Capítulo 3

1.6K 105 20
                                    

Halil oyó a su amigo y soltó a la hermosa beceriksiz (torpe) de inmediato, la apartó dejándola de golpe sentada en suelo y se levantó como impulsado por un resorte. Apretaba los puños y respiraba fuertemente intentando calmarse y fijando la vista en el suelo. Mevly miró al gigante rubio y vio que le ofrecía la mano gentilmente. La tomó y se levantó sin mirar al diablo moreno. Ella también tenía la respiración agitada y se sentía ahora avergonzada por la situación y por haber sido pillados por Suna y el gigante en tamaña situación. Fue hacia su nueva amiga cabizbaja y frotándose el trasero.

– Mevly ¿estás bien? – preguntó Suna preocupada.

– Evet, sí Suna, sólo he tropezado y he caído encima de este diab.. señor. ¿Podemos salir de aquí, lütfen (por favor)? – y se dirigió a la puerta esperando que Suna la siguiera.

Lo último que quería era cruzar la mirada con el diablo moreno; quería alejarse de él lo antes posible y salió rápido de aquella sala. Fue salir y ver un grupo de niños y niñas de varias edades esperando al pie del escenario. Eran unos 10 y algunos llevaban vendajes, se fijó especialmente en una niña de unos 8 años que iba en silla de ruedas y un niño de unos 5 años sin pelo que se paseaba y repetía "Soldado Haliiiiil" con una voz que de dulce a Mevly se le llenaron los ojos de lágrimas. Intentó serenarse rápidamente y acercarse a ellos sonriendo.

Halil e Ibrahim salieron de la sala de atrezzo y se aceraron al grupo hasta pararse tras Suna. Suna entonces se situó al lado de Mevly y dijo lentamente en turco para que, tanto los niños como Mevly la entendieran:

– ¡Hola chicos! Os presento a Mevly. Ha venido desde España y será vuestra maquilladora y asesora de vestuario – Halil se tensó al oír eso – Y aunque habla turco agradecerá que le habléis más lento de lo que soléis hacer, ¿vale? –

– Eveeeeeeet – contestaron a coro los chiquillos.

Suna se giró ahora a Mevly y la miró divertida antes de soltar:

– Querida Mevly, deja que te presente al Doctor Ibrahim Celik, neurocirujano pediátrico y ... (¿esa pausa era necesaria?) al Doctor Halil Yilmaz, nuestro maravilloso neurocirujano jefe que colabora con las funciones y tiene el honor de interpretar al Soldadito de Plomo en la obra que estamos preparando.

Mevly miró al gigante y le dijo "encantada de conocerte" en turco. Le costó Dios y ayuda dirigir sus ojos al otro hombre. Él la miraba muy serio con sus ojos ardientes y ella sólo fue capaz de hacerle un gesto con la cabeza. No supo si había llegado a susurrar un "hola" en turco o en español o si no había abierto la boca. Rompió el contacto visual rápidamente para volver a recomponerse y se giró de nuevo a los niños.

Les estaba hablando del maquillaje de fantasía que usarían cuando el pequeño de la voz dulce caminó hacia ella y pasó a su lado, lo siguió con la mirada sin dejar de hablar pero por poco se queda muda al ver al Doctor Diablo coger en brazos al pequeño y sonreírle. El corazón de Mevly se saltó unos cuantos latidos al ver esa sonrisa. Apartó la mirada de la tierna escena y acabó su discurso pidiendo a los niños que se presentaran, le dijeran qué papeles iban a interpretar y preguntó a Suna cómo iban de tiempo. Suna le dijo que tocaba examinar el atrezzo para ver si los disfraces que tenían se podían aprovechar. (¿Entrar en aquella sala otra vez? ¿Con él?) temió Mevly. Se oyó entonces la fuerte voz del Dr. Diablo decir:

– Su, yo debo irme ya. ¿Me mandas un mensaje cuando sepas cuándo pueden ensayar los pequeños?

Tamam, Hal. Oye, ¿esta tarde a las 20h?

Evet... – estaba contestando Halil cuando habló su amigo rubio – Kuçük cadi (pequeña bruja), ya te paso a buscar yo, Hal debe dar mucho rodeo y así nos encontramos en el cine con él.

BARCELONA - ESTAMBULDonde viven las historias. Descúbrelo ahora