Un juego adictivo.

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–lo digo en serio, gírate. Si no es mucho pedir...– le sonrío–además, según tu, lo nuestro no fue nada, Entonces déjame decirte, que no tienes el privilegio de verme desnuda.– lo miró seria.

–Serás creída... ¿privilegio? Perdona, pero no tienes nada que no haya visto ya.–

- ¿Entonces? – dijo ella sin perder la compostura, cosa que encendió más a Jake - ¿Qué más te da verme o no? Venga. – le hizo un gesto para que se girara.

Jake negó con la cabeza y se dirigió al coche. Pronto volvió con una manta.

–Aquí tienes... no es una toalla, pero te sirve para cubrirte... - le dijo, y se volvió a sentar en el árbol, de espaldas a Amber.

Ella sonrió.

– Gracias... cuando quieres eres un amor- Y sin saber porque, Jake, se sonrojó.–

Am se bajó la falda, se quitó la blusa y seguido de la ropa interior. Todo bien puesto, al lado de la manta. Metió una pierna en el agua. La piel se le puso de gallina. El rio no era hondo pero el agua estaba fría. Y más siendo principios de primavera.

Jake escuchó el ruido del agua. Amber estaba a pocos metros de él, desnuda y bañándose en un rio, que seguramente estaba a temperaturas muy bajas. Jake cerró los ojos y suspiró, dejándose llevar en sus pensamientos.

Quería volver a verla, lo necesitaba. la quería ver completamente. Se giró del todo, sin pensarlo, y Amber estaba mirándolo desde el río. Encontraron sus miradas llenas de pasión y ganas por el otro.
Jake la observó, el agua le llegaba por medio muslo, se fijó en sus piernas, en su cintura, caderas... en sus pechos.

Se sorprendió de si mismo al sentir que tanto lo excitaba la simple imagen de verla. Se levantó lentamente. Y ahora... ahora que la había visto... necesitaba tenerla de nuevo.

Su erección pulsaba contra los pantalones. Se los desabrochó y los bajó, después de quitarse también los zapatos. Seguidamente, la camisa. Y lo dejó todo a un lado, como la ropa de Amber. Ella lo seguía observando sin decir nada, invitándolo con su mirada.

–¿Qué haces?– le preguntó inocente, viendo cómo él se quitaba los bóxers.

Se metió en el agua. Un escalofrió le recorrió el cuerpo cuando sintió lo fría que estaba.

La rodeó con los brazos una vez junto a ella.

–Jake- rogó - ¿Qué haces...?– volvió a preguntarle.

–Shht... - le apartó el cabello que le caía por el hombro y besó su piel húmeda. – Vengo a hacerte compañía... - le acarició el brazo y su piel aun se puso más de gallina.

– ¿Ahora quien es el que está desesperado? – se rió ella y le tiró agua, empapándolo.

–Eh, eh... basta... - la cogió en brazos – culpa tuya... tu empezaste este juego... - siguió besándola, ahora en la boca, y ella le correspondió – este juego adictivo...– La volvió a dejar en el suelo.

– esto no es un juego. Y no soy un juguete. – le dio la espalda y se cruzó de brazos.

–Yo no dije nunca eso... por supuesto que no eres un juguete. – La abrazó, y ella sintió su erección clavarse en una de sus nalgas. Su espalda se arqueó instantáneamente.

Si seguía así, terminarían haciendo el amor de nuevo. Es parte era lo mejor... ¿pero y luego? ¿Otra discusión de... solo eres una niña, yo no busco esto? Ella negó y salió del rio. Se envolvió con la manta y observó a Jake, con esa impactante erección, acercarse a ella. No pudo evitar reír.

–Bueno... entonces si no quieres, no te forzaré...– Jake se dirigió al coche con su ropa y se envolvió en otra manta, los dos tiritando. Se sentaron en la parte trasera del coche.

A Amber le rugió el estomago. Jake se rió.

–¿Tienes hambre, eh?

– Si, mucha. – dijo ella. - ¿No tendrás por casualidad...?

–Espera...–

Jake fue hacia adelante y volvió con una bolsa grande del supermercado.
–April me convenció para comprar algunas cosas antes de irme.–

– ¿April? – sonrió, buscando en la bolsa. – Es la mejor...–

–Se preocupa mucho por ti.–

–Lo se... y no es la única. - Am lo miró, llevándose un trozo de pan a la boca. se inclinó a él y le dio un beso en la mejilla. – Gracias... de nuevo- le susurró al oído.

Siguieron hablando y comiendo de vez en cuando. El pelo de Amber estaba enredado, y ya, casi seco. Menos las puntas. Se pasó los dedos por los mechones y los intentó desenredar.

–Bruja... - se rió Jake, a quien se le habian rizado algunos mechones.

– ¿Eh? - Am alzó una ceja. – Si yo parezco una bruja con estos pelos, tu pareces una escarola, con esos mechones rizados.

I'll be your teacher  [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora