A escondidas || FW | +18 ||

Carta erótica

—Mierda, no...— la chica comenzó a buscar en los cajones del baño, pero sería raro que estuviese ahí —¡Fred!— alzó la voz para que el pelirrojo, que estaba en la habitación lo escuchara —... Amor, ¿viste mi sostén negro?

—¿Negro?— preguntó desde el otro lado — No, ¿cuál de ellos?

La chica abrió la puerta del baño, viendo a Fred parado en la puerta —Es de encaje— habló, pero el pelirrojo calló al ver que no llevaba sostén ni ninguna camisa que le tapase —, ¿no lo viste?— preguntó de nuevo, él negó rápidamente con la cabeza, sin dejar de mirar sus pechos, viajando por su cuerpo, viendo que solo llevaba una pequeña braga negra. La Lupin caminó hasta cama y se tumbó de un bote —Era mi favorito— se quejó —, y ahora no sé dónde está.

—Y..y..yo...— tartamudeó Fred —T..te ayudaré a buscarlo— caminó hacia atrás pero se chocó con la puerta —Mierda— susurró sobandose el codo —, yo... tiene que estar por aquí— caminó hacia la derecha pero se dio un porrazo con la silla que había —Joder— se quejó de nuevo.

Ylenia se carcajeó al ver lo que estaba pasando. Se levantó y se acercó a él, que trataba de alejarse.

—Fred— llamó pero él se dio la vuelta —Amor, ¿por qué no me miras?— tocó su hombro.

—Y-Yo... esq..que...— tosió y se dio la vuelta, tratando de no mirar los pechos de la chica que tenía enfrente, pero la mirada se le iba sola.

—¿Quieres tocarlos?

—N..no...

—¿Seguro?— agarró su mano para llevarla hacia su pecho izquierdo, haciendo que lo acariciase. El chico dudó unos segundos, pero comenzó a masajear su seno con calidez, suspirando al tacto. Extrañaba tanto esa sensación... hacia tanto que no la tocaba —Todos están en el cuartel general, tenemos un rato a solas... Freddie— gimió cuando el chico pellizcó su pezón. El pelirrojo se inclinó para tomar su pecho derecho y llevarse el izquierdo a su boca, lamiendo su areola. —Te extraño tanto...— gimoteó al notar la húmeda lengua de Fred. Dio un pequeño mordisco y ella jadeó.

Pero Fred se separó, haciendo distancia entre ellos y poniendo sus manos en la cabeza —No— negó —, no podemos.

—¿Qué? ¿Por qué?

—Solo ha pasado un mes y medio— el pelirrojo arrugó sus cejas —, n..no.

—Pero, Fred

—No, Ylenia— la interrumpió —, no pienso lastimarte de nuevo— caminó hacia la puerta y salió, dejándola sola. Caminó hacia el salón, no había nadie así que salió al jardín. Puso las manos sobre su cabello, tirando de sus raíces con frustración.

Siguió caminando hasta llegar al pequeño lago que había al lado de la casa Lupin. Se sentó, viendo el verdoso agua del lago. Tiró una piedra con fuerza, y suspiró.