Las tres chicas bajan del auto que las fue a recoger al internado, ahora están frente a la gran puerta de la mansión de Lena, una verdadera mansión, Kara no cree haber visto una casa tan grande nunca. Las tres están igual de nerviosas, probablemente Lena más, pues jamás había pensado en llevar a sus dos amigas (un alíen y un posible alíen) frente a su madre, quien además era la persona más juzgona existente. Con un suspiro mira a sus amigas y les sonríe, dándoles confianza, de la cual no tiene mucha. Llama a la puerta y pronto atiende una señora con uniforme, quien saluda afablemente a Lena, "Señorita Luthor, la estábamos esperando" dice y Kara se emociona, no sabe por qué, tal vez sólo por el mero hecho de estar ahí, donde Lena creció.
Se adentran en el recibidor y Sam cree poder ver su reflejo en el suelo de lo brillante que está; demonios, ¿cómo vivió Lena su infancia ahí? Sam estaba manchada de tierra la mayor parte del día y siempre manchaba el piso cuando entraba a casa. Tal vez no era una comparación justa porque ella vivía en una granja. Pero la mansión Luthor no decantaba haber recibido niños nunca, era aterradora e imponente y había cosas de cristal en cada superficie posible. Sam nunca habría sobrevivido ahí.
—Linda casa, Luthor —dice Sam, a quien le quedan restos de fiebre y grandes ojeras surcan su rostro por la falta de sueño, así como por simplemente sentirse mal.
—Gracias, señorita... —interviene la madre de Lena entrando a la habitación con una sonrisa elegante y fría.
—Mmh, Samantha Arias —responde la castaña, enderezando su postura inconscientemente.
—Claro, señorita Arias —dice. —Hola, Lena, ¿qué tal todo? Me preguntaba cuándo vendrías de visita, me alegra conocer por fin a tus amigas —añade.
—Madre, hola, pues aquí estamos y si no te importa me gustaría mostrarles sus habitaciones —pide en un intento de escapar a su presencia.
—Adelante, nos reuniremos después para charlar —acepta, Lena no necesita más para comenzar a caminar, pidiendo silenciosamente a sus amigas seguirla. Kara, en cambio, saluda con la mano a Lilian y acompaña el gesto con una sonrisa tímida, no quiere ser maleducada.
—Hasta luego, señora Luthor —dice antes de subir las escaleras. Lena la mira con una sonrisa, la cual no tiene motivos para existir.
—¿Tenemos habitaciones propias? —inquiere Sam, consternada.
—Así es —dice.
—Eso es aterrador, no quiero dormir en una habitación yo sola, en primer lugar estoy acostumbrada a la presencia de Danvers ahí, en segundo lugar tu mansión perfectamente podría ser la de una película de terror —exclama. —No quiero enfrentarme a un fantasma por mi cuenta —añade, Kara le sonríe.
—Podemos compartir habitación —concede Kara.
—Sólo hay una cama por habitación —interviene Lena. —Y mi casa no está encantada —alega.
—Ya hemos dormido en la misma cama —dice la rubia. —Podemos hacerlo de nuevo —agrega.
—Yo acepto —se apresura a decir Sam.
—Claro que aceptas, eres una miedosa —alega Lena, abriendo una puerta.
—¿Celosa, Luthor? —devuelve la castaña, Lena desvía la mirada, no está celosa. ¿Por qué estaría celosa? Estúpido, los celos no son una cosa sana, se recuerda y entra a la habitación, ahora, compartida. Una habitación común (para una mansión) de invitados. Sam se tira en la cama enseguida, está agotada, la enfermería es el lugar más incómodo en el cual pasar la noche. Cierra los ojos, demasiado perezosa para seguir prestándole atención al mundo. Pero el silencio la obliga a hacerlo, ¿por qué Danvers no está bromeando con Lena? En su lugar parece ser una de esas plantas falsas, de pie en una esquina, tan inmóvil como es posible. —¿Qué les pasa a ustedes dos? —inquiere, apoyándose en su codo para mirarlas.
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People can be good
FanfictionKara Danvers no ha tenido un muy buen verano, en realidad fue un asco. Ni siquiera piensa en él, pero ese incidente la lleva al lugar más inesperado: Irlanda. Específicamente al internado para chicas de Irlanda, donde, además de convivir con lo que...