Capítulo 30

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CAPÍTULO 30

    Unas horas más tarde, Halil recibió con un beso en la mejilla a Mevly al final de la rampa. La tomó de la mano sin importarle que varios ojos curiosos los siguieran hasta la puerta del hospital. Una de las personas que los miró con cara de preocupación fue el doctor Nedim Ceyhan. Desde otro punto del vestíbulo, en lo alto de las escaleras que llevaban a las consultas externas, Eda miraba alternativamente a la pareja y al veterano doctor y sus perfectos labios pintados de rojo esbozaron una maquiavélica sonrisa. Por último, cerca de recepción el doctor Nejat Koroglu siguió con la vista a la preciosa española que iba de la mano del hueso de Yilmaz, lamentando no haber sido el escogido por su corazón.

    Dos días más tarde Halil se encontraba en su despacho estudiando el historial médico de la paciente de Suna a la que debían operar Ibo y él. De vez en cuando debía volver a concentrarse pues su mente no dejaba de viajar a los últimos días y, en concreto, a los momentos pasados con Mevly. No recordaba haber sido más feliz en su vida ni haberse sentido más en paz con el mundo. Estar con ella lo hacía creer que todo era posible, que quizás sí se habían conocido siguiendo los designios de la magia. En el fondo le daba igual porque lo importante era que se habían conocido y que no pensaba separarse de ella jamás. Con ella respiraba, con ella formaba parte de algo especial que daba sentido a su vida y con ella deseaba pasar el resto de su vida.

    Sus ojos volvían a perderse en el infinito de la pared blanca que tenía delante cuando oyó llamar a la puerta de su despacho. Le empezó a nacer una sonrisa pensando que sería Mevly trayendo el café que le había prometido, cuando se habían separado en el vestíbulo hacía unas horas, sin embargo quien abrió la puerta fue su tío y, a juzgar por la cara que traía, algo lo había alterado.

    - Buenos días, amca (tío). Pasa y siéntate porque por la cara que traes no te encuentras muy bien ¿qué te pasa? - preguntó Halil preocupado.

    - Halil ¿por qué me ocultaste que esa mujer es española? - preguntó el doctor Ceyhan claramente molesto tomando asiento.

    A Halil la cara le cambió de amable recibimiento a frío malestar. Antes de contestar se echó para atrás en su silla, apoyó los codos en los reposabrazos y cruzó los dedos de sus manos. Siempre intentaba ganar tiempo para calmarse antes de un claro enfrentamiento.

    - Esa mujer tiene un nombre, Mevly, y es mi pareja.

    - No marees la perdiz, Halil, se llame como se llame es española ¿si o no? - preguntó su tío frunciendo el ceño.

    - Te repito, amca, que se llama Mevly y si quieres que te cuente algo, te referirás a ella con respeto - se mantuvo firme Halil.

    - Es española - afirmó pesaroso el doctor Ceyhan. Luego, negando con la cabeza, continuó - Pero ¿cómo se te ocurre liarte con una extranjera? Y para más señas ¿española? ¿Es que no has aprendido nada de mi historia, sobrino? Se irá. ¿Cómo diablos vas a poder llevar una relación a distancia? No se puede. Además ¿sabes si ella quiere una relación? Quizás sólo se está divirtiendo contigo mientras juega a maquillar niños en Estambul... -

    - ¡Basta! Basta, tío. No sigas o tendré que pedirte que te vayas de mi despacho - Halil cogió aire para calmarse y decidió explicar por respeto a su tío - Mevly es española y hace una labor preciosa aquí y sí, si la relación sigue como hasta ahora pienso hablar con ella para, llegado el momento, decidir si ella se queda o soy yo quien se va a Barcelona. Lo que no voy es a rendirme, amca - Halil se guardó el "como tú" para no ahondar en la herida de su tío.

    Nedim Ceyhan se quedó blanco de repente mirando a su sobrino.

    - Vaya, hijo mío, sabía que eras preciso con el bisturí pero veo que también eres certero con las palabras. Espero que recapacites porque mi apoyo, desde luego, no lo vas a tener, que tengas un buen día - se despidió Nedim Ceyhan levantándose de su asiento y yendo hacia la puerta. Cuando ya tenía la puerta abierta y con el pomo en la mano se giró a mirar a su sobrino y dijo:

BARCELONA - ESTAMBULDonde viven las historias. Descúbrelo ahora