BARCELONA - ESTAMBUL

Capítulo 16

CAPITULO 16

    Halil salió del quirófano agotado. Había tenido una operación de las que duraban horas y se sentía tenso y muy agarrotado por lo que iba a agradecer la sesión de gimnasio de esa tarde. Fue a cambiarse y mandó un mensaje a Ibo "En 15 minutos estoy en la cafetería". Después de comer aun tenía que pasar visita en planta así que tocaría comer rápido.

    Cuando llegó a la cafetería repasó todas las mesas buscándola. No sabía por qué motivo pero después de la mañana que había tenido verla, aunque fuera de lejos, seguro lo reconfortaba. O lo reconfortaba o lo hundía en la miseria. No la vio por lo que fue a elegir algo de comer y a buscar mesa libre. Pagó, tomó su bandeja y fue entonces cuando vio a Ibo y Suna hacerle señales para que se sentara con ellos. No los había visto antes o quizás estaba tan concentrado buscando a Mevly que ni había reparado en ellos. Halil se sentó no sin antes mirar de reojo la puerta de la cafetería.

    Iba a volverse loco. Pedía a sus amigos que lo ayudaran a no coincidir con ella y al mismo tiempo la quería ver. Todos los sentimientos y pensamientos en los que ella aparecía eran extremos y Halil no estaba acostumbrado a esa intensidad. Lo cierto es que lo asustaba.

    - ¿Qué tal la mañana? - preguntó a sus amigos para quitársela a ella de la cabeza.

    - Bien Hal ¿y la tuya? - contestaron sincronizados Ibo y Suna.

    - Dura. Hoy he tenido una operación difícil - explicó.

    - Hal - empezó Suna - ¿has decidido algo sobre el caso que te pasé?

    - Suna, creo que debería operar Ibo pero prometo estar en la operación ¿de acuerdo? - dijo Halil volviendo a su comida.

    - Cariño, si Halil está en el equipo seguro que la intervención será un éxito. Habla con la familia de la pequeña y programemos cuanto antes - dijo Ibo acariciando luego la mejilla de Suna.

    - Me gusta veros así - susurró Halil.

    - Tú también podrías estar... - empezó a decir Suna pero Halil la interrumpió negando con la cabeza.

    - Hayir Suna. Algunos simplemente no somos tan valientes. Y os dejo ya que me toca pasar visitas en planta. Ibo nos vemos directos en el gimnasio.

    - De acuerdo amigo. Hasta luego - se despidió Ibo.

    Halil se levantó bandeja en mano y se fue de la cafetería. Suna e Ibo lo siguieron con la vista y luego se miraron uno a otro negando en gesto resignado. Mevly y Halil se habían rendido aun antes de empezar.

    Esa tarde Halil quemó toda la adrenalina y frustración que pudo luchando en el ring con su amigo Ibo. Después de la ducha fueron a buscar a Suna  para ir a cenar pero ella tardó bastante en bajar y cuando lo hizo su cara era de preocupación. Se subió al asiento trasero del todoterreno de Halil y enseguida sacó el móvil de su bolso para encender la pantalla y ver que no había mensaje.

    - ¿Te pasa algo Suna? - preguntó Halil incorporándose al tráfico.

    - Nada Hal - contestó ella.

    - Cariño te has subido al coche con una cara... dime qué te preocupa - pidió el vikingo rubio girándose en su asiento.

    - Te cuento luego ¿vale? - y volvió a mirar el móvil.

    - Entiendo, cosas de pareja - dijo Hal semi sonriendo.

    Suna se limitó a apretar los dientes y esquivar la mirada que su amigo le lanzaba por el retrovisor. La pediatra había llamado después de comer a Mevly pero su amiga había rechazado la llamada para luego mandarle un escueto mensaje diciéndole que iba a acostarse porque estaba mareada. Al cabo de dos horas le había mandado un mensaje preguntando cómo se encontraba pero Mevly no había respondido y tampoco le aparecía en línea desde hacía horas. Tenía un mal presentimiento pero no quería comentarlo delante de Halil. Ibrahim le había contado que Halil no quería coincidir con Mevly más allá de lo  estrictamente inevitable en el hospital. Su amigo ni siquiera aceptaba que pudieran salir los cuatro a cenar y eso la molestaba. Mevly estaba sola en Estambul y Suna le había cogido cariño por lo que le habría encantado incluirla en sus planes.