Capítulo 38

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CAPÍTULO 38

    Aquella mañana, Halil mandó a Mevly un mensaje de buenos días más intenso de lo normal. Llevaba días sintiendo una muda amenaza a su alrededor y no sabía por dónde llegaría el golpe. Era como la inquieta calma que precedía las peleas de sus padres. Todo iba bien y de repente estallaba la tormenta que lo dejaba cada vez más huérfano. Como niño no había podido hacer nada pero como hombre sólo le restaba estar preparado para, cuando oyera los trueno lejanos, saber lo que debía hacer.

    La leyenda del árbol y la maldición que vivía en ella quizás sólo fueran cuentos orales, pero lo cierto era que tanto sus padres como su tío habían padecido el castigo maldito de no saber defender sus sentimientos. Él no quería ser así.

    En cuanto llegó al hospital fue directo a la sala de reuniones de neuro-cirujía donde ya se encontraba un equipo compuesto de cinco personas, además de Ibo y Suna. Pantallas iluminadas con radiografías y tomografías del cerebro de la joven esperaban para que él pudiera estudiarlas. Tras casi cinco horas de analizar todas las posibilidades de extirpación del craneo-faringioma y de decidir finalmente que se operaría a través de la ingle de la paciente, Ibo, Suna y Halil salieron tensos y cansados de la sala. Era justo la hora de comer por lo que los tres amigos se dirigieron hacia la cafetería del hospital donde Halil esperaba encontrar a Mevly.

    Mevly se había despertado con vértigos. Había tenido que permanecer en la cama un buen rato hasta que su mundo dejó de dar vueltas a su alrededor y fue capaz de levantarse para ir al baño.  Tras la ducha y con una infusión en la mano tomó el móvil para leer el mensaje del hombre que cambiaría su vida. Por Halil, dejaría su vida en Barcelona, por él y por la oportunidad de vivir un amor de leyenda. De alguna manera se lo debía a su madre, sabía que ella aprobaría su valiente decisión.

    "Buenos días mi vida. Vienen días de mucho trabajo y eventos y estoy esperando a que pasen para que podamos hablar de nosotros. ¿Querrías escaparte conmigo tras la función? ¿Un fin de semana para nosotros solos?" Era el mensaje que leyó Mevly con su infusión y que le sacó una sonrisa en medio del mareo que aún poblaba su cerebro. ¿Halil iba a pedirle que no se fuera justo cuando ella quería comunicarle que se quedaba? Mevly no pudo sentirse más feliz por lo que, a media mañana y con su sonrisa pintada en la cara, se abrigó bien y decidió ir paseando hasta el hospital.

    El doctor Nedim Ceyhan salió del laboratorio y casi chocó con Eda que iba decidida hacia los ascensores.

    – Hija mira por donde vas – le sonrió a la joven.

    – Tío Nedim, estoy tan entusiasmada con las ideas para la fiesta que ni te vi. Espero que a Halil le gusten tanto como a mí – comentó Eda con cara triste. 

    – Lo he convocado tras la comida en mi despacho. Entre los tres miraremos tus propuestas ¿tamam? – la animó amable el doctor.    

    – Es una pena que él ya tenga pareja para ir a la fiesta pero estaré encantada de ir contigo y con mi padre del brazo – disimuladamente Eda tiró el dardo certero causando la reacción esperada.

    – No creo que Halil vaya acompañado a la fiesta – manifestó Nedim Ceyhan claramente molesto.

    – Quizás no, tío Nedim. Quizás su novia aparezca con el grupo de su ONG puesto que tan agradecida les debe estar. Ya sabes, la ONG "Actúa" siempre ayuda a los más necesitados y puede que ella, como persona beneficiada, venga con ellos.

    – Eda, esa chica no es la novia de Halil y, sinceramente, espero que no aparezca por la fiesta. Con verla el día de la función de teatro tendré suficiente – espetó el doctor antes de seguir su camino.

BARCELONA - ESTAMBULDonde viven las historias. Descúbrelo ahora