Capítulo 14

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Halil e Ibo estaban en una pizzería cercana al hospital mirando de cuadrar sus visitas al gimnasio para poder entrenar juntos. Sus agendas a veces no coincidían y había semanas que debían entrenar por separado.

– ¿Puedes mañana por la tarde entonces? – preguntó Ibo.

Evet (sí) ¿hacia las 18 horas te va bien? – propuso Halil.

Tamam (ok). Así luego podemos pasar a buscar a Suna y llevarla al chino nuevo que han abierto en Beyoglu – dijo Ibo mirando su Tablet.

Halil suspiró con fuerza y frunció su magnífico ceño para hablar claro con su amigo:

– Ibo... te lo diré como te lo he dicho todo siempre: directamente y sin rodeos. Si voy con vosotros, no quiero que aparezca ella por sorpresa ¿Tamam?. Entiendo que ahora es amiga de Suna pero te pido que nos mantengáis alejados al uno del otro.

– De acuerdo abi (hermano), pero ¿puedo preguntar yo también directamente? – y sin esperar el asentimiento de Halil preguntó - ¿Qué tienes con Mevly? – y siguió - Os gustáis, saltan chispas cuando estáis juntos, saltan chispas hasta cuando os intentáis evitar porque no dejáis de estar pendientes el uno del otro. Esta mañana en la cafetería casi he oído como se le rompía el corazón a esa chica cuando te fuiste sin despedirte de ella. Y tú has estado a punto de enseñar Muay Thay a Koroglu en la cafetería. Te veo celoso por primera vez desde que te conozco Halil. Esa chica te importa... ¡no! No intentes mentirme, "lütfen" (por favor), Suna me explicó lo preocupado que te vio cuando Mevly se desmayó en el escenario. Sinceramente primero pensé que no resultaría pero quizás me he contagiado del romanticismo de Suna y mi pregunta es ¿por qué diablos no le dices algo a Mevly? ¿por qué no iniciáis una relación para conoceros sin tanta tensión sexual no resuelta? – acabó Ibo su discurso.

Halil le había mantenido la mirada hasta lo de "tensión sexual no resuelta", ahí había desviado la vista de los ojos azul hielo de su amigo.

– ¡Oh abi!... entiendo. No se cuándo ha pasado pero ha pasado ¿no?

Evet – dijo Halil escueto.

– Y ha sido tan horrible que ahora no podéis ni veros... "anladim" (entiendo).

Halil no contestó. Sólo lo miró serio y frunciendo aun más el ceño.

– "Anlayamiyorum" (No entiendo) – dijo Ibo.

– A veces, simplemente hay demasiados obstáculos. Miraos a Suna y a ti...

– Yo estoy intentando reconducir mi relación con Suna. Creo que la amo y quiero dejar de marearla a ella y marearme yo. Estamos mejor juntos que separados y en el plano físico... vale no diré nada porque eres como su puñetero hermano mayor y no quiero que me partas la cara. Abi, cualquier día le pediré que sea mi esposa y a ti que seas mi testigo.

– No sabes lo que me alegra oír eso Ibo. Creo que seréis la excepción que confirma la regla – dijo Halil.

– ¿Por qué dices eso Halil?

– Sabes qué les pasó a mis padres Ibo y la historia de mi tío... toda la vida echando de menos a la mujer que amaba. Y...- suspiró -  ella se irá – acabó Halil confesando en voz alta su mayor miedo. 

– Abi, nadie conoce el futuro. No sabes si Mevly decidirá quedarse o quizás seas tú quien se aventure a ir a vivir a Barcelona. Sólo puedes vivir el presente sin que ese presente lo marque el pasado y tampoco puedes temer constantemente el futuro. Es mi consejo Hal. Vive el presente.

Cuando Halil e Ibo volvieron al hospital, Ibo le dijo que iba al teatro a decirle a Suna que lo esperara para volver a casa juntos. Halil asintió, casi con envidia, y se quedó mirando la rampa de bajada al teatro. Ella estaba allí con Suna. Estaría en la cueva donde se conocieron y rodeada de disfraces. Su corazón se encogió de lo mucho que la echaba de menos pero su cerebro habló haciendo que se diera la vuelta y se dirigiera a su despacho.

BARCELONA - ESTAMBULDonde viven las historias. Descúbrelo ahora