Veintisiete

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Lena entra a la sede de Luthor Corp en Metrópolis, no avisó precisamente de su visita, pero todos ahí saben quién es ella: la hija menor de los Luthor, la hermana de Lex, algo así como su jefa. Camina hacia el elevador y nadie la detiene, podría decirse que incluso se concentran más en sus tareas laborales. A Lena ciertamente le desagrada el estilo de decoración elegido por su hermano, aunque tal vez sea sólo su disgusto personal ante la empresa, no quiere pasar su adultez trabajando en ella. Sólo quiere tener un laboratorio e investigar, crear algo útil. Necesita ser una científica.

—Disculpe señorita, pero no tiene una autorización para estar en este p... ¡Señorita, Luthor! No me notificaron de su visita, ¿debo preparar algo? —exclama la secretaria de Lex en cuanto la ve salir del elevador.

—No te preocupes... Eve, ¿mi hermano está ocupado? Porque debo discutir un asunto urgente con él —responde ella.

—Bueno ahora mismo no tiene ninguna reunión, supongo que puede pasar, señorita Luthor —dice, sonriéndole amablemente.

—Gracias, Eve, hasta luego.

Entra en la oficina de Lex, repasando su plan, porque cómo no iba a tener un plan. Su hermano voltea a verla en cuanto escucha sus pasos y hace una cara de sorpresa máxima, apartando la vista de su libro.

—¡Lena! ¿Qué haces aquí? ¿Vino mamá? Porque si vino voy a tener que limpiar este lugar —alega mirando a su alrededor, hay una gran cantidad de documentos en una gran cantidad de superficies.

—No, vine por mi cuenta, necesito tratar un asunto contigo —responde.

—¿Un asunto? ¿Vas a aceptar mi propuesta? Porque sigue en pie —declara él, cambiando su expresión alegre por una más seria, a punto de hacer un trato.

—No voy a aceptar, pero tengo un interés personal con detener tu trabajo contra Superman —admite.

—¿Bromeas? ¿Por qué viniste desde casa para hablar de eso? Ya lo discutimos, hermanita —alega Lex frunciéndole levemente el ceño.

—Sí lo hicimos, pero ésta no es una discusión, Lex, es una orden —él la mira indignado. —Tienes mucho por perder, él es un hombre poderoso, literalmente, ¿por qué piensas que no te va a tratar como a cualquier otro de sus enemigos?

—¡Porque es algo personal! —exclama.

—¡Lo admites! Esto es una estupidez, Lex, lo sabes, pero ya estás muy metido como para detenerte ahora, ¿no? Tú no piensas así, no crees ser mejor a él o a todos los demás, no quieres dominar el mundo, sólo estás encaprichado —alega Lena con determinación.

—¡No soy un niño, Lena! Si quisiera detenerme lo haría, no soy imbécil.

—No, no eres imbécil, eres orgulloso —afirma. —¿Qué has logrado con todo esto? Déjame ayudarte: nada.

—¿Quieres dejar de atacarme?

—Sólo te digo la verdad, eres mi hermano, no te voy a dejar derrumbarte junto a toda la maldita compañía de nuestra familia —reclama.

—No estoy derrumbándome —alega él.

—Pero lo vas a hacer, una vez más: ¿qué has logrado, Lex? Una breve investigación le permitiría a mamá saberlo, pero confía demasiado en ti —dice. —No has avanzado mucho en el mercado estadounidense, sólo fanfarroneas porque estás demasiado ocupado obsesionándote con un hombre superfuerte, ¿vas a abandonar la idea ya?

—Lena no voy a fracasar, mientras antes venza a Superman antes me enfocaré en la empresa, si me ayudaras eso sería realmente pronto —responde. —No soy del tipo que se rinde.

People can be goodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora