No puede ser.

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Am metió la llave en el cerrojo. Abrió la puerta. Su madre vino corriendo. Lo primero que se llevó fue otra bofetada.

- ¡Joder! ¿Cuándo coño podré entrar en esta maldita casa sin llevarme un bofetón? – dijo acariciándose la mejilla y con los ojos acuosos por el dolor que le causó la mano de Ana.

- Niña, no hables así. – le dijo Ana con lágrimas en los ojos – somos nosotros quien deberíamos quejarnos. Nos tenias muy preocupados. Tu padre llegó hace días y no sabíamos dónde te habías metido.-

- Mamá... - para Amber eso ya era el colmo - ¿es que a caso has dejado que Logan volviera?-

- No lo llames Logan, que es tu padre.-

- No me desvíes el tema... -Amber se metió en la casa y vio a Logan durmiendo en el sofá del comedor. – perfecto...-

Se volvió a girar hacia su madre.

- Este idiota me pega, me mete en su asquerosa furgoneta y me encierra en una habitación donde la única ventilación que hay es la de un agujero en la pared, y que encima está dentro de una cabaña perdida en medio de un bosque. ¿Y tú qué haces? Confías en él, me supongo que no llamaste a la policía, por que el único que vino a buscarme fue... - pensó rápido – un amigo y April – mintió, aun que su amiga había ayudado, y mucho. – y dejas que se meta en nuestra casa de nuevo, con pura tranquilidad. Encima ahora eres tú la que me abofetea y me mete la bronca. – la miró desafiante y con desprecio – Lo que hace el amor ¿eh? Si es que a esto se le puede llamar amor. Porque, mamá, abre ya los ojos. Logan, aparte de ponerte unos cuernos así de grandes... - le hizo un gesto con las manos – te chilla y me trata a mí, a tu hija, mal. Por no hablar de tu hija mayor, que, por que ya se fue... si no, seguiríamos en las mismas, pero al cuadrado.-

Se dirigió hacia la puerta, su madre, con lágrimas en los ojos, sin saber que decir, la siguió. Tan solo escuchando la cruda realidad que salía en forma de palabras por la boca de su hija menor.

- Tú decides. – le dio un beso en la mejilla – O él. – señaló el salón, donde se encontraba Logan – O yo. – abrió la puerta de nuevo – pero yo no vuelvo mientras Logan esté aquí. – sonrió y salió, hasta el portal. – y no te preocupes, estaré bien. – cerró la puerta, y se fue, hasta el coche de Jake – Arranca. – le ordenó, deseando irse de aquel ambiente, en el que se encontraba el mismo hombre que días antes, la había tenido metida en esa choza.

~*~

Ella mira al cielo. A través de la ventanilla del avión. Las nubes corren rápido, hay viento.

- ¿En qué piensas cariño? – le dice él.

- En nada... - ella sonríe y lo mira. Su hermano tiene los mismísimos ojos que ella. Verdes, verdes como el prado. Verdes como las hojas de la flor de jazmín. La misma flor que Jake le regaló para su aniversario. Un gran ramo, de cincuenta flores del mismo tipo. Nunca lo olvidaría.

- No me engañes. ¿En Jake, verdad? – le dijo él.

Ella agachó la cabeza.

- Si... - entristeció. ¿Y él? ¿Debe pensar en mí?-

- No te preocupes, pronto llegaremos a Los Ángeles.-

- Ale... - dijo ella mirando a su hermano – No sé cómo va a reaccionar cuando me vea...-

- Pues bien, ¿Cómo quieres que reaccione? Estaba muy enamorado de ti.-

La joven se puso un mechón rubio como el oro, detrás de la oreja.

- Ya pero, es que, Alejandro... - dijo ella, mirándolo preocupada – Me llegaron rumores de que le dijeron a Jake que yo, había muerto.-

~*~


- ¿Entonces? ¿Te quedarás más tiempo conmigo, no?- Le dijo Jake.

- Si, y creo que esto va para a largo... si no lo ha hecho hasta ahora... ¿Qué te hace pensar que mi madre cambiará de opinión?- Amber estaba abrumada.

- Pues porque...- sacó la cabeza por la ventanilla y hizo maniobra para aparcar. Luego miró a Amber- su hermosa hija, se ha fugado de casa con Dios sabe quién.-

- No, con Dios sabe quien... no. Contigo.-

- Ya pero ¿Qué le has dicho a tu madre? – Jake puso su mejor voz de mujer – Mamá, me he ido con mi profesor de música.-

- No... le dije un amigo.- le sonrió.

- Si, un amigo... sobre todo-

- Es cierto, eres un amigo. – se rio ella.

- Por cierto, ¿te he dicho que el marido de Pamela murió?-

- No... vaya desgracia...-

- Ya... pero el caso es que me quedo permanente en tu instituto. Ella se ha tomado la jubilación antes... a causa del luto y todo eso... - Jake abrió el coche y los dos salieron de allí.

- ¡No me jodas! – ella lo abrazó – Así que ya no es tan solo este semestre... ¡te veré por el instituto el resto de año que me queda!-

- Así es - él sonrió y abrió la puerta.

- Oye Jake, me habló April- le habló Amber- me dijo que si hoy salía un rato con...-

- Ni lo pienses-

- Venga, no seas toca cojones... déjame ir-

- No, como tutor legal que soy tuyo ahora, no te dejo ir.-

- Tienes miedo de que me enrolle con alguno del grupo-

- ¡Que No! Haz... haz... lo que quieras. – dijo Jake. – Oh venga, ve... pero ten mucho cuidado, mucho.- recalcó lo último.

- Si mamá...-

- Venga mujer... - dijo Jake haciendo un gesto de desaprobación – antes de que me arrepienta.-

Amber fue corriendo hacia el cuarto de Jake, para cambiarse. Mientras él fue a sentarse en el sofá, con otra caña de San Miguel en la mano, cuando el timbre de su casa sonó.

- Jack...-

- Ocupado, abre tú.-

Jake refunfuñó, levantándose de nuevo. Abrió la puerta. Y la persona que había al otro lado, era la última que se esperaba encontrar. Antes le hubiera sorprendido menos encontrarse al Papa o a la reina en frente suyo. La boca se le entreabrió sola y la cerveza, automáticamente se cayó al suelo.

-No.. no... puede... - ella lo calló con un tierno beso en la boca. La cerveza seguía recorriendo el escalón. Sandra se hizo a un lado para no mancharse los botines de cuero nuevos.

I'll be your teacher  [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora