I'll be your teacher [Terminada]

Es perfecta.

Amber terminó de secarse el pelo con la toalla. Había elegido unas ropas precisas para ir al cine con April y los demás chicos. Además iría con Gordon, así que estarían entretenidos. Entonces... ella también tenía que buscar distracciones. ¿Y qué mejor manera para ligar, que poniéndose una mini falda negra con un top gris a juego? Rio para sus adentros. Quizás no tenía ganas de buscar distracción con otro chico. Quizás solo quería bajar, que Jake se fijara en ella.

Se fue a la habitación de invitados, donde había dejado su maleta y todo.
''Esto es una locura, estoy viviendo en casa de mi profe. ¿Quién hace eso, Amber? Nadie..... Pero por eso me gusta. Todo esto es diferente, Jake es diferente. Yo soy diferente.''

Se calzó los tacones de charol negro. Parecía más mayor, más madura. Más sexy, además. Con ese sujetador se le levantaba más el busto, y algún detallito más, como el buen perfume. Eso siempre enloquecía a los chicos. ¿Pero que le pasaba? Nunca se había preocupado tanto por su imagen. Si, era coqueta, ¿Pero tanto? Nunca. Eso era una prueba más, de que parecía que Jake había llegado hondo. Se miró una última vez en el espejo de pie y bajó por las escaleras. Contenta, feliz. Sin esperarse la mayor sorpresa de su vida. Una pesadilla andante, que ahora mismo, estaba sentada en el sillón del comedor, al lado de Jake.

Amber se extrañó. Allí en la entrada no había nadie, en la cocina no había nadie. Se dirigió al comedor, donde se escuchaban voces. Jack estaba de frente. Y por su expresión no estaba muy contento... más bien, enfadado. En cambio Jake estaba riendo. Y se le veía más feliz que nunca. Y a su lado, Amber pudo ver que había alguien más. Una chica... veía como esos rizos rubios como el sol caían encima del brazo de Jake que le rodeaba los hombros.

Se acercó.

-Amber -Se sorprendió Jack al alzar la vista, ante la mención de su nombre Jake y aquella chica se giraron – estás muy guapa...- dijo genuinamente.

- Gracias Jack – dijo ella, mirando a la chica. Amber se sorprendió de sobremanera al ver que era jodidamente parecida a la mujer que había en aquella foto de la habitación de Jake. - ¿Y si nos presentas? – dijo con un tono arrogante, por el silencio que se hizo en la sala.

-cierto – Jake se aclaró la garganta - Amber esta es Sandra, y Sandra, esta es Amber, una amiga que está viviendo con Jack y conmigo.

Am abrió los ojos. Se sentó al lado de Sandra. - Perdona por mis palabras... ¿pero tú no estabas MUERTA? – Jack se echó las manos a la cabeza. Allí pasaba algo raro. Todo esto, le hacía muy mala espina. Pero que mucho.

- Oh, no querida - dijo Sandra – todo fue una equivocación – Se retiró un mechón hacia atrás, y dejó la taza de café encima de la mesa.

A Amber le dolía admitirlo, pero era guapísima. Más que eso, cualquier gesto que hacía, cualquier detalle, nada le quedaba mal. Y ahora esos ojos verdísimos, parecían azules a comparación de los de Amber, eran perfectos. La gota que colmaba el vaso.

La autoestima de Am bajó como nunca, hasta sus pies, al pensar que no tenía nada que hacer al lado de esa mujer. Guapa, madura... y seguramente con una carrera. No una simple estudiante que estaba en el último curso de bachillerato.

– Jake y yo discutimos el día antes de casarnos... yo tuve miedo al matrimonio, después de esa discusión, fue por una tontería, pero una de las más fuertes que tuvimos. Así que fui como aquella película de 'novia a la fuga' – se rio, Jake también. Amber hizo una sonrisa falsa, era de lo más estúpido. No le encontraba el punto a ese chiste malo – Yo estaba viviendo por el momento con una amiga, aquí en Los Ángeles, no pensaba volver, la boda se había anulado y Jake no me llamaba.

- Porque pensé que estabas muerta...-