Sintió otra vez una melodía al pasar por delante de la sala de los instrumentos. Se asomó y esta vez entró sin escrúpulos, se quedó observando cómo Jake tocaba el piano. Parecía un ángel caído del cielo. Nunca se había sentido atraída así por alguien, y menos por un profesor, claramente.
Jake era prácticamente perfecto. Sonrió, apoyándose en la pared.
- ¿Tocas cada día? – dijo en una voz tibia que confortaría a cualquiera.
Dejó de tocar y la miró - No te escuché llegar- Se rio y contestó–La música es de las cosas que más me gustan-
-Se nota– Am sonrió y se fue a sentar frente a Jake, apoyándose en el piano. – Me encanta como tocas– lo miró a los ojos... y le hubiera gustado decir 'y tu; me encantas todo tu'.
-Gracias– Jake se giró– llevo algunos años– tiró su pelo hacia atrás y se arremangó las mangas del jersey.
- ¿Tocabas la guitarra también, no?-
-Así es- dijo levantándose y cogiendo la guitarra española que había apoyada cerca de allí. La afinó un poco.
-Tócame algo... - le dijo, volviéndose a sentar frente a él. Jake alzó la mirada y sonrió. Eso no había sido una pregunta, ella quería que le tocara alguna canción con la guitarra. El corazón de Jake se aceleró.
- ¿Alguna en concreto?-
- La canción que tú quieras. – le sonrió cruzando las piernas. Jake se fijó en esas largas piernas y por un momento las quiso acariciar, tocar... Hacerla sentir toda suya y se le vino el recuerdo del sueño de más temprano. Intentó quitarse esos pensamientos de encima.
Empezó con unos acordes.
-¿Te gusta? – dijo mientras tocaba. Era una melodía un poco triste.
Asintió, conocía esa canción y de alguna forma le llegaba directo al corazón- aunque...– sus ojos se humedecieron.
-Hey, hey... - Jake se sentó a su lado– ¿Qué pasó? - pasaron unos segundos así-Cuéntame- le pasó un brazo por el cuello. Ella se apoyó en su hombro.
-No lo sé, solo...la canción me pone un poco triste- No estaba llorando, pero sí se sentía vulnerable- me recordó mis problemas con mi familia, mi ex novio... - Jake le ofreció su confianza y ella le contó, hablaron de los problemas de la vida de Amber, quien se desahogó.
-Lo siento, no debí elegir esa canción-se disculpó.
-No tienes por qué- lo miró- no tenías cómo saberlo-
-Bueno aquí estoy para lo que necesites- dijo bajo y ambos se sonrojaron.
Él dirigió la mirada a la guitarra. Empezó a tocar otra canción, esta era de amor. También cantó, y su voz era una combinación tierna y sensual. Cuando estaba terminando, Amber le apartó la guitarra, a lo que Jake la miró. Ella negó con la cabeza, sonrió. A la mierda todo. Ya le daría la razón a April en otro momento. Jake era el hombre más increíble que había conocido. Se acercó a él, casi sintiendo el roce de sus labios, se quedaron ahí unos instantes, sintiendo sus respiraciones, Amber dio el primer paso y se acercó más, pero Jake se retiró.
-No– puso sus manos en frente y tragó duro– Lo siento...- se rascó la nuca. Lo deseaba con todo su ser pero debía mantenerse profesional.
-¿Por qué no?– se volvió a acercar a el y lo tomó delicadamente por la mejilla. Él puso su mano sobre la de Amber con el ánimo de quitársela, pero la dejó ahí. Le gustaba su tacto.
-Soy tu profesor– Le dijo más para el mismo que para ella. Se levantó y le dio la espalda, estaba nervioso, luchando contra sus deseos.
-¿Ese es tu único impedimento?- se puso detrás de él y le acarició la espalda. No le respondió.- dime algo-
Maldijo en voz baja y se giró hacia ella– estás jugando con fuego, maldita sea–
-Jake-susurró-¿De qué tienes miedo? – le dijo acercándose a su boca.
Y esto... esto no era un jodido sueño. Jake tragó saliva y se rindió, movió sus manos hacia la cintura de Amber.
-De ti– dijo, clavando la mirada en esos grandes y hermosos ojos.
-Pues no lo tengas. – Le besó el cuello– yo no tengo miedo de ti- lo mordió despacio, fue casi un roce, y Jake pensó que moriría en esos momentos, más cuando hizo ese maldito comentario.– Joder, sabes mejor de lo que imaginé... me pregunto... como sabrá el resto de tu cuerpo- enredó la corbata entre sus dedos y antes que pudiera hacer cualquier otra cosa, Jake le alzó la cara, por el mentón.Eso era una puta locura, pero no podía aguantar más. Hace mucho tiempo que no sentía tantas ganas de alguien. Amber entreabrió la boca, y siguió el principio de ese beso. Jake rozó su labio inferior con los suyos. Eso le puso la piel de gallina, Jake se apoyó en el piano, haciendo que Amber cayera ligeramente encima de él. Le acarició el abdomen. Él se puso aun más duro, más de lo que ya estaba. Juntó su boca con la de ella, y en el estomago de Amber aparecieron nuevas emociones. Sintió la lengua de Jake meterse, adentro de su boca y saborearla. Y el muy cabrón sabia besar. Ella se separó de sus labios.
-Me gusta... - le rozó los labios con un dedo. Jake lo metió en su boca, sin quitarle la vista– Ah... Jake, me calientas-
Jake la apretó contra él. Le dio otro beso, ahora ella también saboreó su lengua, en un juego de lazos. Gimió al sentir como su erección se clavaba en su vientre. Y un golpe de realidad llegó a Jake, quien se dio cuenta de lo que estaba a punto de pasar. Se separó de ella, quitándola de encima de él. Se llevó unos dedos a la frente y la frotó, recapacitando. Ella era una alumna. No podía perjudicarla de ese modo.
-¿Qué pasó? – dijo ella, frunciendo el ceño.
-Lo siento– la miró, cruzándose de brazos – No puedo hacerte esto- fue a buscar su chaqueta y su corbata, que ni se enteró cuando Amber se la quitó-¿Siquiera cuantos años tienes?- volteó a mirarla- Tengo 23 y soy tu profesor, esto es ilegal de donde se le mire-
Salió de la sala sin dejarla responder, tenía miedo de la respuesta, pero Amber lo siguió - ¿Que no puedes hacerme que? – dijo enfadada, la había dejado con las ganas - ¿Hacerme qué, Jake? – Alzó la voz y lo cogió del brazo – Esto es por voluntad propia y tengo 18 para tu información-
-No mientas, dices que tienes 18 para que acceda- dudó- La cuestión es que el que no quiere soy yo-
-Mentiroso-
-Esto te podría perjudicar mucho, Amber– negó con la cabeza – Y yo tendría toda la culpa, no va a volver a pasar nada de esto. No lo haré con una de mis alumnas– y se fue, frustrado, dejando a Amber en medio de ese pasillo. Con el calentón encima, y un poco triste, por un momento pensó que tener una oportunidad con él.
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I'll be your teacher [Terminada]
JugendliteraturLa profesora de música estaba ausente ¿por qué? Pues se le había enfermado el marido y al parecer era bastante grave, cáncer de hígado, según decía la gente. ¿Esto es algo malo? Bastante, pero lo peor no es que el marido de Pamela estuviera a punto...