaban de irse a cambiarse de ropa con casi todos nuestros tíos que han hecho guardia desde ayer, Odette fue a descansar porque también estuvo aquí desde ayer junto a Liam, Leia, Joon. Los colados de Bastián y Natsuki—Estefan gruño—esos se fueron con Joon a dormir a sus casas y Liam llevó a la fuerza a Leia para que duerma un poco.
—Papa me va a matar—suspiro Gabriela—. ¿Cómo me voy a enfrentar a él?
—Pon tu cara de cachorro—Bael sonrió un poco—siempre ha funcionado con él.
—¿Y tus padres? —preguntó Gabriela.
Notaron que Estefan se puso tenso.
—Se quedaron cuidar a todos los mocosos, aunque con Liana manejando a Junior y a Ángel, no creo que hayan tenido muchos problemas...
—¿Te peleaste con tus padres? —preguntó Gabriela—. ¿Qué pasó?
—No... no puedo verlos a la cara desde que me entere de algo hace dos días...
Los gemelos se miraron mutuamente, era raro que Estefan se comportara de ese modo, era muy gruñón, pero adoraba a sus padres y a su hermanito.
—¿Qué está pasando Estefan? —Bael lo miro preocupado.
—Tienen que jurarme no decir nada—los miro de manera profunda—aún no sé qué hacer con todo esto y lo peor que esta noche, tendré más información que no se si sabré manejar.
Los miró unos segundos y se armó de valor.
—Mi mama, no es mi madre biológica, me han estado mintiendo todo este tiempo...