BARCELONA - ESTAMBUL

Capítulo 7

Mevly bajó a la cafetería donde había quedado para comer con Suna que al verla le preguntó:

– ¿Estás bien? ¿Kara estaba bien?

– Está nerviosa. Es una niña especial, espero que todo salga bien.

– Tengo entendido que la opera el equipo de la doctora Eda Soydere y es de los mejores – explicó Suna al ver preocupada a Mevly.

– Esperemos que opere igual de bien que coquetea - dijo Mevly en voz baja.

– ¿Cómo? ¿Has conocido a Eda? – se sorprendió Suna.

– Ella salía cuando yo entraba a la habitación... - explicó Mevly tímida.

– Mevly... suéltalo. Tu cara es tan transparente que a pesar de no conocernos desde hace mucho sé perfectamente cuando algo te pasa.

– Lo que pasa es que también me encontré con el doctor Yilmaz – empezó a explicar Mevly en voz baja - de hecho, subimos juntos en el ascensor y no estoy acostumbrada a tanta hostilidad. Siempre me he llevado bien con todo el mundo, no me gustan los conflictos y con él... él... Suna, no sé si seré capaz de coincidir con él. Me encanta la idea de trabajar aquí, con los niños, y ayudar a que tengan un momento de evasión de sus problemas de salud. Pero, no me siento cómoda con él. Quizás podría hablar con la gente de "Actúa" y que manden a otra maquilladora, no sé... - acabó Mevly frotándose las manos nerviosa.

– Ah, no. Lütfen Mevly, les caíste muy bien a los niños y les encanta que alguien les trate como verdaderos actores. Verás que Halil cuando está con ellos cambia totalmente. Tiene mucha paciencia y interactúa con ellos de forma tan natural y eso no siempre pasa, yo veo a gente que no tiene ni idea de cómo hablarles. Por favor, Mevly no tomes una decisión tan precipitada ¿Tamam? Dale otra oportunidad a Hal.

– De acuerdo Suna, tampoco estaré en Estambul tanto tiempo como para dejar que me afecte. Quizás en un mes ya me vaya. No sé. Por cierto, te quería pedir un favor – pidió Mevly sacando una bolsa grande de papel - ¿Puedes devolvérsela? ¿Lütfen?

Suna abrió la bolsa y vio la chaqueta de Halil que Mevly usó en el centro comercial doblada cuidadosamente. Lo que no sabía era las veces que Mevly la había olido antes de meterla en la bolsa. Era una pena que ambos quisieran alejarse el uno del otro cuando claramente se atraían tanto.

– Muy bien Mevly, se la dejaré en su despacho. Pero quizás en un rato debas verlo. Hacemos una cosa, maquillas a los niños un poquito y cuando llegue Halil buscamos una excusa para que no estés cerca de él. ¿Te parece? No quiero que te sientas mal aunque... bueno, nada.

Se dirigían hacia el teatro tras la comida cuando a medio camino alguien llamó a Suna.

– Suna, perdona, sólo un momento. Me dijiste que me derivabas uno de tus casos por posible afección coronaria, ¿cómo se llamaba el niño?

– Se llama Ahmed. ¿Qué pasa? Deberías haberlo visitado hoy, Nejat. Lo puse como preferente – se preocupó Suna.

– Pues no estaba en la lista. Esperé toda la mañana pero acabé las consultas y no había ningún niño – dijo el doctor Nejat Koroglu.

– Mevly – Suna se giró a ella – voy un momento a administración – te presento al doctor Nejat Koroglu, excelente cardiólogo. Vengo en seguida.

El doctor Nejat Karoglu miró a Mevly entonces y abrió más lo ojos. "Qué belleza" pensó. Le ofreció la mano a la joven y sonriendo dijo:

– Encantado de conocerte ¿Mevly? ¿De dónde eres?

– Soy española, de Barcelona – contestó también sonriendo.

– ¡Barcelona! Conozco la ciudad, el año pasado estuve allí en un congreso de cardiología. Fue sólo un fin de semana por lo que debo decir que lo que conozco fue gracias al Bus Turístico – hizo reír a Mevly su comentario.