A escondidas || FW | +18 ||

Entre la ropa interior

—¿Entonces? ¿vendrás?— preguntó una Daphne entusiasmada.

—No puedo, Daph— Ylenia la miró apenada —, es el cumpleaños de mi papá, y hace tres semanas que no nos vemos— explicó —Lo siento mucho...

—No te preocupes— la rubia sonrió —, ya habrá mas ocasiones para que vengas.

—Sí— Theodore se metió en la conversación —, es una pena que no vengas, pero en otra escapadita será.

—Lo siento mucho, chicos, enserio...

—¡No te disculpes!— Pansy frunció el ceño —Es el cumpleaños de tu padre, no lo sientas.

—Igual— la Hufflepuff miró a aquel pequeño grupo de Slytherin con los que había entablado una amistad en estos últimos meses —, Harry me está esperando, nos veremos el lunes— se despidió de ellos y caminó hacia el azabache.

[...]

—Gracias— Remus observó con desconfianza la caja que su yerno le había entregado —, ¿no será un explosivo, no?

—No seas desconfiado, papá— dijo Ylenia, que estaba tras su padre, con las manos en sus hombros —... Fred lo hizo con su mejor intención— miró al pelirrojo que sonreía.

—Eso, suegrito.

—No me llames así— murmuró comenzando a abrir el regalo, sacó de la caja el aparato para que todos pudieran verlo.

—Es una radio muggle— explicó Fred, sentándose en la silla que había enfrente de Remus —, le das al botón grande de la izquierda y suena música o noticias muggle.

—¿Enserio?— el castaño miraba el aparato con curiosidad —Gracias, comadreja— dijo intentando sonar serio.

—De nada, suegro— iba a levantarse cuando Remus agarró su muñeca.

—Llámame así otra vez y el avance que tenías se desvanecerá.

—Papá...— la menor quitó la mano de su padre de la muñeca de su novio —, está bien— sonrió con dulzura —... él no volverá a llamarte así— se mordió el labio inferior y tiró del brazo de su novio, yéndose de la cocina dónde todos los Weasley la familia Lupin-Tonks estaba —Hola.

—Hola de nuevo, preciosa— se inclinó para atrapar los suaves labios de Ylenia que lo esperaban con anhelo —... te he extrañado.

—Y yo a ti— dejó un pequeño beso en su nariz —, cuéntame sobre George— pidió —, en la última carta me dijiste que estaba desesperado.

Fred soltó una pequeña risa —Las cartas le siguen llegando pero aún no sabemos quién es— informó —, tenemos nuestras sospechas pero no sabemos nada con certeza.

—Bueno— suspiró —... algún día lo sabrá.

—Eso espero, porque está insoportablemente insoportable— volteó los ojos —, y yo te extraño, y me vuelvo insoportable también.— Ylenia sonrió y se incorporó para dejar un corto beso en sus labios. —Estoy mejor, cuéntame como fue tu semana...