Un lugar seguro [TPN-Norman y tú]

◇Capítulo 3◇

Narrador omnisciente.
La azabache abrió los ojos y observó la luz solar filtrarse por el vidrio de la ventana llena de rejas.

Apretó los labios y suspiró,acomodándose boca arriba y mirando el techo con aburrimiento e indiferencia.

—Otro día con vida,¿eh?—murmuró para sí misma,para luego suspirar—.Me lleva la...

—Oye,el lenguaje—regañó Ray atándose los cordones.

—Ugh—murmuró en queja la niña,poniéndose la almohada en el rostro.

—Buenos días para ti también,hermana—dijo divertido,acercándose hasta sentarse a un costado de la cama de su melliza.

—Sí,sí,como sea—dijo sentándose y dejando la almohada en su lugar.

Ella se abrazó las piernas y mantuvo su mirada baja;mientras él sonreía levemente por un instante,para luego dirigir su mirada al piso con su rostro decaído.

Ambos querían decir algo;disculparse,bromear,lo que sea.Pero querían la relación de hermanos que tuvieron en un comienzo.

Varias veces Ray abrió su boca para decir algo,sin embargo,al instante,la cerraba.No quería decir algo que empeorara su situación.

Sin embargo,estar así con su propia melliza,a la cual amaba con todo su ser,de esa forma tan distante,le dolía.

—____________________,yo...—balbuceó inseguro.

Ella lo miró con esperanza,anhelando que tocaran el tema del que era consciente de que tenían que hablar.Quería arreglar todo.

Sin embargo,Isabella entró a la habitación,interrumpiendo la charla de los hermanos.

—Hija,¿ya despertaste?—Los vio con leve sorpresa—.Oh,Ray.

—Mamá—murmuró volviendo a su semblante natural.

—¿Cómo amanecieron mis queridos niños?—Se acercó y los abrazó;ellos,algo incómodos,correspondieron.

—Bien,mamá—respondió ahora la azabache menor.

—Muy bien.—Se alejó con su natural sonrisa—.____________________,hoy requieren de tu presencia.

Ray miró confundido y curioso a su hermana,quien bajó la cabeza y apretó sus puños;sus cabellos negros cubrían su rostro,el cual tenía el ceño fruncido.

—Kgh...¿Hoy?—murmuró con disgusto.

—Sí,hoy.

—Maldito...—gruñó en voz baja.

—¿Quién requiere tu presencia?—preguntó el azabache finalmente.

—Nadie,no importa—respondió bruscamente la melliza—.Está bien;me arreglaré.

—Bien;vamos,Ray.—Ambos se pusieron de pie y se retiraron.

La azabache menor intentó calmarse y calmar su furia;se puso de pie y divisó una caja en el suelo,al pie de su cama.

Al ponerla sobre su cama y abrirla,encontró un vestido de un color crema acampanado y unas botas blancas,con un ligero taco.

Gruñó y se vistió.

Cuando acabó,salió de la habitación y se encontró con Ray esperándola.

—Huh,¿Ray...?—Lo miró sorprendida y confundida,así como curiosa.

—¿Eh?—La miró de pies a cabeza—.¿Adónde vas? Creo que ahora que todo esto está en marcha,tienes que explicar muchas cosas.

Ella suspiró.