Día viernes del mes de febrero. Tres de la tarde.
-Jake, debo ir a avisar a mi madre de que estoy bien-
- Ya se habrá encargado April de eso... - Respondió bostezando.
-¿y qué? Quiero ir yo misma.-
- Entonces te acompaño.-
- ¿Tienes que seguirme como niña pequeña?-
- Es que eres una niña pequeña-
- No soy una niña pequeña.-
-Amber con dieciocho años, te crees la persona más madura... pero aun eres una cría.-
- Oye, no me digas eso, que tampoco me sacas tanto.- le dijo con una sonrisa, feliz de que al fin le creyera que tenía 18.
- 5 años. ¿Eso no te parece bastante? Se algo más que tu, guapa.-
- Mira, has hecho hasta cuentas. – dijo Amber frunciendo el ceño. – sí que te importa ¿no?-
- La edad no me importa, lo que me importa es que me he acostado con una alumna del instituto-
- Y vuelta a lo mismo. - se rio, sin saber ya que hacer. – Tienes miedo de mi.-
- No.
- Si.
- No.
- Sí, porque ¿De qué ibas a tenerlo si no?- lo miró- Jake, lo que he hecho contigo ha sido porque he querido. Y punto final, no hay vuelta de hoja, cielo. – Jake arqueó la boca sin dejar de mirarla, y dio un trago de cerveza.
- Lo que tu digas, no se puede discutir contigo-
- A ver cuando aceptas que me quieres. – dijo levantándose hacia la puerta - ¿Me acompañas o no?-
- Si, te acompaño. Y no te puedo decir que te quiero por que no es lo que siento.-
Amber lo miró y se cruzó de brazos
- solo nos conocemos de apenas unos meses. No puedo querer a una chica que ni siquiera conozco.- dijo sin creérselo el mismo.
- ¿Te crees que me conoces poco? – dijo abriendo la puerta – Pues al contrario, casi sabes todo sobre mi vida. – suspiró – y viéndolo Bien, mi vida es una mierda – sonrió, poniendo de lado la cabeza. Jake cerró la puerta y la miró extrañado – Lo único interesante que hay en ella, eres tú.—
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I'll be your teacher [Terminada]
Teen FictionLa profesora de música estaba ausente ¿por qué? Pues se le había enfermado el marido y al parecer era bastante grave, cáncer de hígado, según decía la gente. ¿Esto es algo malo? Bastante, pero lo peor no es que el marido de Pamela estuviera a punto...