Ya llevaban casi una semana de clases y había sido bastante aburrido. En el receso Am con April salieron al patio, estaban charlando de cosas sin importancia y repentinamente se escuchan gritos.
-Muévete ¡Amber!- pero ya era demasiado tarde, el balón ya la había golpeado, justo en la nuca. había sido tan fuerte que terminó en el suelo.
-¡Amber!- gritó April cuando vi a su amiga caer - ¿¡Quién fue el imbécil!?- gritó mientras intentaba ayudar a Amber.
-Hay que llevarla a la enfermería- Dijo Jake respirando agitado, había corrido desde el otro lado de la cancha para ayudar a su alumna.
-Estoy bien- Dijo Amber, no era necesario tanto alboroto, aunque se sentía un poco mareada- No necesito ayuda- sin embargo, April y su profesor la ayudaron a ponerse en pie, a lo que Amber se tambaleó.
-Tonterías, vamos a enfermería- Jake la cargó decidido, April se sorprendió, recién caía en cuenta que el sustituto sexy tenía a su amiga en brazos.
-No es necesario- Volvió a quejarse Am, pero realmente se sentía mal y no volvió a rebatir.
Sonó la campana para volver a clases a lo que Jake le indicó a April que entrara, él se encargaría de que Amber estuviera bien.
...
- ¿No me dirás que lo ha pasado en la enfermería?-dijo April curiosa. Amber ya estaba bien, después de todo solo había sido una pequeña contusión, a lo cual necesitó un descanso de cerca de 2 horas.
- Mmh... no– dijo tranquilamente- no pasó nada especial-
-Vamos, Jake estuvo ahí contigo todo el tiempo, algo debe haber pasado- puso cara de pícara - además, he visto como te mira-
-No digas tonterías- Amber se sonrojó, la verdad sí había visto que su profesor la miraba más que a los demás estudiantes, pero creía que era solo su imaginación- solo hablamos, lo normal, me contó de su vida, yo de la mía y ya- se lo pensó- y también nos besamos-
-¿¡Qué?!- Am rio al ver la cara de su amiga- no seas tonta, que me lo creo-Amber volvió a reír y negó con la cabeza - Acéptalo, dormirías con el-
– Ridícula, es mi profesor-
- ¿Y qué? Pues yo me lo tiraría, está buenísimo, y seguro que es simpático ¿Me equivoco?-
- No, no te equivocas - Suspiró – me ha tratado muy bien, pero ese no es el caso, el caso es que nosotras somos sus estudiantes ¿Entiendes lo que es eso? lo mínimo que podrían hacerle es echarlo del centro-
-No si nadie se entera, somos mayores, podemos hacer lo que queramos - Claramente no era tan así como decía April, pero sí, ya teníamos 18 cada una, éramos las mayores del curso- pero bueno, dejémonos de fantasías- rio- ¿te imaginas alguna de nosotras con un profesor?- volvió a reír-bueno, hablamos después- se levantó y se fue a su asiento, porque Matt, el profesor de lengua, había llegado y era uno de los peores.
Eran ya las cinco de la tarde, todos habían marchado con prisa, menos Am, no tenía prisa, nadie la esperaba en casa. Su madre probablemente estuviera en casa de sus amigas y su padre, ¿Quién sabe? Ana, su madre, era un ama de casa muy comprometida, se ocupaba de todo, mientras que Logan, su padre, era un hombre despreocupado, un total amargado, quien se ha dedicado toda su vida a engañar a su madre e incluso en algunas ocasiones a golpearla, pero ella siempre lo perdonaba, ya que Logan luego volvía con flores diciendo que cambiaria. Típico ¿no? a Amber se le humedecieron los ojos con esos pensamientos. deseaba que ella y su madre terminaran lejos de su padre, pero Ana seguía amándolo con cada trozo de su corazón.
Salió del salón y el pasillo estaba desierto, caminó lento hacia la salida sumida en sus pensamientos, pero algo la detuvo. Escuchó una melodía, venia de la sala de los instrumentos. Y siempre ella, tan curiosa, se acercó.
Jake estaba tocando el piano. Am quedó maravillada, lo hacía perfectamente, con una fluidez increíble, y lo que tocaba era precioso. Se quedó unos segundos escuchando, hasta que se dispuso a marchar. Pero Jake la vio, se puso roja, la había visto... espiándole. Él en cambio, sonrió y le hizo un gesto para que entrara. Ella lo hizo.
- lo siento... pasaba por aquí... y te... escuché tocar- Se había puesto muy nerviosa repentinamente.
- ¿Y por qué te disculpas? –Se giró hacia ella – No te tendría que avergonzar ver a alguien tocar el piano – Un simple movimiento que hizo sonar las teclas en una escala – Creo que es un instrumento hermoso – La miró directamente a los ojos - ¿Sabes tocar?-
- Solo un poco-
- ¿No te gustaría aprender? – le sonrió – A una chica como tú le quedaría muy bien el piano-
Ella rió.
- ¿Lo dices enserio?-
- Sí, por algo soy profesor de música ¿Tocas algún instrumento?-
- Hace algunos años tocaba la batería-
- ¿Por qué no lo intentas? – sonrió – yo también se tocar la batería-
- ¿Cuántas cosas sabe tocar? – Am se sonrojó, Jake se rió. Entonces se dio cuenta de lo mal que había sonado aquella frase – no... no intenté darle doble sentido a la frase, ¡me refería a los instrumentos!- habló rápido y nerviosa.
- Ya lo sé - volvió a reír, y le hizo un gesto con la mano, Amber cerró la puerta y se acercó a él – Sé tocar el piano, la batería, el violín y la guitarra- habló bajo, mirándola a los ojos. Amber soltó una exclamación de sorpresa y se apartó algún mechón de la cara.
Jake se levantó, se dirigió hacia la batería de color negro que pertenecía al instituto y le ofreció las baquetas - Inténtalo – le dijo él seguro – Es una pena que hayas aprendido a tocar un instrumento y ya no quieras seguir. La música es un arte muy bello- tenía razón. Ella se sentó en el taburete de la batería. Cuantos años hacia des de que no se sentaba en uno de estos. ¿Quizás dos?
- Por cierto... no te lo he preguntado ¿no te ibas? ya es tarde, si tienes prisa...-
- Sí, me iba- lo interrumpió- pero no tengo prisa, no tengo compromisos esta tarde – le dijo con un deje de picardía. Ella sonrió, ya no estaba nerviosa. Su profesor le devolvió la sonrisa y se retiró un poco. Redoble en los platillos y empezó a tocar.
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I'll be your teacher [Terminada]
Ficção AdolescenteLa profesora de música estaba ausente ¿por qué? Pues se le había enfermado el marido y al parecer era bastante grave, cáncer de hígado, según decía la gente. ¿Esto es algo malo? Bastante, pero lo peor no es que el marido de Pamela estuviera a punto...