People can be good

Treinta y uno

El auto se detiene frente al portón principal de la escuela, Lex Luthor baja para esperar a su querida hermana menor, quien lo está metiendo en muchos problemas sin ninguna razón aparente. No mucho después la ve salir, tiene en el rostro esa expresión característica de los Luthor, una que no te deja saber nada. Pero él necesita respuestas y las va a obtener a como dé lugar. Lena le arquea una ceja, él le devuelve el gesto, está recargado contra la puerta del auto y cruza los brazos sobre su pecho. Se aparta del vehículo para abrirle la puerta, ella le rueda los ojos y Lex se burla con una sonrisa.

—Hola hermanita —dice. —¿Lista para nuestro paseo familiar?

—Nunca he estado más preparada.

—No lo dudo —responde él, subiendo al auto.

—¿Vamos a saltarnos las formalidades? —inquiere Lena como si no lo supiera.

—¿Quieres saber sobre mi vuelo?

—Sólo si Superman te trajo.

—Eres insoportable —responde. —Claro que vamos a saltarnos las formalidades —añade.

—Bien, entonces, ¿qué quieres saber? —devuelve.

—Oh, buena pregunta, ¿por qué no comenzamos con las razones que te llevaron a perseguir una agencia del gobierno? —ironiza él.

—Buen comienzo.

—Lena —advierte. —No vas a obtener nada de mí si no eres honesta —alega.

—Conozco un alien —confiesa. —Y fue atacada por la DEO.

—Es algo personal estás diciéndome.

—No es sólo algo personal —rebate.

—¿No se te hace conocida esta conversación? —devuelve él.

—Es diferente.

—¿Por qué? —inquiere enseguida. —Yo quería asesinar a un alien por lo que me había hecho ese alien, tú quieres salvar a todos los aliens por lo que le hicieron a un alien —dice.

—Esa es una diferencia abismal —interviene Lena. —Y no quiero salvarlos, quiero borrar a la DEO de la existencia como organización, porque tampoco es la agencia más útil, debes admitirlo. Su tasa de fracaso es demasiado elevada como para poder tomarlos en serio.

—¿Y luego qué? —cuestiona.

—Luego pienso ayudarlos tanto como pueda —admite en un tono más bajo y Lex sonríe burlón.

—O sea quieres salvarlos —Lena suspira exasperada.

—Ellos podrían salvarse solos si tan siquiera tuvieran una voz y no recibieran ataques tan pronto como salen de su escondite —alega. —Mira, revisaste los archivos clasificados, ellos atacan a cada alien sin detenerse a analizar la situación, eso no está bien.

—¿Quién es tu alien? —pregunta él, ignorandola a pesar de haberla escuchado bien.

—No te importa.

—En realidad sí.

—Salgo con ese alien —si Lex hubiese estado bebiendo algo lo habría escupido.

—¡¿Qué tú qué?! —cuestiona, mirandola con consternación. —¿Sabes lo que hará mamá cuando lo sepa? La respuesta es encerrarte en una torre en medio del bosque.

—Mamá ya me habría encerrado en una torre si pudiera, aunque no saliera con un alien —rebate. —Lex, mira, ya te lo dije, ya puse en riesgo a ese alien, sólo te pido ayuda porque eres mi hermano mayor y porque eres inteligente, además meterse con un gobierno ajeno suena peligroso —Lex la mira detenidamente, analizando sus palabras.