People can be good

Veintiuno

La rubia trota a un lado de Sam, quien mantiene la vista fija en una chica del otro equipo. Es viernes por la tarde y es día de partido contra la escuela campeona en baloncesto, es, supuestamente, un encuentro amistoso, pero Sam está dispuesta a morir exhausta si eso les garantiza la victoria. Sólo quiere la satisfacción de ganarles a esas presumidas.

—¿Quién es ella? —pregunta Kara siguiendo la trayectoria de su mirada.

—Sara Lance —responde. —Capitana de los Canarios —explica.

—Ay vaya, luce letal —dice.

—Porque lo es —comenta. —No han perdido ni una sola vez desde que es capitana —dice. —Pero, ahora, Danvers, te tenemos y vamos a ganar o voy a estar muy decepcionada —alega.

—¿Soy el arma secreta? —inquiere.

—Pues claro —responde. —Confía en ti y verás como ganamos —dice, pero su rubia amiga ya perdió la atención, pues la recién llegada Lena Luthor, le resulta mucho más interesante. —Si te distraes por Lena voy a mandarla a sacar del gimnasio —amenaza.

—¡Sam! —exclama la rubia.

—Hablo en serio —dice, Lena la saluda a lo lejos y ella le devuelve el gesto.

—¿Puedo ir a verla? —pregunta con sus ojos de cachorrito.

—La viste hace como una hora, cálmate, enamorada —se queja Sam.

—Quizá me va a dar ánimos y sin esos ánimos no vamos a ganar —rebate.

—Eres una chantajista —alega. —Pero bien, ve, te veo en cinco —dice, cambiando la dirección hacia el resto de chicas, quienes lucen a partes iguales aterradas y deslumbradas por los músculos bien torneados de Sara Lance. Sam les chasquea los dedos para llamar su atención, ya verá esa Sara Lance quien manda.

—Hola —saluda Kara al llegar con ella.

—Hola, número 15 —devuelve Lena, peinándole unos rizos rebeldes sueltos sobre su frente. —¿Lista? —pregunta.

—Eso creía, luego Sam me dijo que Sara Lance es letal —dice, señalándola. Al otro lado de la cancha Sara conversa animadamente con su equipo.

—Tranquila, ¿no es sólo un partido amistoso? —inquiere.

—Si Sam estuviera aquí te habría asesinado —dice. —Y ahora con su mirada literalmente aniquiladora, podría haberlo hecho —añade. —Como sea, ella realmente quiere ganarle y restablecer el orgullo del equipo —explica.

—Bueno, entonces cálmate, eres muy buena jugando —dice. —Ganarán, lo apuesto —añade.

—Dices eso porque te gusto —bromea Kara y Lena le palmea el hombro.

—Oh, cállate —dice.

—¡Danvers bebé, ven aquí! —grita Sam.

—Mi señal —dice Kara y Lena le sonríe.

—Éxito —le desea.

—Porque la suerte es para perdedores —completa Kara.

—Oye.

—Dime.

—Te quiero.

Kara le sonríe antes de correr al otro lado de la cancha, posicionándose junto a Sam, quien le da palmadas de apoyo en la espalda. Mientras le explica al equipo, una vez más, las jugadas y cómo si no ganan va a morir de coraje. El silbato suena y el balón es lanzado hacia arriba, Sam salta, empujándolo hacia su lado de la cancha. El juego comienza.